Tuesday, April 19, 2016

Presidente de Fedecámaras: Socialismo del siglo XXI no ha servido para nada

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El presidente de Fedecámaras considera que el modelo político-económico impulsado por el chavismo ha ocasionado inestabilidad, desabastecimiento y empobrecimiento del país, publica El Tiempo.
Por Lourdes Rojas
Hace unos 14 años existían en el país alrededor de 800 mil empresas, actualmente la cifra, solo alcanza las 350 mil, perdiéndose la mitad de la base empresarial en estos años.
El presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez, explica que la raíz de la crisis que enfrenta Venezuela, deriva del modelo económico implementado por el Gobierno, caracterizado por el creciente intervencionismo y un comportamiento hostil frente al sector privado. A su juicio, las señales enviadas por el Ejecutivo en la dirección de un posible cambio de la política económica, son tan graduales que resultan insuficientes.
El dirigente gremial recalcó que el socialismo del siglo XXI no ha servido “absolutamente para nada” y opina que “es una retórica que lo único que ha ocasionado es zozobra, inestabilidad, desabastecimiento, desajustes macroeconómicos y empobrecimiento del país”.
-¿Cómo observa la economía venezolana?
-Venezuela vive un proceso creciente de encarcelamiento de su economía. El deterioro de las empresas ha venido aumentando. Eso ha tenido un impacto severo cuyas consecuencias ha tenido que asumir el consumidor. Progresivamente a lo largo de los últimos 17 años se han ido afectando las bases fundamentales de la economía. En la medida en que se han venido afectando a las empresas, hemos comprometido severamente muchas líneas y las cadenas productivas están severamente distorsionadas. La crisis ha tenido unas magnitudes tan graves que han afectado todo el entramado empresarial y productivo del país.
-¿Qué está sucediendo actualmente con las empresas?
-Las pocas empresas que aún están en operaciones están trabajando a 50% de su capacidad instalada. Esto quiere decir que a veces pueden parar sus líneas de producción en espera de insumos y materias primas, y cuando les llegan, empiezan otra vez a producir los bienes y servicios. Es demasiado inestable el sistema.
-¿Qué sectores han sido los más afectados?
-En el caso del sector primario se están perdiendo rebaños progresivamente, y en la agricultura se están perdiendo campos por completo porque no se siembra. Actualmente no ha llegado la semilla que se necesita para poder sembrar maíz amarillo y blanco, y ese ciclo está por perderse. Probablemente ya esté comprometido el abastecimiento de 2017. Hay industrias que ya están completamente detenidas, otras han parado sus líneas de producción. En el caso del comercio, muchos han tenido que cerrar porque no tienen mercancías que vender. Los impactos son de diferentes magnitudes en cada uno de los sectores, pero el nivel de afectación es igual de grave.
-En su discurso, el Gobierno ha señalado de forma constante que hay una guerra económica…
-Eso es una retórica mediática. Nosotros insistimos que el problema no está en ese debate ideológico, sino en el terreno de las políticas económicas. Para nosotros el tema de la guerra económica es solo un pretexto para intentar transferirle la responsabilidad al sector empresarial. Ese tema no genera confianza y aleja la inversión privada. El Gobierno tiene que encarar la crisis en la justa dimensión y no estar buscando culpables.
Medidas graduales
-¿Qué opina de los 14 motores productivos que ha diseñado el gobierno para salir de la crisis?
-Definitivamente el enfoque que se le está dando a esos 14 motores no ataca la raíz de los problemas económicos. Lo único que hemos tenido son unas restricciones y unas distorsiones gravísimas en la economía y en el aparato productivo. De allí lo único que ha salido son medidas de forma gradual y en estos momentos consideramos que la gradualidad no es conveniente para la magnitud de la crisis que vivimos. En la medida en que sean más lentas las tomas de decisiones para el abordaje de los problemas del país, el impacto va a ser más severo sobre todos los ciudadanos y consumidores del país.
