Tuesday, May 8, 2012

La angustia de unos diálogos (apuntes para un ensayo)

En: http://www.noticierodigital.com/2012/05/venezuela-%c2%bfun-pais-desapacible/

Roberto Lovera De Sola

LA ANGUSTIA DE UNOS DIALOGOS
(Apunte para un ensayo)

Testimonios de lo que decimos aparecen de vez en cuando. No son abundantes pero existen, una de esas excepciones es la pieza de Julio Planchart(1885-1948 ) La república de Caín(Caracas: Editorial Elite, 1936. 243 p.), grave obra que hay que considerar con atención. Los historiadores de nuestro teatro han insistido en su singularidad, así lo vemos en el examen que de ella hace Ala Lya Barrios al explicar, al referirse a sucesos teatrales sucedidos a la muerte de Gómez(Diciembre 17,1935), que es el momento en que La República de Caín se editó, una pieza que alimentó en sus pocas lectores las graves vigilias del desasosiego nacional en medio de la dictadura y alentó las esperanzas de lo porvenir. De allí que leamos en el agudo examen de Alba Lya Barrios:”La dictadura sólo había permitido ‘discreta’ mofa de lo nuestro, ahora teníamos posibilidades de mostrar abierta preocupación y angustia, como lo hace Julio Planchart en La República de Caín. Denuncia y crítica empiezan a tener mayor cabida. La apertura política viene a estimular la fe en optimistas concepciones sobre el devenir histórico…En la modernidad dramática de esta década la obra más lograda es, a nuestro juicio, la obra de…Planchart…La república de Caín. Ensayo de dramaturgia expresionista, en verso, que utiliza con desenfado el ‘collage’ histórico, la farsa e instrucciones escenográficas de tipo simbólico para representar la desolación del país, como lo ilustra la acotación contenida en el prólogo: ‘árbol de una sola rama y sin hojas. Un zamuro’, que obviamente no nos remite a un reconocible escenario realista, sino a un estilizado simbolismo. Desde este comienzo campea una visión pesimista que, a veces, parece coincidir con la tesis del “gendarme necesario”…La República de Caín es la primera obra grotesca de amplio aliento en nuestra dramaturgia…También la obra más pesimista del período pues todo, absolutamente todo, sin excepción, queda degradado por la deformación bufonesca. Poética del grotesco expresionista en contraste con el realismo todavía en boga. La República de Caín no merece el olvido”(Alba Lya Barrios/Carmen Mannarino/Enrique Izaguirre: La dramaturgia venezolana del siglo XX. Caracas: ITI/UNESCO ,1997,p.82-92).
Con relación a la tesis del “gendarme necesario”, de lo cual nos ocuparemos ahora, es muy significativo un parlamento que también cita Alba Lya Barrios,”No se merece el habitante/de este país cobarde de ladrones/agiotistas, cuatreros y bribones/en donde se estimula a los bandidos/en sus procedimientos criminales”(La República de Caín,p.207), este tiende sus redes hasta el presente, hasta la inmensa corrupción de la democracia representativa de los setenta del siglo XX en adelante, asunto siempre presente en las obras de Rodolfo Santana(1944). Leonardo Azparren Giménez(1941) por su parte también indica la singularidad de esta pieza(El teatro en Venezuela. Caracas: Alfadil,1997,p.114-115). Azparren en otro estudio suyo dedicado a la dramaturgia de Rodolfo Santana había indicado:”En este volumen se reúnen algunas de las más importantes obras…de… Santana (Barbarroja, 1976, La muerte de Alfredo Gris,1969, Los criminales,1971, Nuestro Padre Drácula,1969, La farra,1972), importantes por corresponder a los años que el autor irrumpió a la dramaturgia venezolana. Esa irrupción, en años tan cruciales como son los del período 1967-1973, consistió en la aparición de un nuevo discurso, con proposiciones estéticas e ideológicas revolucionarias. Escasos antecedentes tenía el teatro venezolano, en los que se hubiera propuesto una ruptura radical del discurso realista, en cualquier de sus formas estéticas e ideológicas, y se hubiera atentado contra el sistema institucional, discretamente crítico cuando no timorato, de la escritura dramática. Habría que remontarse a Julio Planchart con La república de Caín, escrita entre 1913 y 1915, pero sólo publicada en 1936 sin nunca haberse escenificado, o las dos breves piezas surrealistas que Arturo Uslar Pietri(1906-2001) escribió en 1927 y 1928, “E Ultreja”(Revista Cultura Venezolana, Caracas, n/ 83,1927,p.218-227) y “La llave”(Fantoches, Caracas: Marzo 28,1928 ) como anota Azparren(Prólogo a Rodolfo Santana: Teatro. Caracas: Monte Ávila Editores,1994,t.I,p.7).
