Friday, September 16, 2016

Hay dos chavismos?

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Gustavo Coronel

Nuestro admirado amigo Luis Ugalde S.J., por cuyo sentido común y bondad tenemos gran respeto, acaba de publicar un artículo titulado: “Dos Chavismos”, El Nacional, 15-09-2016. En este artículo el padre Ugalde nos dice:
Simplificando un poco podemos decir que hay dos chavismos. Uno atrapado y dominado por la lógica de los delincuentes poderosos: cualquier medio es válido si refuerza su dominio. Por eso el régimen se convirtió en tiranía, unas veces con halago y dádivas generosas, y otras con miedo e imposición de las armas, con abuso de leyes y de propaganda falsificadora que transforma en bueno lo que sirve al poder y en delito cuanto se opone. El poder es la verdad y debe perpetuarse. Además, en este chavismo se dan la mano la corrupción y la incapacidad, que juntas han llevado al país a la miseria en los años de ingresos petroleros más fabulosos, empeñados en imponer un modelo económico y político fracasado en otros países. Aquí el derrumbe ha sido más rápido, pues la insensata prédica presidencial de que nuestro problema no es la producción (por la inmensa riqueza petrolera) sino la distribución; por lo que “buen gobierno” es el que reparte y distribuye la riqueza existente, sin tener que esforzarse en producirla. Por eso su rapiña e ineficacia supera lo visto en otras sociedades de poder comunista.
El otro chavismo expresó la esperanza y dignidad de la gente con un humanismo mesiánico que ponía en primer lugar la vida y felicidad de millones de venezolanos frente al empobrecimiento y corrupción crecientes desde la década de los ochenta, no corregidos por los partidos hegemónicos y la economía reinante. Nunca voté por Chávez, pero es claro que millones de venezolanos vivieron esta esperanza cuasi-religiosa de paraíso prometido y todavía bajo la ceniza de su frustración están las brasas, prontas a encenderse al primer nuevo viento favorable. Este segundo chavismo se siente cada vez más traicionado e indignado al contrastar su creciente miseria con las cuentas bancarias de muchos de sus dirigentes que disfrutan del poder y de las riquezas robadas.
Debemos distinguir entre la legítima demanda humana a la que el chavismo dio alas y la oferta política chavista que además de desacertada es delictiva. La actual catástrofe de colas, hambre, inseguridad, miedo… dejan en evidencia el fraude del “poder popular”, pero no le quitan verdad, ni legitimidad a esas necesidades y aspiraciones de millones de venezolanos, sobre todo la de los pobres. La necesidad-demanda sigue ahí y no se podrá construir una Venezuela nueva, productiva y justa, excluyendo e ignorando a los necesitados. Esas aspiraciones insatisfechas no siempre fueron chavistas. Por ejemplo AD en sus albores fue el “partido del pueblo” y la partera de la democracia para las mayorías relegadas secularmente a ser peones y carne de montoneras caudillistas.
La nueva democracia debe contar con ese “chavismo” y convertirlo en dignidad productiva, política, económica y socialmente”.
Creo que es preciso examinar con cuidado estas bellas palabras del Padre Ugalde, no solo por el prestigio e influencia que él tiene sobre la opinión pública sino porque intuyo que hay algo en ellas que no responde exactamente a la realidad. Su descripción del chavismo malo es perfecta. Lo que ha representado para la nación ha sido ruina, corrupción y muerte. Es sobre su descripción del chavismo bueno que tengo dudas. Dice: “El otro chavismo expresó la esperanza y dignidad de la gente con un humanismo mesiánico que ponía en primer lugar la vida y felicidad de millones de venezolanos frente al empobrecimiento y corrupción crecientes desde la década de los ochenta, no corregidos por los partidos hegemónicos y la economía reinante…”.
Por más que esfuerzo mi memoria no logro recordar en Chávez  ese “humanismo mesiánico que ponía en primer lugar la vida y felicidad de millones de venezolanos”. Desde el primer momento Chávez se mostró como un populista lleno de promesas fáciles que, según vimos pronto, no tenía la menor intención de cumplir. Ese chavismo que el Padre Ugalde dice haber expresado la esperanza y la digna de la gente solo alimentó con promesas lo que ya existía antes de su llegada, ese anhelo de millones de salir de la pobreza. Definir ese populismo, esa demagogia, como humanismo mesiánico, es en mi criterio demasiado generoso por parte del Padre Ugalde. Si se quiere, lo que hizo Chávez fue exacerbar esos anhelos a sabiendas de que no podía responder a ellos de manera efectiva. De allí que se embarcó en una política de dádivas y subsidios que, en efecto, acentuó la pobreza, no la solucionó.
 Según Ugalde esa concepción del  chavismo originario habría descubierto el deseo de las masas de salir de la pobreza. No creo que eso haya sucedido. Ese deseo de las masas venezolanas había sido una constante por décadas, desde el advenimiento de la democracia en 1958 y, debemos decir, que fue atendido con algún éxito durante presidencias como las de Betancourt, Leoni y Caldera I, no así por otras.
El Padre Ugalde añade que el chavismo “dio alas a la legítima demanda humana” aunque se apresuró a añadir que “la oferta política de Chávez fue desacertada y delictiva”. La primera parte de la frase parecería elogioso de un chavismo bueno pero la segunda parte de la frase es condenatoria. El problema es que estos dos componentes de la frase no tienen separación en el tiempo, no pueden referirse a un chavismo bueno que vino primero y, luego, a un chavismo malo que llegó después. Fue el mismo chavismo el que aprovechó las expectativas de la gente, le dio alas a esas expectativas y en el mismo discurso le prometió solución, a punta de dinero, al mismo tiempo que exigía como contraprestación lealtad política.
Parecería ocioso y demasiado sutil hablar de esto,  ya que la buena intención del escrito del  Padre Ugalde es evidente. Su mensaje esencial es que hay mucha gente que fue engañada por el chavismo y que esa gente es ahora incorporable a la nueva democracia que surgirá al final de esta pesadilla. ¿Cuánto de esta gente puede aun ser definida como “chavismo”, la identidad que le da el Padre Ugalde?  
Hemos creído necesario este comentario porque existe en este momento una corriente importante que está tratando de diferenciar al chavismo de Maduro del chavismo de Chávez, pretendiendo que Maduro es un monstruo que distorsionó el “legado” de Chávez. En esa corriente se incluyen grupos políticos como Marea Socialista, ex-ministros de Chávez a lo Giordani y hasta algunos líderes de la oposición que atacan a Maduro, contrastando su torpeza y estupidez con el mesianismo y simpatía de Chávez. Hace poco leí declaraciones de uno de ellos que decían que, mientras  Maduro miente Chávez “jamás mentía”, aseveración que me llenó de asombro. Creo que, aún más importante que el daño material que se le ha hecho a la Nación, es el daño espiritual que el chavismo ha causado. Por ello, creo que Chávez debe ser denunciado abiertamente, sin que quede dudas sobre cuáles fueron sus propósitos.

Contribuir a convertirlo en un Evita Perón venezolano, aún de manera inadvertida, no ayudaría al país a superar esta horrible etapa de nuestra historia.   


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