En: http://www.lapatilla.com/site/2012/06/09/karl-krispin-la-ultima-encuesta/
Karl Krispin
Tengo la impresión de que le damos equívocamente entrada a las fuerzas del mal. A una Casandra agorera y repugnante. Nos dejamos llevar por el gesto del cagatintas que oculta su tarifa. Nos repiten estos impresentables que combinan números como barajitas de álbum que la candidatura de la oposición va cuesta abajo y que los invasores bárbaros van triunfando. En el referéndum de 2007, IVAD gritaba a voz en cuello que el Gobierno obtendría un cómodo 60,2%. Cómo se equivocó y hasta un malintencionado hizo que la respetable Reuters, sin verificar, notificara un supuesto triunfo del desgobierno que por supuesto jamás ocurrió. Otro encuestador, cuyo nombre no quiero recordar, asomó que el periodista Augusto Uribe ganaría la justa de la Alcaldía Mayor. Chistes hay para repartir. En Colombia estos adelantados de oficina y secretaria de tetas operadas trataron de convencer de que el exhibicionista Mockus ya se había alzado con la Presidencia. Mentirosos de oficio. Burócratas de quince y último. El ahora presidente Santos le dio una sacudida a aquel candidato de bajo pelaje que hizo un papelazo de circo barato hasta para reconocer el triunfo de su oponente.
No bizqueen. Henrique Capriles será el próximo presidente de la República, llueva, truene o relampaguee. Hay quienes han dudado del tono de su campaña. Como demócratas debemos aceptarlo. Quienes han bajado el pulgar condenando las indicaciones de Rafael Poleo, están llamados a reflexionar. Rafael ha querido agregar un punto de sana postura porque Capriles es el candidato de toda Venezuela y quienes apostamos por él, tenemos el derecho y la obligación de contribuir con su triunfo. Y la victoria es la que suma sin restar. Si hubiese sido mañosa la orientación de Poleo, lo habría hecho quince días antes de octubre. Aquí no hay pensamiento único y la crítica se fija en que consigamos vernos todos incluidos. En lo personal pienso que ya podemos pasar del “casa por casa” al “plaza por plaza” y darle a la campaña un perfil de entusiasmo colectivo. Y que todos se integren al pateo de calle: desde Ramos Allup, Pablo Medina hasta Diego Arria que postea unos cafecitos didácticos y muy recomendables en el Twitter pero yo preferiría verlo caminándose el país.
La verdadera y fiable de las encuestas es la de las últimas elecciones donde la oposición obtuvo el 52% de los votos. ¿Recuerdan? Es imposible que la opción opositora haya descendido porque los invasores bárbaros han perfeccionado su estilo de convertirse en el peor Gobierno de toda la historia republicana de Venezuela. Hasta el presidente Julián Castro o el tontuelo de Juan Bobo se transfiguran épicamente en héroes comparados con esta rochela de desintegradores. Los encuestadores dirán misa, en latín o en guasón, pero lo cierto es que una población electoral no se dispersa de un año para otro máxime cuando tiene de aliado a un régimen que promete devolvernos sin Hirudoid a la Edad de Piedra. Insisto de nuevo: esta es una candidatura nacional, hay objetivos nacionales y tenemos que firmar un pacto de gobernabilidad como el de Punto Fijo que le otorgó a nuestro país la mayor suma de felicidad posible y consiguió para esta “comarca de devoradores de serpientes” (frase propiedad de Rafael Cadenas) un inmenso provecho a pesar de lo que vomiten los aguafiestas de la izquierda. Digo, del fascismo. Es que a veces uno se confunde.
No se dejen engañar. Somos mayoría. La decente que va a repetir aquellas entusiasmadas peticiones del poeta Andrés Eloy Blanco en un momento optimista de 1948 cuando elevaba su voz recordando que “la casa está abierta, en fiesta, ofreciendo su limpio mantel republicano”. Vamos directo al futuro.
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