En cuanto a la piezas de Uslar pervive la interrogante de ¿por qué al compilar su obra dramática(Teatro. Caracas: Edime,1958.174 p.) las excluyó?, ¿sería por haber sido escritas en Caracas antes de su salida a Europa en 1929 y las consideró, sospechamos, pese a su gran valor, que vemos hoy, trabajos de iniciación?. En el volumen Teatro solo están sus piezas de los años cincuenta, no había escrito aun su obra mayor como dramaturgo Chúo Gil y las tejedoras(Caracas: Tip. Vargas,1960. 87 p.), la obra más universal del teatro venezolano.
El planteamiento de La República de Caín es antidictatorial y por tanto anti gomecista, Gómez en ella es Caín, pero La República de Caín no se pudo editar bajo aquella autocracia, aunque un fragmento vio la luz en una gaceta(Revista Cultura, Caracas,n/ 9,Diciembre 7,1912, cosa que puede verse hoy en la Antología de la revista Cultura. Caracas: Monte Ávila Editores,1983,p.199-206). Tampoco pudo imprimir Rómulo Gallegos(1884-1969) la primera versión de El Forastero(1921-1922), escrita en los años veinte, la cual no se logró publicar sino muchas décadas después(La primera versión de El Forastero. Novela inédita. Prólogo: José Santos Uriola. Caracas: Universidad Simón Bolívar,1980. 318 p.) y su sentido, claro está, es distinto a la El forastero(Caracas: Editorial Elite,1942.289 p.) que todos conocemos, pese al especial valor que este tuvo, subrayado por Domingo Miliani(1934-2002) al ver aparecer en esta novela “el otro Gallegos”(Prueba de fuego. Caracas: Monte Ávila Editores,1973,p.48 ).
La república de Caín es también fundamental por traer la esencia de los ideales de la generación de Planchart e incluir su mensaje civilista, expuesto por uno de ellos, Rómulo Gallegos, desde las columnas de la revista La alborada(1909), trabajos que pueden leerse ahora en su único libro de ensayos(Una posición en la vida. México: Ediciones Humanismo,1954. 560 p.), lo cual niega la incapacidad de Gallegos para vertebrar reflexiones ensayísticas. Esto fue señalado por uno de los adversarios políticos de Gallegos, lo cual les impedía poder mirar su obra con imparcialidad. Tal la opinión, que la obra de pensador de Gallegos niega rotundamente, señala que ”Gallegos era un hombre muy débil, muy perezoso mentalmente, la obra de pensamiento… de Gallegos no existe. Nada ni un artículo”, como señaló Arturo Uslar Pietri en sus conversaciones con Rafael Arraiz Lucca(Ajuste de cuentas. Caracas: Los Libros de El Nacional,2001,p.38 ). No hay que olvidar para sopesar el duro juicio del maestro Uslar que este más que connotaciones intelectuales las tiene políticas porque fue el partido de Gallegos el que sacó del poder al régimen siempre positivo del presidente Medina Angarita(Octubre 18,1945), administración buena pero también ciega y sorda para entender las realidades políticas que tenía ante sí dentro del país, en la cual Uslar fue su eminencia gris, su figura central. Al caer Medina Uslar fue enviado al exilio y quedó siempre como cabeza de aquellos que adversaban a Rómulo Betancourt(1908-1981), Gallegos y al partido de ambos, Acción Democrática. Ello fue así pese a sus justas ejecutorias de Uslar a lo largo de los cuarenta años del régimen democrático iniciado en 1958, a sus múltiples consejos y reconvenciones(es bien conocido que la salida de Carlos Andrés Pérez del poder, en 1993, fue decidida en su casa de La Florida). Según, la idea de Uslar, Gallegos sólo era hombre capacitado para la obra de invención creadora, para escribir cuentos y novelas. Pero la verdad es completamente distinta, ambos el narrador y el hombre de ideas convivieron en él, sus ideas e ideales no sólo están expuestos en sus narraciones breves y largas, también lo están en sus artículos, ensayos y discursos. De hecho los textos de La Alborada, publicados entre Enero y Mayo de 1909, que son verdaderos ensayos, constituyen como ahora lo veremos, y no es poco, la más completa y rotunda exposición de las bases del pensamiento civilista venezolano a comienzos del siglo XX, todavía en plena vigencia. Y siempre que se entre en estos predios de los escritos galleguianos no hay que