JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO) | EL UNIVERSAL
viernes 9 de noviembre de 2012 12:00 AM
Como todos los martes y jueves, Piedad y Modesta se encuentran en la parada de Chacaíto para hacer juntas la cola del "Por Puesto" que las llevará al trabajo. No eran amigas, mucho menos conocidas, aunque las dos viven en Petare. Pero, de tanto que se han visto, y de mucho esperar la camionetica, se han hecho compañeras de trayecto y de tertulias.
El país les ha dado suficiente tela que cortar y con qué entretenerse. Hablan de los hijos, de lo costosa que está la vida, de la escasez de comida, de los últimos asesinatos en sus barrios, de los maridos, de sus pueblos natales y hasta de política.
Ambas, votaron el 7-O. Modesta hasta se arriesgó a poner en la ventana de su casita, en pleno corazón de El Carpintero, un afiche de Capriles. Piedad, en cambio, prefirió no dejar en evidencia su preferencia electoral; pero, eso sí: se levantó ese domingo bien temprano, preparó café, despertó al marido y salieron juntos a votar por Henrique. El guayabo postelectoral que reflejaban sus caras cuando volvieron a encontrarse en Chacaíto, hablaba por sí solo. La derrota de "El Flaco", y el chalequeo al que fueron sometidas por los eufóricos chavistas, fue el tema que las ocupó durante el recorrido del autobusete ese día.
Después, ya no hablaron más de política... ¡Hasta este martes! cuando Piedad decidió ponerse de nuevo en campaña. Llegó entusiasmada a la parada. Había escuchado unas declaraciones de Ledezma y sintió que no todo estaba perdido. El 16 de diciembre le volvería a dar su apoyo a Henrique, esta vez para reelegirlo como gobernador de Miranda. "Agarrando aunque sea fallo" le decía a Modesta, quien miraba a Piedad con el asombro del incrédulo ante un milagro inesperado.
El relato, de nuevo ¡arrancado de la vida misma! me sirve de antesala para el tema que desde hace días me ocupa. Piedad y Modesta son tan sólo una pequeña muestra de las tendencias que se palpan por estos días, de cara a las nuevas elecciones. El 16-D tenemos (¿cuántos venezolanos lo haremos?) que regresar a los centros electorales para escoger a los gobernadores, en medio de un panorama de reclamos soterrados, por un lado, y ventajismos desbordantes, por el otro.
No sólo se pone en discusión la fecha de los próximos comicios, sino que aún siguen debatiéndose los resultados del anterior. Conversando con expertos en el tema, me llama poderosamente la atención que la mayoría opina que la abstención del próximo 16-D será muy alta a menos que, tanto Henrique Capriles como los miembros de la MUD, procedan a impugnar las elecciones del 7-O, "dado que siendo Hugo Chávez un militar activo, no pudo haberse lanzado como candidato a la presidencia, lo cual está descrito en el Art. 330 de la Constitución". Eso como punto de partida.
Pero las peticiones que le hacen a la Mesa pican y se extienden: solicitar la eliminación del voto electrónico y volver al manual (por algo se mantiene el manual en la mayoría de los países, como la forma más segura de elección); exigir que ni las FAN ni las milicias sean "garantes" de ningún proceso electoral, porque votar es un acto civil; pedir una auditoría independiente del REP que contraste las partidas de nacimiento, las de defunción y las gacetas de nacionalización; denunciar y remover a los rectores del CNE, por parcializados con Miraflores...
Son muchos aspectos importantes que habría que corregir, para el poco tiempo que nos separa del 16 de diciembre. Por esa razón hay quienes proponen postergar las elecciones y así evitar que el mapa venezolano amanezca -el día que conmemoramos la muerte del Libertador- completamente rojo, con un sistema de gobierno que nadie quiere y que es inconstitucional, como queda claramente expresado en los artículos 2 y 6 de la Carta Magna.
Señalan algunos que, cuando el 7-O la MUD reconoció el triunfo de Chávez como Presidente y admitió que "no hubo fraude", lo que hizo fue darle un espaldarazo a este desgobierno; cuando lo que debieron hacer fue protestar los resultados. Impugnarlos. Exigir el conteo de los votos.
No sé, pero lo que percibo en el ambiente es que a estas elecciones vamos desanimados. Es el mismo sentimiento que recojo en los pocos quienes hasta ahora me aseguran irán a votar. La fecha -más cercana a viajes, arbolito, nacimiento, pernil y hallacas, que de cualquier otra cosa- impactará de manera categórica en el porcentaje de abstención. Y nos pone en otra encrucijada: si votamos, legitimamos las trácalas, abusos, parcialidad y ventajismo. Si no votamos, nos quitan lo poco que nos queda. Difícil, ¿no? La decisión de votar el próximo 16 de diciembre, de no postergarse las elecciones, será un acto de consciencia.
