Evo Morales y los gobiernos castrochavistas del continente sufrieron una ruidosa derrota durante la IV Cumbre de la CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños diseñada por Fidel Castro y Hugo Chávez para debilitar y reemplazar a la OEA. El ecuatoriano Rafael Correa, anfitrión del evento, entregaba ese día la presidencia protempore anual a su colega Danilo Medina de Republica Dominicana. Tocaba a los 33 gobiernos miembros proceder a elegir al país que ocupará la Presidencia durante el año 2017 el cual, además, formará parte de la “troika” de cuatro que dirige a la CELAC y que es integrada por el presidente de turno, quien lo precedió y quien lo sucederá, más un representante de los países caribeños. Morales aspiraba a ser electo Presidente protémpore del año 2017 con lo cual adicionalmente se convertiría en el organizador y anfitrión de la cumbre de mandatarios de CELAC y la Unión Europea prevista para ese año.
EDGAR C. OTÁLVORA/ Diario Las Américas.
Las decisiones en CELAC deben tomarse por unanimidad y el bloque castrochavista no logró reunir los votos a favor de Morales ya que el presidente hondureño, Juan Hernández, también aspira a presidir el organismo en 2017 y lo está bregando desde ya casi un año. El 28MAY15, Hernandez visitó Santiago de Chile y logró el apoyo de la presidente Bachelet a la postulación hondureña. Ahora, Morales acusa a Chile de estar “bloqueando” su elección a la Celac, mientras el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera confesó el 27ENE16 que su gobierno “por supuesto” usaría la Presidencia de Celac para dar “más peso” a su campaña contra Chile a propósito del tema limítrofe que Morales llevó a la Corte de La Haya. Esta declaración del ideólogo del gobierno boliviano sirvió para reforzar las posiciones que rechazan la elección de Morales.
La Cumbre de Quito terminó sin la elección del futuro presidente de la CELAC. El tema quedó para ser tratado por el dominicano Danilo Medina quien deberá realizar consultas entre los gobiernos miembros, tratando de lograr una posición común antes del próximo mes de marzo la cual muy probablemente significará que Morales se queda sin su ansiada presidencia continental.
El frente castrochavista está perdiendo progresivamente el control de los organismos que antes había creado y manipulado, tales como UNASUR y CELAC. Su utilidad, igualmente, comienza a ser puesta en dudas por diversos gobiernos de la región.
La CELAC, lejos de reemplazar a la OEA, tiende a convertirse en un foro para el turismo presidencial sin una agenda de trabajo propia. En un intento por insuflar a la CELAC con un mínimo de actividades que la justifiquen, Rafael Correa y sus socios castrochavistas, intentaron hacer aprobar en la Cumbre de Quito un documento denominado “Agenda 2020” con metas sobre reducción de la pobreza, desigualdad y cambio climático. Se trata de temas que son tratados en otros organismos internacionales y sobre los cuales ya existen acuerdos previos suscritos por quienes son miembros de CELAC. La posición del Gobierno brasileño, expresada por su canciller Mauro Vieira fue lapidaria: “Ya existe una Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Entonces, no tiene sentido crear una nueva con mecanismos específicos para la región”. Brasil no parece interesado en darle mucho oxígeno al organismo anti-OEA. La Cumbre de Quito aprobó 22 declaraciones, todas ellas con reiteraciones y repeticiones de temas ya tratados en diversidad de foros internacionales. Sólo 11 mandatarios de los 33 miembros de CELAC viajaron a Quito, mientras la presidente brasileña Dilma Rousseff sólo asistió a una hora del encuentro partiendo rauda hacia Brasilia a mediodía. La CELAC sobra, a juicio de varios gobiernos de la región.
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