En: http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/109549/en-el-chavismo-empiezan-a-advertir-que-su-electorado-podria-dejarse-seducir-por-la-oferta-de-capriles/
Mario Villegas
Cuesta creer que haya en la oposición quien pueda ver en Hugo Chávez una mejor opción que la que, con sus virtudes y sus defectos, representa Henrique Capriles Radonski. De modo que, aun sin descartar que algunos mezquinos estén remando en sentido contrario, hay que dar por descontado que todos los partidos y la inmensa mayoría de quienes se ubican en la alternativa democrática están jugando limpio y entregados a la tarea de derrotar el 7 de octubre al autoritarismo militarista.
No está de más pasar periódica revista a la estrategia y la táctica político electoral, bien sea para ratificarlas, modificarlas, ajustarlas o refrescarlas, conforme lo exijan las peculiaridades estacionales de una campaña. Así que no debería provocar angustia que algunas voces convoquen a esa revisión.
Pero si lo que se pretende pedir al ahora candidato de toda la oposición es que asuma el discurso y el estilo ultrarradicales derrotados en las elecciones primarias, resultaría una soberana equivocación. De los 3 millones de venezolanos que votaron en esas primarias, Capriles Radonski y Pablo Pérez conquistaron a más de 2 millones 600 mil que avalaron sus propuestas de cambio democrático y pacífico, de reconciliación nacional y de inclusión sin exclusión.
El discurso radical no fue acompañado sino por una minúscula parte del electorado comprometido con la oposición, por lo cual es lógico que tampoco lo acompañarían quienes se sitúan en el ancho mar de los indecisos, ni mucho menos quienes componen las filas y la periferia del chavismo.
Obviamente, tampoco es admisible que Capriles busque parecerse a Chávez. ¿Para qué votar por una copia si los electores pueden hacerlo por el original?
De lo que se trata es de posicionar mucho más allá de la oposición una propuesta que cautive e inspire confianza en que el liderado por Capriles será un cambio progresista, incluyente, conducido con energía hacia puerto seguro y estable, sin traumas, orientado hacia la justicia pero sin venganzas ni cacería de brujas contra quienes albergaron esperanzas en Chávez.
Desde el chavismo ya empiezan a advertir que buena parte de su electorado podría prestar oídos y dejarse seducir por esta oferta electoral de Capriles Radonski, tal como acaba de hacerlo el ex comandante William Izarra, cuya declaración sirvió para que mi hermano Vladimir escribiera sobre “la revolución cornuda”.
Cómo será la cosa que ya hasta el presidente Chávez parece estar preparándose para ese escenario. No en balde el Presidente acaba de anunciar que asumirá la campaña no como un caballo desbocado sino como un búfalo. Tal vez lo haya dicho no sólo por lo pesado que está sino también por los cachos que ya empiezan a notársele.
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