olvidar que el maestro siempre se consideró un contemplativo(Una posición en la vida,p.385). Y al leer y repasar los parlamentos de La República de Caín no hay que olvidar aquello que se lee en ella: ”quien siente la patria y reacciona con ira contra el dolor, no puede escribir suavidades en estos míseros tiempos de Venezuela”(p.13). Y fueron intelectuales los primeros en exponer el ideario contario, en criticar caudillos y gamonales, crear lo que el propio Gallegos denominó la “patria deseada”, la antimilitarista, la civilista, de la de la democracia, concepciones que fueron elaboradas por él al mismo tiempo en que Laureano Vallenilla Lanz(1870-1936) inició, sobre todo en la revista El cojo ilustrado, la publicación de los ensayos con los cuales formó su Cesarismo democrático(Caracas: Empresa El Cojo, 1919. VIII, 307 p.) que constituyeron la justificación plena de la dictadura así no nombrara a Gómez en ningún momento. El enjuiciamiento completo de las erróneas doctrinas de El cesarismo democrático las haría otro miembro de esa misma generación de los años veinte porque de hecho, es nuestra percepción y opinión, la gente de La Alborada, los fundadores de El Círculo de Bellas Artes(Agosto 28,1912), los creadores de 1918 y los jóvenes de 1928 constituyeron, como lo hicieron ver tanto Fernando Paz Castillo(1893-1981) en un discurso sobre, Miguel Otero Silva(1908-1985) uno de ellos(en Varios Autores: Discursos de incorporación. Caracas: Academia Venezolana de la Lengua,1983,t.VI,p.149) como Augusto Mijares(Lo afirmativo venezolano. Caracas: Dimensiones, 1980,p.157-163) una misma generación, Paz Castillo y Mijares se refieren sólo a los hombres de 1918 y 1928 pero nosotros incluimos también a los escritores de La Alborada y a los que se juntaron en la fundación del Círculo de Bellas Artes, todos los miembros del Círculo de Bellas Artes no eran artistas plásticos, y formaron una generación porque los ideales de todos fueron lo mismos. Fue también Augusto Mijares, otro de ellos, en La interpretación pesimista de la sociología hispanoamericana(Caracas: Cooperativa de Artes Gráficas, 1938. 83 p.), quien hizo la crítica más severa a las tesis de don Laureano en su Cesarismo democrático.
Pero hay más, porque la significación de La República de Caín va más allá del mero teatro, también penetra en la historia de nuestras ideas. Por ello se hace necesario, cosa que no se ha intentado aún, trazar el paralelo que hay entre La república de Caín y la novela Los adolescentes.(Barcelona: Ariel, 1958. 263 p.) de Augusto Mijares, en ambas subyace el mismo pensamiento: pesimista en Planchart, afirmativo, la palabra que era la que sin duda más le gustaba, en Mijares. Fueron aquellos los hombres que añoraron otro país, desearon otra nación, cosa que expresó Gallegos en El Ultimo Solar(Caracas: Imp.Bolívar,1920.298 p.). Por cierto, es una acotación bibliográfica, en las Obras completas del maestro, en su edición habanera de 1949, que es la que usamos, el libro que aparece con el título de Reinaldo Solar es El último Solar, es decir la primera versión de su primera novela.
En El último Solar cuando se lee la expresión, en su primera versión(distinta de la publicada en 1930 con el mote de Reinaldo Solar) al llamar a esto “dolor de la patria”(Obras completas. La Habana: Editorial Lex,1949,p.179), al decir, en la misma ficción, ”¡Qué bella eres, Patria, y como nos haces sufrir¡”(Obras completas,p.96) o “hemos cumplido con la juventud, porque hemos sabido soñar, y con la Patria, porque hemos sufrido su dolor”(Obras completas,p.180). Es sentir el “mal de Venezuela” como Antonio Arraiz(1903-1962), otro de ellos, el autor de Áspero(Caracas: Imp. Bolívar,1924. 70 p.), en su estremecedor poema “Quiero estarme en ti”, en su “Canto a la tierra estéril” ambos de su poemario Parsimonia(Buenos Aires: L.J.Rosso,1932. 197 p..), poemas todos que se pueden leer en su Suma poética(Caracas: Inciba,1966,p.105,206-208,237-246) o la tercera de sus Cinco sinfonías(Caacas: Asociación de Escritores Venezolanos,1939.56 p.), todos agónicamente concebidos, con hondo, y por profundo, amor por Venezuela.
