OSWALDO PÁEZ-PUMAR| EL UNIVERSAL
sábado 2 de noviembre de 2013 12:00 AM
Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello le advirtieron a Capriles que sería el responsable de los daños y las muertes que sin duda ocurrirían como resultado de una marcha de protesta de los empleados de la gobernación del Estado Miranda reclamando el pago del situado constitucional. "Encontrarán de frente al pueblo". El pueblo con el cual la marcha toparía es una fuerza de choque armada al servicio del gobierno que administra el PSUV, lo contrario a los "boy scouts", pero como éstos "siempre listos", lo que explica la predicción de los daños y muertes y el dúo del presidente de la Asamblea, como psuvista con Rodríguez el alcalde de Libertador por donde transitaría la marcha.
Peculiar
La advertencia es peculiar porque los marchistas ejercen el derecho constitucional de transitar, pero más peculiar aún es el "fundamento filosófico" de los dos ligaditos frente a los marchistas, pues le niegan el derecho a la protesta, señalando que la misma solo puede hacerse contra el gobernador de Miranda único culpable de la falta de pago, porque la falta de pago del situado es legítima si el gobernador no es del PSUV y cuidado que aun siéndolo, pudiera negársele también de no estar alineado.
La práctica de anunciar daños, muertes y calamidades para imputárselas a los enemigos políticos lleva casi quince años de vigencia; y las huestes siempre listas para realizarlos han recibido variados nombres, hoy se usa la palabra "colectivos" para identificarlos, pero no son ellos sino sus financistas los autores de las muertes, daños y desafueros.
La violencia que asola a Venezuela de norte a sur no se acabará mientras el gobierno no la combata y no la podrá combatir mientras la existencia de grupos que lo respaldan la practiquen con patente de corso; pues es imposible distinguir entre unos y otros autores; y por eso paralizado ante la presencia del monstruo que engendró no le queda más remedio al gobierno que hacer y practicar lo que constituye su proceder rutinario: imputarle a otro la responsabilidad por lo que ocurre, así llegue al ridículo de achacarle a una iguana la caída del servicio eléctrico. El cese de la violencia y la llegada de la paz supone el cambio de gobierno.
Peculiar
La advertencia es peculiar porque los marchistas ejercen el derecho constitucional de transitar, pero más peculiar aún es el "fundamento filosófico" de los dos ligaditos frente a los marchistas, pues le niegan el derecho a la protesta, señalando que la misma solo puede hacerse contra el gobernador de Miranda único culpable de la falta de pago, porque la falta de pago del situado es legítima si el gobernador no es del PSUV y cuidado que aun siéndolo, pudiera negársele también de no estar alineado.
La práctica de anunciar daños, muertes y calamidades para imputárselas a los enemigos políticos lleva casi quince años de vigencia; y las huestes siempre listas para realizarlos han recibido variados nombres, hoy se usa la palabra "colectivos" para identificarlos, pero no son ellos sino sus financistas los autores de las muertes, daños y desafueros.
La violencia que asola a Venezuela de norte a sur no se acabará mientras el gobierno no la combata y no la podrá combatir mientras la existencia de grupos que lo respaldan la practiquen con patente de corso; pues es imposible distinguir entre unos y otros autores; y por eso paralizado ante la presencia del monstruo que engendró no le queda más remedio al gobierno que hacer y practicar lo que constituye su proceder rutinario: imputarle a otro la responsabilidad por lo que ocurre, así llegue al ridículo de achacarle a una iguana la caída del servicio eléctrico. El cese de la violencia y la llegada de la paz supone el cambio de gobierno.
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