VALENTÍN ARENAS AMIGÓ| EL UNIVERSAL
lunes 21 de julio de 2014 12:00 AM
No es necesario demostrar que la gestión de este régimen durante quince años ha sido un verdadero desastre que va desde perder la vida asesinado en cualquier calle hasta perderla por la falta de alimentos o de medicinas. Por eso el tema es cómo salirnos de este desastre y lo haremos fundado en hechos históricos vividos ya por todos los venezolanos.
Durante quince años hemos tenido múltiples elecciones para simular que en Venezuela había una democracia cuando a través de un CNE parcializado siempre ganó el régimen para engañar y fortalecer así a la autocracia. Pero el 22 de abril del año 2002 el pueblo, o sea la sociedad civil, hizo una gran protesta frente a Miraflores que reunió unas setecientas mil personas, el líder de entonces, le ordenó a las Fuerzas Armadas aplicar el Plan Ávila para dispersar a esa multitud que lo asustó y Lucas Rincón no solo se negó a aplicarlo para no perjudicar al pueblo allí reunido sino que le pidió la renuncia al Teniente "la cual aceptó". Pero no solo renunció sino que planificó volar a La Orchila y de allí a La Habana. La voluntad popular que no podía expresarse por la vía electoral, se logró hacerlo con la presencia de una multitud del pueblo soberano en la calle. La calle convertida en una "urna electoral" puso a renunciar y correr a quien sin duda tenía un fuerte liderazgo pero insuficiente para enfrentar al soberano pueblo congregado en la calle. El 4F/92 cuando vio la cosa difícil también se rindió y llamó a su gente a que se rindiera en un acto de prudente cobardía que después repitió en abril del 2002.
El pueblo en la calle funcionó entonces contra un líder carismático como lo fue sin duda el Teniente y el fracaso de eso que llamaron revolución no tenía acumulado tantos años, ¿qué sucedería ahora cuando "el suplente" reúne tantas debilidades que sumadas todas lo hacen sumamente frágil? Ciudadanía sin confirmar, legitimidad en duda, capacidad muy escasa, sin experiencia de gobierno, liderazgo y carisma cero. A todas estas debilidades hay que sumar las divisiones internas recién aparecidas en el régimen y la profunda crisis económica, social y política que está viviendo todo el país.
Se ha preguntado usted, ¿qué sucedería si un millón de ciudadanos, por ejemplo, decide manifestar en señal de protesta pacífica para decirle a Venezuela y al mundo entero que el soberano pueblo venezolano clama por el cambio de este equipo por otro que tenga la capacidad y la voluntad de gobernar para el bien común de todos los venezolanos? Si la voluntad popular real no puede conocerse por la vía electoral, lo que queda es mostrarla en la calle porque el único soberano aquí es el pueblo, nadie más que él y no el simulado P.P. que esconde con propaganda el ejercicio de una autocracia.
Esta salida, verificada por la historia reciente, exige que el sector político democrático-la MUD-independientemente de diferencias propias que las hay en toda democracia, acuerde una sola estrategia que, seguida por la sociedad civil completa, tenga la fuerza necesaria para enfrentar la muy débil fortaleza de un régimen que ya tiene tiempo haciendo agua y amenaza con hundir el barco con sus tripulantes y pasajeros. Esto hay que evitarlo. La desunión y la pasividad es muerte. La unidad y la acción es vida. Vida para la patria y para todos y cada uno de sus hijos.
En la última encuesta de Alfredo Keller, profesional serio y confiable, el 43% de los consultados admite que no es suficiente esperar a unas próximas elecciones pues se necesita hacer protestas de calle; el 65% de ese porcentaje justifica estas protestas de los cuales el 95% confiesa ser opositores, el 79% independientes y el 29% chavistas. Por último el 62% responsabiliza al régimen de ser el causante de la inseguridad, muertos y heridos. Si el soberano quiere expresar su voluntad protestando en la calle, eso está consagrado como un derecho ciudadano en la Constitución democrática venezolana. Esperar hasta el año 2019 para un cambio sería optar por asistir al entierro de la patria Venezuela. Nadie quiere esto.
