Fernando Rodriguez
Como quiera que la Constitución Nacional se puede violar a la luz del día con acompañamiento musical y la mayor impunidad, no existe hasta nuevo aviso la posibilidad de hacer convenios razonables que la tengan como marco referencial. Una muestra reciente, de un descaro y/o de una ignorancia supina, la ha dado el general Padrino cuando ha dicho que le da la gana de que las fuerzas armadas sean políticas porque lo contrario es una antigualla que se le ocurrió a Ramos Allup y no el artículo 328 de la susodicha. No hay que dejar pasar esas exclamativas declaraciones en que cita nada menos que a Aristóteles (¡sic!) que, como se sabe, dice que el hombre es un animal político, de donde se deduce con lógica castrense que los militares, hombres, pueden ser animales políticos chavistas.
Como esto es uno de mil casos, uno se pregunta si es justa la concesión de la Asamblea de retirar sus tres diputados para no crear un conflicto de poderes de grandes proporciones. Ya sé que el problema es complicado porque vaya usted a saber qué podría salir de esa colisión. Y la solución no tiene mal aspecto a primera vista. Pero si uno la mira dos veces, se da cuenta de que lo que la oposición ha puesto en juego es de una gravedad y trascendencia enorme, la posibilidad de tener los dos tercios de la Asamblea (¿los tiene todavía?) y los poderes que ello implica y nada menos que expone la soberanía popular a un fraude, dadas las manos que van a manejar el asunto, las mismas que cometieron el delito. La respuesta debería ser que se va a pelear a muerte la decisión definitiva del caso y se va a restituir un derecho esencial, atropellado por unos señores igualmente investidos con todas las trampas jurídicas imaginables. Así debería ser, colisión incluida si fuese menester.
Pero al parecer también hubo algunos arreglos circunstanciales que malconocemos. Sobre los cuales recibimos informaciones contradictorias o difusas. Como la mentada del lector de Aristóteles. O las ideas económicas del señor Salas, de la insigne Universidad Bolivariana. De una parte y por citar solo ministros con armas de fuego o económicas, letales ambas. Por otro lado, están Aristóbulo y Pérez Abad, que aseguran son capaces hasta de conversar con opositores y se dice que tienen alguna sensatez. Ramos ya le puso fecha al descabezamiento de Maduro, primeros días de julio. Por otra parte, la palabra diálogo suena con una inusual intensidad. Hasta los curas hablan desde el púlpito de amnistía, pero Maduro jura que tienen que tumbarlo para hacerla. Cabello como siempre cabellea. Total que entramos en una muy brumosa y fantasmagórica vereda que no sabemos adónde nos va a llevar.
Uno solo pediría que mientras sale el sol no se olvide, no se olvide, la deuda contraída con la república por esos tres diputados amazónicos. Es asunto muy serio.
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