-¿Qué nos puede decir de la simplificación del sistema cambiario?
-Mientras no tengas un sistema cambiario que vaya en función de la unificación cambiaria, que no sea transparente, fluido, constante, vas a seguir teniendo los mismos cuellos de botella de la producción de los bienes y servicios en Venezuela.
-¿Qué sectores de la economía se deberían impulsar primero para salir de la crisis?
-Medicinas y alimentos. Si tomas los 10 rubros más importantes del sector alimenticio, se deberían activar también de forma estructural y sistémicamente, porque obedece a todo un encadenamiento productivo que se requiere ir activando progresivamente.
-¿Cuáles son las estimaciones a nivel macroeconómico al cierre de 2016?
-Los más moderados hablan de una inflación de 300% y 400%, aunque el FMI la proyectó en 740%. El decrecimiento del PIB, según la información que manejamos, puede elevarse a una cifra de 2 dígitos, quiere decir que vamos a estar por encima de 10%. Es lamentable. Sería por cuarto año consecutivo que tenemos un decrecimiento del PIB lo cual nos lleva a ir profundizando en una recesión, tal vez la más larga y la más dura que hemos tenido en el país y la de mayor impacto sobre la población venezolana. Según estudios de varias universidades, el nivel de pobreza de las familias venezolanas está tasada en un 73%, eso quiere decir que tres cuartos de la población está en niveles de extrema pobreza. De seguir en esta dinámica perversa de recrudecimiento de la crisis, la tendencia será pasar la barrera del 85% de pobreza en el país, eso es un drama.
-¿Cómo ve el futuro de la economía en el país?
-Bastante negativo. Hasta tanto el gobierno no tenga la voluntad política de rectificar el camino, de convocar en el corto plazo a todos los sectores y factores que componen la sociedad venezolana para ir a ese gran diálogo nacional donde se llegue a un acuerdo para que empiece a generar los resultados medibles y palpables por el pueblo venezolano, nosotros no vemos ningún tipo de posibilidad de recuperación. Se deben tomar medidas urgentes y necesarias. Año a año nos estamos empeorando.
-¿Para qué ha servido el socialismo del siglo XXI?
-El socialismo del siglo XII no ha servido para nada. Eso es un entrampamiento ideológico que le ha hecho mucho daño a nuestro país y el gobierno no termina por entender que tiene que buscar una actitud un tanto más conciliadora, y menos disposición a esos anacronismos ideológicos, que realmente no le generan ningún tipo de beneficios al pueblo venezolano y que aleja las inversiones en el país.
-¿Es posible superar la crisis?
-Sí. Fedecámaras mantiene sugerencias de un conjunto de medidas económicas que hay que implementar a la brevedad posible, las cuales deben venir acompañadas de un conjunto de programas sociales dirigidos a mitigar el impacto social en los ciudadanos de menos recursos. Sin embargo, para generar un cambio, Venezuela requiere de un acuerdo entre el Estado, los trabajadores y la empresa privada, que permita la rápida reactivación de la economía. El tiempo para la improvisación se acabó. El tiempo para la experimentación social guiada por utopías irrealizables se agotó. El gobierno nacional tiene la llave para poner fin al encarcelamiento de la economía venezolana, para liberar las fuerzas productivas que han estado represadas durante años.
De perfil
Francisco José Martínez García, nació en Maracaibo, estado Zulia. Es licenciado en Ciencias Políticas y Administrativas de la Universidad Rafael Urdaneta, Ma racaibo. Magíster en Administración de Empresas, Post-Grado UCAB. Presidente de Fedecámaras para el periodo (2015-2017), viene de desempeñarse como primer vicepresidente (2015-2013). Se desempeñó como presidente Fedecámaras Zulia (2011 – 2013). Fue presidente de la Cámara de Comercio de Maracaibo (2003-2005), donde se mantiene como Consejero Permanente. Director de CEDICE (2005-2011). Ha formado parte de otras importantes organizaciones como PromoZulia y el Centro Internacional de Negocios (CIN) del estado Zulia.

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