Saturday, February 7, 2015

Maduro parece un presidente "asimilado" a la Fuerza Armada

En: http://konzapata.com/2015/02/maduro-parece-un-presidente-asimilado-a-las-fuerza-armada/


Estamos ante una sorda competencia entre Diosdado y Maduro para ver quién militariza más el poder. Quién de ellos logra, con mayor rapidez, hacer del país un gran cuartel.




6Por Elizabeth Fuentes.-

Cada día, Nicolás Maduro parece  más un Presidente “asimilado” a las Fuerzas Armadas que aquél fracasado  “Presidente Obrero”, slogan  con el que trataron de volverlo simpático y asequible a la masa dura chavista. Cada día, Maduro nos recuerda  a esos civiles – médicos, odontólogos, ingenieros-, que ofrecen sus servicios  a la institución castrense  y terminan uniformados, cuadrándose ante los generales y, cómo no, gozando de los privilegios que siempre han acompañado al estamento militar.
Y si al principio de su mandato se vestía con aquellas chaquetas que recordaban al militar Hugo Chávez disfrazado de civil – vaya ironía-, de un tiempo a esta parte el Presidente ha arreciado en sus ambiciones y entonces vemos cómo su lenguaje, su postura y lo que decreta para tratar de salir del Metrobus sin frenos en que ha convertido a Venezuela, pareciera dictado al oído por su otro yo, el  Presidente de facto Diosdado Cabello, quien se le ha ido colando  entre los  palos y ahora manda y ordena y decreta, con mucha más fuerza y ganas que el mismísimo presidente civil.
Diosdado.Como quien no quiere la cosa, Cabello se ha ido apropiando del sillón del caudillo que  quedó vacío, luego de trece largos años durante los cuales ministros, funcionarios, militantes y simpatizantes del gobierno se acostumbraron a obedecer y callar. Pero, cual esclavos recién liberados, perdieron la brújula apenas se quedaron sin amo y entonces, sin saber qué hacer ni hacia dónde ir,  optaron por  el camino de regreso a la hacienda, resignados ante la presencia de este  nuevo y poderoso capataz que  maltrata y  humilla mucho más que el anterior, pero al menos los coloca en su sitio,  en la única realidad que conocen, ésa donde se sienten cómodos y no se podrán equivocar, porque basta con repetir lo que dice la cartilla y listo: habrá comida en la mesa. Metafóricamente hablando, claro, porque ya ni eso tendrán.
Y si bien Maduro se percató finalmente de que en el jueguito de la silla de caudillo, Diosdado se la arrebató sin problemas, el Presidente  se ha visto ahora en la necesidad de imitar a  Cabello, montando  una silla de poder paralela, más o menos la misma estrategia que desplegó  cuando no pudo habitar La Casona y, sin decir ni ñe, se retiró a La Viñeta o Fuerte Tiuna ( o adonde sea que vive con Cilita), en una muestra de debilidad inaudita que funcionó para imaginar, desde un inicio, por dónde venían los tiros.
KADURO__Lo cierto es que  ahora presenciamos una sorda competencia entre ambos por ver quién militariza más el poder, no solo quién tiene más poder militar aliado, ni quién controla más los cuarteles y los componentes, no vaya a ser que de verdad, le den un golpe. Sino que el asunto ahora es ver quién logra, con mayor rapidez, hacer del país un gran cuartel. Entonces mientras Cabello se disfraza de Hugo Chávez, con su uniforme de camuflaje y su boina roja para dar órdenes y amenazar a diestra y siniestra, los civiles Nicolás Maduro y Jorge Arreaza – al  que tampoco pudo sacar de La Casona-, se inventan unos  Comando Militares Populares para la Guerra Económica, Comandos Militares Estadales Populares y nada menos que  Jefes Civiles  del Estado Mayor de la Batalla Económica (eso si, con su Jefe Militar- militar al lado), para hacerse de su propia tropa que, a decir verdad, debe estar conformada por los miles de combatientes que desfilan a diario frente a las puertas de abastos, farmacias y supermercados.
El asunto es que mientras Diosdado y Nicolás  compiten por ver quién tiene tiene la tropa más grande para  ganar la Guerra Económica – que visto los resultados  la perdieron hace rato frente a un enemigo que ellos mismos se inventaron y no les conviene derrotar-,  ocurre que, como dijo Napoleón Bonaparte, el único General que  gana todas las batallas es el General  Hambre “porque un ejército se mueve por su estómago”.
Así que para la Guerra Económica, los Presidentes de Venezuela deberán ir muy bien pertrechados  para mantener contento al ejército civil, ese que   lleva tiempo atrincherado pero frente a los abastos, mercales, farmatodos  y pedevales y su  estrategia la está dirigiendo el General Hambre, ése que no pierde ni un juego de chapita

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