Profesor de Instituciones Políticas de la UCAB
Durante quince años hemos tenido múltiples elecciones para simular que en Venezuela había una democracia cuando a través de un CNE parcializado siempre ganó el régimen para engañar y fortalecer así a la autocracia. Pero el 22 de abril del año 2002 el pueblo, o sea la sociedad civil, hizo una gran protesta frente a Miraflores que reunió unas setecientas mil personas, el líder de entonces, le ordenó a las Fuerzas Armadas aplicar el Plan Ávila para dispersar a esa multitud que lo asustó y Lucas Rincón no solo se negó a aplicarlo para no perjudicar al pueblo allí reunido sino que le pidió la renuncia al Teniente "la cual aceptó". Pero no solo renunció sino que planificó volar a La Orchila y de allí a La Habana. La voluntad popular que no podía expresarse por la vía electoral, se logró hacerlo con la presencia de una multitud del pueblo soberano en la calle. La calle convertida en una "urna electoral" puso a renunciar y correr a quien sin duda tenía un fuerte liderazgo pero insuficiente para enfrentar al soberano pueblo congregado en la calle. El 4F/92 cuando vio la cosa difícil también se rindió y llamó a su gente a que se rindiera en un acto de prudente cobardía que después repitió en abril del 2002.
El pueblo en la calle funcionó entonces contra un líder carismático como lo fue sin duda el Teniente y el fracaso de eso que llamaron revolución no tenía acumulado tantos años, ¿qué sucedería ahora cuando "el suplente" reúne tantas debilidades que sumadas todas lo hacen sumamente frágil? Ciudadanía sin confirmar, legitimidad en duda, capacidad muy escasa, sin experiencia de gobierno, liderazgo y carisma cero. A todas estas debilidades hay que sumar las divisiones internas recién aparecidas en el régimen y la profunda crisis económica, social y política que está viviendo todo el país.
Se ha preguntado usted, ¿qué sucedería si un millón de ciudadanos, por ejemplo, decide manifestar en señal de protesta pacífica para decirle a Venezuela y al mundo entero que el soberano pueblo venezolano clama por el cambio de este equipo por otro que tenga la capacidad y la voluntad de gobernar para el bien común de todos los venezolanos? Si la voluntad popular real no puede conocerse por la vía electoral, lo que queda es mostrarla en la calle porque el único soberano aquí es el pueblo, nadie más que él y no el simulado P.P. que esconde con propaganda el ejercicio de una autocracia.
Esta salida, verificada por la historia reciente, exige que el sector político democrático-la MUD-independientemente de diferencias propias que las hay en toda democracia, acuerde una sola estrategia que, seguida por la sociedad civil completa, tenga la fuerza necesaria para enfrentar la muy débil fortaleza de un régimen que ya tiene tiempo haciendo agua y amenaza con hundir el barco con sus tripulantes y pasajeros. Esto hay que evitarlo. La desunión y la pasividad es muerte. La unidad y la acción es vida. Vida para la patria y para todos y cada uno de sus hijos.
En la última encuesta de Alfredo Keller, profesional serio y confiable, el 43% de los consultados admite que no es suficiente esperar a unas próximas elecciones pues se necesita hacer protestas de calle; el 65% de ese porcentaje justifica estas protestas de los cuales el 95% confiesa ser opositores, el 79% independientes y el 29% chavistas. Por último el 62% responsabiliza al régimen de ser el causante de la inseguridad, muertos y heridos. Si el soberano quiere expresar su voluntad protestando en la calle, eso está consagrado como un derecho ciudadano en la Constitución democrática venezolana. Esperar hasta el año 2019 para un cambio sería optar por asistir al entierro de la patria Venezuela. Nadie quiere esto.
Profesor de Instituciones Políticas de la UCAB
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