JOSÉ TORO HARDY | EL UNIVERSAL
martes 29 de mayo de 2012 12:00 AM
El Art. 2 del Acuerdo entre los gobiernos de Venezuela y China sobre el Fondo de Financiamiento Conjunto chino-venezolano (popularmente conocido como el Fondo chino) dice textualmente:
"Para la ampliación y la implementación del presente Acuerdo las instituciones financieras designadas por las partes son: la Corporación Banco de Desarrollo de China de la República Popular de China (el "Prestamista"), el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela de la República Bolivariana de Venezuela (el "Prestatario") y el Fondo de Desarrollo Nacional S.A. (Fonden)...
No sé qué quiere decir esto en chino, pero de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, "Prestamista" es "Persona que da dinero en préstamo"; a su vez "Prestatario" es, conforme a la misma fuente: "(Del lat. praestäre) Que toma dinero a préstamo".
A su vez, el Art. 5 del mencionado Acuerdo entre Venezuela y China establece:
"Art. 5. La República Bolivariana de Venezuela se compromete a vender combustible y/o petróleo crudo... en cantidades no menores a 230.000 barriles diarios hasta que las obligaciones asumidas ... hayan sido completadas e incondicionalmente cumplidas por el Prestatario... ".
De la lectura del citado artículo se hace evidente que estamos en presencia de un contrato de préstamo donde "el Prestamista" es China, "el Prestatario" es Venezuela y la garantía para el pago del "préstamo" son 230.000 barriles diarios de petróleo hasta que las obligaciones asumidas hayan sido completadas e incondicionalmente cumplidas por "el Prestatario".
Se trata no solamente de una operación de crédito sino, para ser más preciso, de una operación de crédito público, pues involucra a organismos públicos venezolanos.
Hasta aquí todo luce lógico; sin embargo el problema se presenta porque, entre muchas otras irregularidades de larga enumeración, el artículo 93 de la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público, establece:
"Art. 93. No se podrán contratar operaciones de crédito público con garantías o privilegios sobre bienes o rentas nacionales, estadales o municipales".
Ahora la cosa sí que se complica. La garantía dada es la venta a futuro de 230.000 barriles diarios de petróleo, lo que en esencia no es más que una operación de crédito público garantizada con un privilegio sobre "bienes o rentas nacionales".
Al llegar aquí surge la duda de por qué el gobierno recurre a una venta de petróleo a futuro, cuando tales operaciones fueron en el pasado agriamente criticadas por los actuales personeros del oficialismo. De hecho, nunca antes en Venezuela se habían realizado operaciones de crédito público con garantías en petróleo.
Pues bien, la razón es evidente. La falta de confianza que existe en la comunidad financiera internacional con respecto al actual gobierno venezolano es tal que los intereses que tiene que pagar la República por cualquier préstamo son exorbitantes. De hecho, nuestra prima de riesgo por incumplimiento resulta 16 veces más alta que la de Chile, 11 veces mayor a la de Colombia, 10 veces mayor a la de México y Brasil y 8 veces mayor que del Perú, todo lo cual encarece enormemente cualquier endeudamiento.
Enfrentado a las urgencias de un año electoral donde la oposición va unida con un solo candidato en tanto que el solo candidato del gobierno presenta obvias limitaciones, al oficialismo no le queda otra alternativa que valerse de lo que sea, para hacerse de los recursos que requiere en su campaña. El problema es que este recurso viola claramente las leyes de la República.
Lo curioso es que los amigos chinos se presten a la maniobra. Está claro que por ahora el gobernante venezolano les dará cualquier cosa que ellos pidan. Lo que no está claro es qué ocurriría en el futuro si el ábaco de los chinos llega a fallar y el candidato que apoyan pierde las elecciones. Si se demuestra que el compromiso de las actuales autoridades es inconstitucional, al gobierno de esa inmensa nación oriental le va a resultar muy difícil cobrar.
Antes de terminar debo confesar que esta operación me tiene muy confundido. Ya antes se sabía que el Bandes había recibido de China un préstamo de 20.000 millones de dólares, el cual Pdvsa se había comprometido a pagar mediante 430.000 barriles diarios de petróleo durante diez años (16% de nuestra producción según confesión de su presidente). ¿De qué estamos hablando? ¿De entregar otros 230.000 barriles diarios adicionales a los anteriores? Francamente, no entiendo lo que está pasando.
