VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
martes 22 de mayo de 2012 04:10 PM
En medio de una campaña electoral donde Hugo Chávez se juega la reelección y con el precio del petróleo en la cumbre de 112 dólares el barril, la economía venezolana recibe el mismo tratamiento de siempre, sólo que las dosis se multiplican.
El Gobierno disparó el gasto público y encendió el consumo que, a su vez, se satisface con las importaciones más elevadas de los últimos 16 años para un primer trimestre.
El problema, es que a pesar del salto se requieren más importaciones y la máquina que entrega los dólares para ir de compras no tiene suficientes billetes.
Pdvsa desvía 60 de cada 100 dólares a una serie de fondos que maneja directamente el Gobierno y el Banco Central no tiene como satisfacer las solicitudes que abarrotan los escritorios de Cadivi en busca de dólares al tipo de cambio de 4,30 bolívares.
La solución ha consistido en aumentar las importaciones que se hacen a través del Sitme, un sistema donde las empresas compran dólares a través de bonos al tipo de cambio de 5,30 bolívares por dólar.
Así, a medida que este dólar más caro gana terreno comienza a operar una devaluación en cámara lenta hasta tanto ocurre el golpe final, es decir, cuando después de las elecciones no quede otro camino que devaluar el tipo de cambio de 4,30.
Analistas y bancos de inversión explican que al tomar en cuenta la inflación, el tipo de cambio de 4,30 bolívares por dólar, que se mantiene desde enero de 2011, ha pasado a ser sumamente barato y por tanto, el crecimiento de las importaciones se hará insostenible y, además, el Gobierno necesita licuar la deuda.
Para disparar el gasto el Ministerio de Finanzas le ha vendido a los bancos del país una montaña de bonos y la manera de disminuir el peso de esta deuda es recibir más bolívares por cada petrodólar.
De caer el precio del petróleo, una vez más, el tema cambiario, como tantas veces, se tornaría rápido y furioso.
El Gobierno disparó el gasto público y encendió el consumo que, a su vez, se satisface con las importaciones más elevadas de los últimos 16 años para un primer trimestre.
El problema, es que a pesar del salto se requieren más importaciones y la máquina que entrega los dólares para ir de compras no tiene suficientes billetes.
Pdvsa desvía 60 de cada 100 dólares a una serie de fondos que maneja directamente el Gobierno y el Banco Central no tiene como satisfacer las solicitudes que abarrotan los escritorios de Cadivi en busca de dólares al tipo de cambio de 4,30 bolívares.
La solución ha consistido en aumentar las importaciones que se hacen a través del Sitme, un sistema donde las empresas compran dólares a través de bonos al tipo de cambio de 5,30 bolívares por dólar.
Así, a medida que este dólar más caro gana terreno comienza a operar una devaluación en cámara lenta hasta tanto ocurre el golpe final, es decir, cuando después de las elecciones no quede otro camino que devaluar el tipo de cambio de 4,30.
Analistas y bancos de inversión explican que al tomar en cuenta la inflación, el tipo de cambio de 4,30 bolívares por dólar, que se mantiene desde enero de 2011, ha pasado a ser sumamente barato y por tanto, el crecimiento de las importaciones se hará insostenible y, además, el Gobierno necesita licuar la deuda.
Para disparar el gasto el Ministerio de Finanzas le ha vendido a los bancos del país una montaña de bonos y la manera de disminuir el peso de esta deuda es recibir más bolívares por cada petrodólar.
De caer el precio del petróleo, una vez más, el tema cambiario, como tantas veces, se tornaría rápido y furioso.
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