RAFAEL BELLO| EL UNIVERSAL
sábado 24 de mayo de 2014 12:00 AM
No quedan en el silencio las inquietudes estudiantiles que apenas abrían los ojos al mundo y sus voces se eternizaron con el grito valiente de libertad. La barbarie cegó sus vidas útiles para el porvenir independiente y progresista de Venezuela. Esta juventud preeminente del futuro democrático es presencia y compromiso para la Venezuela que sobrevive en las calles con la fuerza invencible de la razón y la justicia.
Preludio democrático que toma caminos de pueblos distantes, abraza la causa libre en las ciudades donde no cesan las movilizaciones de la gloria estudiantil venezolana, con el coraje que desafía y arrincona a la zanganería comunistoide. Este es un país noble y de una gran tradición de solidaridad humana. Somos un pueblo que no se rinde, porque sabe luchar, abrirse paso ante la adversidad y salir victorioso.
Es el accionar presente y permanente en la defensa de la identidad y soberanía nacional. Eso está acendrado en el sentimiento y espíritu libre de los venezolanos. Es así por lo que la lucha de los estudiantes en todo el ámbito de nuestra geografía, es la respuesta de auténtica unidad nacional que se proyecta en el tiempo y representa hoy la vigencia de la independencia de Venezuela.
Somos millones los ciudadanos de este país que asumimos el compromiso unitario con la fortaleza que convoca la civilidad para el cambio exigente ante ese clima destructivo, empobrecedor y miserable que golpea la vida de los habitantes de esta nación. Los venezolanos de manos de la inteligencia y el trabajo haremos posible la reconstrucción del país. Para ello se lucha y está presente el esfuerzo noble, sagrado y supremo de los estudiantes.
Inmenso el aporte de la juventud del presente a la libertad. El cambio sigue su curso y el pueblo no se ausentará de sus calles con las manos vacías. Las tendrá siempre desbordantes de libertad.
Preludio democrático que toma caminos de pueblos distantes, abraza la causa libre en las ciudades donde no cesan las movilizaciones de la gloria estudiantil venezolana, con el coraje que desafía y arrincona a la zanganería comunistoide. Este es un país noble y de una gran tradición de solidaridad humana. Somos un pueblo que no se rinde, porque sabe luchar, abrirse paso ante la adversidad y salir victorioso.
Es el accionar presente y permanente en la defensa de la identidad y soberanía nacional. Eso está acendrado en el sentimiento y espíritu libre de los venezolanos. Es así por lo que la lucha de los estudiantes en todo el ámbito de nuestra geografía, es la respuesta de auténtica unidad nacional que se proyecta en el tiempo y representa hoy la vigencia de la independencia de Venezuela.
Somos millones los ciudadanos de este país que asumimos el compromiso unitario con la fortaleza que convoca la civilidad para el cambio exigente ante ese clima destructivo, empobrecedor y miserable que golpea la vida de los habitantes de esta nación. Los venezolanos de manos de la inteligencia y el trabajo haremos posible la reconstrucción del país. Para ello se lucha y está presente el esfuerzo noble, sagrado y supremo de los estudiantes.
Inmenso el aporte de la juventud del presente a la libertad. El cambio sigue su curso y el pueblo no se ausentará de sus calles con las manos vacías. Las tendrá siempre desbordantes de libertad.
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