JORGE SAYEGH | EL UNIVERSAL
jueves 7 de junio de 2012 12:00 AM
Quizás el Presidente gane las elecciones del 7 de octubre, pero como por motivos de salud también es posible que nos enfrentemos a su "ausencia absoluta" antes de que asuma el mando el 10 de enero de 2013, sería bueno que revisáramos lo siguiente.
Según el artículo 233, en caso de que la ausencia absoluta ocurra en los 2 últimos años del periodo, el Vicepresidente completará el mismo; pero, a la vez, el mismo artículo 233 dictamina que si la ausencia absoluta del presidente electo sucede antes de tomar posesión, se convocará a nuevas elecciones en los 30 días siguientes (de la falta absoluta, entiendo yo, aunque no se especifica) y, mientras, el presidente de la Asamblea Nacional se encargará de la Presidencia de la República. Entonces, dadas las circunstancias, ¿quién nos gobernaría, ¿el vice o el jefe del Congreso?
Creo que mi duda no es ociosa ya que, si esto llegara a ocurrir, la ascendencia dirimente del líder ¿revolucionario?, y, para entonces, expresidente se encontraría muy mermada o, quizás, hasta caduca. De tal manera que las ambiciones de poder, hoy represadas, no obedecerían freno, como a caballo viejo que le dan sabana. En mi humilde parecer, el jefe de los congresistas tendría más autoridad soberana. Recordemos que en Venezuela el vice no es un cargo de elección popular, sino un cambur designado a dedo. Pero como la ambigüedad constitucional sigue presente, yo propondría que ambos funcionarios se batan a duelo.
Pero no con pistolas ni espadas, sino que se cuereen vernáculamente. Que se ajusten un look "Ultimate Figthing" al mejor estilo de unos Espartacos modernos, se encierren en una gallera y se den, alternándose el turno uno por uno, de correazos, hasta que alguno diga: "Me rindo". Pero eso sí, que firme la renuncia.
Según el artículo 233, en caso de que la ausencia absoluta ocurra en los 2 últimos años del periodo, el Vicepresidente completará el mismo; pero, a la vez, el mismo artículo 233 dictamina que si la ausencia absoluta del presidente electo sucede antes de tomar posesión, se convocará a nuevas elecciones en los 30 días siguientes (de la falta absoluta, entiendo yo, aunque no se especifica) y, mientras, el presidente de la Asamblea Nacional se encargará de la Presidencia de la República. Entonces, dadas las circunstancias, ¿quién nos gobernaría, ¿el vice o el jefe del Congreso?
Creo que mi duda no es ociosa ya que, si esto llegara a ocurrir, la ascendencia dirimente del líder ¿revolucionario?, y, para entonces, expresidente se encontraría muy mermada o, quizás, hasta caduca. De tal manera que las ambiciones de poder, hoy represadas, no obedecerían freno, como a caballo viejo que le dan sabana. En mi humilde parecer, el jefe de los congresistas tendría más autoridad soberana. Recordemos que en Venezuela el vice no es un cargo de elección popular, sino un cambur designado a dedo. Pero como la ambigüedad constitucional sigue presente, yo propondría que ambos funcionarios se batan a duelo.
Pero no con pistolas ni espadas, sino que se cuereen vernáculamente. Que se ajusten un look "Ultimate Figthing" al mejor estilo de unos Espartacos modernos, se encierren en una gallera y se den, alternándose el turno uno por uno, de correazos, hasta que alguno diga: "Me rindo". Pero eso sí, que firme la renuncia.
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