...Modesta, exasperada ante el súbito entusiasmo electoral de Piedad, sólo atina a comentarle: "Allá tu mija. Ese domingo mi plan es otro. Claro que sí me voy a levantar temprano; pero, no para ir a votar por Capriles. Ese día lo voy a dedicar completiiiiico a preparar las hallacas y los bollos".
El país les ha dado suficiente tela que cortar y con qué entretenerse. Hablan de los hijos, de lo costosa que está la vida, de la escasez de comida, de los últimos asesinatos en sus barrios, de los maridos, de sus pueblos natales y hasta de política.
Ambas, votaron el 7-O. Modesta hasta se arriesgó a poner en la ventana de su casita, en pleno corazón de El Carpintero, un afiche de Capriles. Piedad, en cambio, prefirió no dejar en evidencia su preferencia electoral; pero, eso sí: se levantó ese domingo bien temprano, preparó café, despertó al marido y salieron juntos a votar por Henrique. El guayabo postelectoral que reflejaban sus caras cuando volvieron a encontrarse en Chacaíto, hablaba por sí solo. La derrota de "El Flaco", y el chalequeo al que fueron sometidas por los eufóricos chavistas, fue el tema que las ocupó durante el recorrido del autobusete ese día.
Después, ya no hablaron más de política... ¡Hasta este martes! cuando Piedad decidió ponerse de nuevo en campaña. Llegó entusiasmada a la parada. Había escuchado unas declaraciones de Ledezma y sintió que no todo estaba perdido. El 16 de diciembre le volvería a dar su apoyo a Henrique, esta vez para reelegirlo como gobernador de Miranda. "Agarrando aunque sea fallo" le decía a Modesta, quien miraba a Piedad con el asombro del incrédulo ante un milagro inesperado.
El relato, de nuevo ¡arrancado de la vida misma! me sirve de antesala para el tema que desde hace días me ocupa. Piedad y Modesta son tan sólo una pequeña muestra de las tendencias que se palpan por estos días, de cara a las nuevas elecciones. El 16-D tenemos (¿cuántos venezolanos lo haremos?) que regresar a los centros electorales para escoger a los gobernadores, en medio de un panorama de reclamos soterrados, por un lado, y ventajismos desbordantes, por el otro.
No sólo se pone en discusión la fecha de los próximos comicios, sino que aún siguen debatiéndose los resultados del anterior. Conversando con expertos en el tema, me llama poderosamente la atención que la mayoría opina que la abstención del próximo 16-D será muy alta a menos que, tanto Henrique Capriles como los miembros de la MUD, procedan a impugnar las elecciones del 7-O, "dado que siendo Hugo Chávez un militar activo, no pudo haberse lanzado como candidato a la presidencia, lo cual está descrito en el Art. 330 de la Constitución". Eso como punto de partida.
Pero las peticiones que le hacen a la Mesa pican y se extienden: solicitar la eliminación del voto electrónico y volver al manual (por algo se mantiene el manual en la mayoría de los países, como la forma más segura de elección); exigir que ni las FAN ni las milicias sean "garantes" de ningún proceso electoral, porque votar es un acto civil; pedir una auditoría independiente del REP que contraste las partidas de nacimiento, las de defunción y las gacetas de nacionalización; denunciar y remover a los rectores del CNE, por parcializados con Miraflores...
Son muchos aspectos importantes que habría que corregir, para el poco tiempo que nos separa del 16 de diciembre. Por esa razón hay quienes proponen postergar las elecciones y así evitar que el mapa venezolano amanezca -el día que conmemoramos la muerte del Libertador- completamente rojo, con un sistema de gobierno que nadie quiere y que es inconstitucional, como queda claramente expresado en los artículos 2 y 6 de la Carta Magna.
Señalan algunos que, cuando el 7-O la MUD reconoció el triunfo de Chávez como Presidente y admitió que "no hubo fraude", lo que hizo fue darle un espaldarazo a este desgobierno; cuando lo que debieron hacer fue protestar los resultados. Impugnarlos. Exigir el conteo de los votos.
No sé, pero lo que percibo en el ambiente es que a estas elecciones vamos desanimados. Es el mismo sentimiento que recojo en los pocos quienes hasta ahora me aseguran irán a votar. La fecha -más cercana a viajes, arbolito, nacimiento, pernil y hallacas, que de cualquier otra cosa- impactará de manera categórica en el porcentaje de abstención. Y nos pone en otra encrucijada: si votamos, legitimamos las trácalas, abusos, parcialidad y ventajismo. Si no votamos, nos quitan lo poco que nos queda. Difícil, ¿no? La decisión de votar el próximo 16 de diciembre, de no postergarse las elecciones, será un acto de consciencia.
...Modesta, exasperada ante el súbito entusiasmo electoral de Piedad, sólo atina a comentarle: "Allá tu mija. Ese domingo mi plan es otro. Claro que sí me voy a levantar temprano; pero, no para ir a votar por Capriles. Ese día lo voy a dedicar completiiiiico a preparar las hallacas y los bollos".
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