FRANCISCO RIVERO VALERA | EL UNIVERSAL
viernes 9 de noviembre de 2012 12:00 AM
Venezuela es un país subdesarrollado. O, para que sea menos doloroso: en vías de desarrollo.
Esta frase ha venido rodando desde 1960, de gobierno en gobierno, de economista en economista, de sociólogo en sociólogo, de psicólogo en psicólogo. Y continuamos.
Ese estado de subdesarrollo es inconcebible para este país que lo posee casi todo: estratégica ubicación geográfica al norte de América del Sur con 912.050 km 2. Gran extensión de costas. Clima cálido, frío, tibio. Montañas, valles, selvas, llanos, médanos. El 20% del agua dulce del continente. Petróleo, oro, hierro, aluminio, uranio, diamantes, esmeraldas. No posee volcanes ni ha sido víctima de azotes naturales como huracanes o tsunamis, a pesar de la gran extensión de costas. Es un paraíso terrenal.
Muchos países no tienen los privilegios de Venezuela y, sin embargo, han logrado el desarrollo político y económico. Cito 2: Japón y Suiza.
Japón tiene 373 mil km 2, la tercera parte de nuestro territorio, 80 por ciento montañoso. Y 124 millones de habitantes. No tiene recursos naturales importantes. Ha sido devastado por tsunamis, guerras e impacto nuclear en Hiroshima y Nagasaky en 1945. Comenzó su recuperación económica fabricando pésimos juguetes de lata reciclada que decían made in Japan. Actualmente es la primera potencia económica mundial en exportación de servicios de calidad.
Por su parte, Suiza es un país que tiene 41.293 km. 2. Y 7 millones de habitantes. No tiene océanos pero dispone de una de las mayores flotas náuticas del mundo. No cultiva cacao pero produce uno de los mejores chocolates. Dispone de 4 meses al año para cultivar sus tierras y 8 meses de invierno pero exporta gran variedad de productos lácteos de alta calidad. Por su imagen de seguridad, orden y trabajo es la "caja fuerte" del mundo con bancos que tienen cuantiosos depósitos particulares. Y exporta relojes de gran exactitud.
¿Dónde está la diferencia?
La diferencia no está en los recursos naturales o en la extensión del territorio o en la antigüedad, raza o inteligencia. La diferencia está en la gente.
Según estudios del Consulting Group, la mayoría de las personas de países desarrollados tienen 10 actitudes comunes: la moral como principio básico. Integridad. Puntualidad. Responsabilidad. Orden y limpieza. Deseos de superación. Respeto a las leyes, normas y procedimientos. Respeto por el derecho de los demás. Amor al trabajo. Y esfuerzo por la economía.
Son las 10 actitudes del gran secreto para alcanzar el desarrollo político y económico. No incluyen la corrupción, filiación política ni viveza criolla. Y pueden servir como test para evaluar la actitud de los venezolanos como factor de desarrollo del país en razón de su comportamiento moral como principio básico, de integridad o de respeto a las leyes, normas y procedimientos.
Al final de nuestro análisis nos daremos cuenta de que vivimos en un país con gente tan declinante en sus valores, que son capaces de elegir, no los mejores gobernantes sino los que garanticen su degradación moral, como fiel expresión de la profundidad de nuestra pobreza o, como lo quiera nombrar, de nuestro subdesarrollo.
Porque, pobreza no es la carencia de riquezas naturales sino la ausencia de actitud moral en la búsqueda de la excelencia para ser cada día mejores.
Creo que llegó la hora de despertar y cambiar de actitud para salir de abajo.
Que así sea.
Esta frase ha venido rodando desde 1960, de gobierno en gobierno, de economista en economista, de sociólogo en sociólogo, de psicólogo en psicólogo. Y continuamos.
Ese estado de subdesarrollo es inconcebible para este país que lo posee casi todo: estratégica ubicación geográfica al norte de América del Sur con 912.050 km 2. Gran extensión de costas. Clima cálido, frío, tibio. Montañas, valles, selvas, llanos, médanos. El 20% del agua dulce del continente. Petróleo, oro, hierro, aluminio, uranio, diamantes, esmeraldas. No posee volcanes ni ha sido víctima de azotes naturales como huracanes o tsunamis, a pesar de la gran extensión de costas. Es un paraíso terrenal.
Muchos países no tienen los privilegios de Venezuela y, sin embargo, han logrado el desarrollo político y económico. Cito 2: Japón y Suiza.
Japón tiene 373 mil km 2, la tercera parte de nuestro territorio, 80 por ciento montañoso. Y 124 millones de habitantes. No tiene recursos naturales importantes. Ha sido devastado por tsunamis, guerras e impacto nuclear en Hiroshima y Nagasaky en 1945. Comenzó su recuperación económica fabricando pésimos juguetes de lata reciclada que decían made in Japan. Actualmente es la primera potencia económica mundial en exportación de servicios de calidad.
Por su parte, Suiza es un país que tiene 41.293 km. 2. Y 7 millones de habitantes. No tiene océanos pero dispone de una de las mayores flotas náuticas del mundo. No cultiva cacao pero produce uno de los mejores chocolates. Dispone de 4 meses al año para cultivar sus tierras y 8 meses de invierno pero exporta gran variedad de productos lácteos de alta calidad. Por su imagen de seguridad, orden y trabajo es la "caja fuerte" del mundo con bancos que tienen cuantiosos depósitos particulares. Y exporta relojes de gran exactitud.
¿Dónde está la diferencia?
La diferencia no está en los recursos naturales o en la extensión del territorio o en la antigüedad, raza o inteligencia. La diferencia está en la gente.
Según estudios del Consulting Group, la mayoría de las personas de países desarrollados tienen 10 actitudes comunes: la moral como principio básico. Integridad. Puntualidad. Responsabilidad. Orden y limpieza. Deseos de superación. Respeto a las leyes, normas y procedimientos. Respeto por el derecho de los demás. Amor al trabajo. Y esfuerzo por la economía.
Son las 10 actitudes del gran secreto para alcanzar el desarrollo político y económico. No incluyen la corrupción, filiación política ni viveza criolla. Y pueden servir como test para evaluar la actitud de los venezolanos como factor de desarrollo del país en razón de su comportamiento moral como principio básico, de integridad o de respeto a las leyes, normas y procedimientos.
Al final de nuestro análisis nos daremos cuenta de que vivimos en un país con gente tan declinante en sus valores, que son capaces de elegir, no los mejores gobernantes sino los que garanticen su degradación moral, como fiel expresión de la profundidad de nuestra pobreza o, como lo quiera nombrar, de nuestro subdesarrollo.
Porque, pobreza no es la carencia de riquezas naturales sino la ausencia de actitud moral en la búsqueda de la excelencia para ser cada día mejores.
Creo que llegó la hora de despertar y cambiar de actitud para salir de abajo.
Que así sea.
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