"Para la ampliación y la implementación del presente Acuerdo las instituciones financieras designadas por las partes son: la Corporación Banco de Desarrollo de China de la República Popular de China (el "Prestamista"), el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela de la República Bolivariana de Venezuela (el "Prestatario") y el Fondo de Desarrollo Nacional S.A. (Fonden)...
No sé qué quiere decir esto en chino, pero de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, "Prestamista" es "Persona que da dinero en préstamo"; a su vez "Prestatario" es, conforme a la misma fuente: "(Del lat. praestäre) Que toma dinero a préstamo".
A su vez, el Art. 5 del mencionado Acuerdo entre Venezuela y China establece:
"Art. 5. La República Bolivariana de Venezuela se compromete a vender combustible y/o petróleo crudo... en cantidades no menores a 230.000 barriles diarios hasta que las obligaciones asumidas ... hayan sido completadas e incondicionalmente cumplidas por el Prestatario... ".
De la lectura del citado artículo se hace evidente que estamos en presencia de un contrato de préstamo donde "el Prestamista" es China, "el Prestatario" es Venezuela y la garantía para el pago del "préstamo" son 230.000 barriles diarios de petróleo hasta que las obligaciones asumidas hayan sido completadas e incondicionalmente cumplidas por "el Prestatario".
Se trata no solamente de una operación de crédito sino, para ser más preciso, de una operación de crédito público, pues involucra a organismos públicos venezolanos.
Hasta aquí todo luce lógico; sin embargo el problema se presenta porque, entre muchas otras irregularidades de larga enumeración, el artículo 93 de la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público, establece:
"Art. 93. No se podrán contratar operaciones de crédito público con garantías o privilegios sobre bienes o rentas nacionales, estadales o municipales".
Ahora la cosa sí que se complica. La garantía dada es la venta a futuro de 230.000 barriles diarios de petróleo, lo que en esencia no es más que una operación de crédito público garantizada con un privilegio sobre "bienes o rentas nacionales".
Al llegar aquí surge la duda de por qué el gobierno recurre a una venta de petróleo a futuro, cuando tales operaciones fueron en el pasado agriamente criticadas por los actuales personeros del oficialismo. De hecho, nunca antes en Venezuela se habían realizado operaciones de crédito público con garantías en petróleo.
Pues bien, la razón es evidente. La falta de confianza que existe en la comunidad financiera internacional con respecto al actual gobierno venezolano es tal que los intereses que tiene que pagar la República por cualquier préstamo son exorbitantes. De hecho, nuestra prima de riesgo por incumplimiento resulta 16 veces más alta que la de Chile, 11 veces mayor a la de Colombia, 10 veces mayor a la de México y Brasil y 8 veces mayor que del Perú, todo lo cual encarece enormemente cualquier endeudamiento.
Enfrentado a las urgencias de un año electoral donde la oposición va unida con un solo candidato en tanto que el solo candidato del gobierno presenta obvias limitaciones, al oficialismo no le queda otra alternativa que valerse de lo que sea, para hacerse de los recursos que requiere en su campaña. El problema es que este recurso viola claramente las leyes de la República.
Lo curioso es que los amigos chinos se presten a la maniobra. Está claro que por ahora el gobernante venezolano les dará cualquier cosa que ellos pidan. Lo que no está claro es qué ocurriría en el futuro si el ábaco de los chinos llega a fallar y el candidato que apoyan pierde las elecciones. Si se demuestra que el compromiso de las actuales autoridades es inconstitucional, al gobierno de esa inmensa nación oriental le va a resultar muy difícil cobrar.
Antes de terminar debo confesar que esta operación me tiene muy confundido. Ya antes se sabía que el Bandes había recibido de China un préstamo de 20.000 millones de dólares, el cual Pdvsa se había comprometido a pagar mediante 430.000 barriles diarios de petróleo durante diez años (16% de nuestra producción según confesión de su presidente). ¿De qué estamos hablando? ¿De entregar otros 230.000 barriles diarios adicionales a los anteriores? Francamente, no entiendo lo que está pasando.
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