Para denominar una misma generación a aquellas tres que hemos señalado, que se espigan en nuestra vida pública a partir del 31 de enero de 1909, fecha de la edición del primer número de la revista La Alborada y en 1913 con la publicación de Los aventureros(Caracas: Imp.Bolívar,1913. 160 p.) el primer libro de cuentos de Gallegos. Personas y obras que se fueron entrelazando a través de la iniciativa del Círculo de Bellas Artes(1912), la aparición del libro inicial de Enrique Panchart(1894-1953), Primeros poemas(Caracas: Imp.Bolívar,1919. 141 p.), miembro de la generación de 1918, la publicación de la primera novela de Gallegos, El último solar(1920), la idea de la concepción de La trepadora(Caracas: Tip. Mercántil,1925. 356 p.) que tuvo en un hombre de 1918, el poeta Fernando Paz Castillo, el sugeridor de la idea que lo llevó a escribirla como el maestro lo reconoce en la dedicatoria y de allí hasta la publicación del número primero y único de la revista vanguardista válvula y de Barrabás y otros relatos(Caracas: Tip. Vargas,1928.159 p.), ambos de 1928, el primer libro de narraciones cortas de Uslar Pietri. Consideramos además que esta generación ingresa en nuestra vida pública cuando cada uno de sus integrantes llega a los veinte años, cosa que sucedió a Gallegos, el mayor de todos, en 1914, a Leoncio Martínez, Leo(1888-1941), fundador del Círculo de Bellas Artes, en 1908, a Fernando Paz Castillo(1893-1981), creador de 1918, en 1913, a Arturo Uslar Pietri en 1926, es decir inician su actuación que será decisiva y prolífica durante un período de diez y ocho años por ello son una generación porque una nueva generación se produce cada veinte y ocho años, es por lo que la llamada generación de 1936 estará formada por ellos mismos y serán ellos también lo que llegaran al poder, capitaneados por uno de ellos, Rómulo Betancourt, en 1945 para establecer el régimen democrático que añoraban los personajes de El último solar(Obras completas,p.123). Esta hizo verdad en todo el amplio ámbito de todas las manifestaciones culturales, en la historia de nuestras ideas y en la política aquella sentencia de Séneca(4 aC-65 dC):”Vivire militare est” o el apotegma hebreo: “Yo he combatido mis combates”. Para hacer este trazado, y para sostener esta opinión, que todos estos escritores formaron una unidad, nos hemos basado en la exposición de la teoría de la generaciones expuesta, en 1923, con gran repercusión, por José Ortega y Gasset(1883-1955) en su libro El tema de nuestro tiempo(Madrid: Revista de Occidente,1966. 188 p.), considerado hoy en día por Jacques Barzum(1907), en Del amanecer a la decadencia(México: Taurus,2005,p.1178-1179) como la mejor explicación de este tiempo de declinar de una civilización que en la actualidad vive el mundo occidental, época que se inició en el siglo XV, cosa que no nos ha dejado de llamar la atención, tan sólidas son las ideas de Ortega que han sido consideradas por un autor anglosajón como las mejores, incluidas las expuestas por el mismo filósofo, en 1930, en La rebelión de las masas(Madrid: Orbis,1984), nos llama la atención porque los anglosajones siempre excluyen de sus reflexiones y análisis a los autores que escriben en castellano y pertenecen al rico mundo hispánico, del “territorio de La Mancha”, que ha dicho el mexicano Carlos Fuentes(1928 ) en sus Tres discursos para dos aldeas(Prólogo: Tomás Eloy Martínez. México: Fondo de Cultura Económica,1993. 107 p.) y en su fundamental El espejo mágico(México: Fondo de Cultura Económica,1993. 440 p.), civilización cuyo libro mayor, central, decisivo, de cabecera, es el Quijote(1605).
Todo lo relativo al pensamiento civilista de Gallegos y al “otro Gallegos” ha sido repasado, desarrollando las intuiciones que estaban apenas en germen en el estudio de Miliani antes citado, por el crítico Carlos Pacheco en un esclarecer trabajo(“Gallegos la patria deseada y el parricidio” en La patria y el parricidio. Mérida: El Otro, el mismo,2001,p.77-97).

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