El cardenal Jorge Urosa Savino, en su homilía del 1° de enero en la Catedral de Caracas, dijo que tras los resultados de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre los venezolanos tienen la obligación de orar por la paz y por las autoridades de forma que, “como dice San Pablo”, se pueda tener una vida apacible.
“Tenemos que orar por las autoridades, porque el gobierno nacional y otros órganos trabajen por la paz, y una de las formas es respetando los resultados las elecciones, aceptando la actuación legítima de todos los diputados electos. Hay que respetar la voluntad del pueblo e incentivar el diálogo entre los distintos órganos”, señaló.
En una carta de fin de año, Urosa reitera que el gobierno, así como los otros órganos del Estado, deben trabajar por la paz respetando los resultados de las elecciones y permitiendo la legítima actuación de la nueva Asamblea elegida por el pueblo venezolano.
“En efecto, hay que superar la confrontación entre hermanos, respetar la voluntad del pueblo, y entablar el diálogo institucional necesario e imprescindible entre los diversos órganos del poder público”, señala el texto.
Oración. En la homilía de ayer el cardenal instó a los venezolanos a sumarse al pedido del papa Francisco para que 2016 sea el año de la misericordia, y advirtió que la felicidad no se consigue en el licor, la droga, la violencia, el dinero ni en la prepotencia. “La felicidad no viene de cosas materiales, sino viene de Dios”, indicó.
Urosa dijo que ayer comenzó una jornada mundial de oración e invitó a los venezolanos a formar parte de ella: “Oremos por la paz en cada urbanización, en cada bloque, en cada familia, en nuestros corazones, en Venezuela y en el mundo entero”.
El prelado pidió que el inicio de cada año avive en las personas anhelos de felicidad, y renueve en los corazones la esperanza de una vida mejor. “Sabemos que Dios nos ama y quiere nuestro bien. Además, la reflexión sobre la misericordia divina, manifestada en Jesucristo, Dios hecho hombre para redimirnos de nuestros pecados, nos reafirma en esa esperanza”, señaló.
Aseveró que la paz es una exigencia y un don de Dios que lleva a la felicidad. “Trabajar por la paz es practicar la misericordia. En efecto: trabajar por la paz es buscar el bien común, hacer el bien a los demás, saber perdonar las ofensas, resolver los problemas de las naciones, solucionar los conflictos, ayudar al necesitado, respetar las leyes. Todo eso es misericordia: todo eso es trabajar por la paz”, agregó.
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