CIPRIANO HEREDIA S. | EL UNIVERSAL
viernes 8 de junio de 2012 04:05 PM
Como la estrategia del miedo no le funcionó al Gobierno para frenar la participación en la Primaria de la Unidad, en la que votaron contra todo pronóstico más de 3 millones de venezolanos, la cúpula oficialista decidió entonces aplicar la política del estratega nazi Joseph Goebbles, que consiste en repetir 100 veces una mentira con descaro y convicción para convertirla en "verdad". En este caso el objetivo es crear una matriz de opinión según la cual Chávez estaría ganando sobrado las elecciones y por lo tanto su victoria sería, desde ya, un hecho irreversible.
Para este propósito el régimen cuenta con sus propias encuestadoras, como la tal GIS XXI, dirigida nada más y nada menos que por el inefable Jesse Chacón, exministro del Interior y excandidato a Alcalde por el PSUV; y otras que no le son propias pero que ha alquilado a conveniencia para esta campaña, tales como el IVAD, Hinterlaces y otras, a cuyos dueños -aparte del alquiler- hasta les pagan viajes al exterior para que vayan a echar su cuento hecho a la medida sobre las encuestas en Venezuela.
En esta estrategia tan perversa como delincuencial, el descaro llega a tal punto que, según las supuestas mediciones de estas empresas realizadas en el mes de mayo, la ventaja de Chávez sobre Capriles sería de 36 puntos para GIS XXI, 22 puntos para Hinterlaces, y 21 puntos para el IVAD. De hecho, la locura alcanza tal nivel en este inusitado esfuerzo, que cuando uno convierte en cifras absolutas las proyecciones de GIS XXI, por ejemplo, se encuentra con el risible absurdo de que Capriles sacaría el 07 de octubre menos votos que lo obtenido en las primarias. Tan descabellado supuesto no merece siquiera mayor comentario.
En otras palabras, el Gobierno intenta convencer a la gente con notoria desesperación de que el candidato que está enfermo, ausente y casi inmóvil, que gobierna por Twitter y ha pasado más tiempo en Cuba que en Venezuela desde febrero para acá, estaría arrasando en las elecciones, mientras que el joven y enérgico gobernador Capriles, ganador de unas primarias en las que hubo masiva concurrencia, y que está todos los días de casa en casa, visitando barrios, subiendo cerros, tocando al pueblo, oyendo a la gente, ensuciándose los zapatos y sudando la camisa, estaría abatido y dando lástima. Sin duda, una tesis audaz, pero al mismo tiempo frágil y fácilmente desarmable.
Pero amigo lector, no se conforme con que este servidor le diga que esta matriz de opinión es fabricada y por lo tanto falsa. Piense ahora en lo siguiente: esas mismas encuestas predijeron, por ejemplo, que Aristóbulo Istúriz sería el Alcalde Metropolitano y no Ledezma en 2008, que obtendríamos como máximo 42 diputados en 2010 y en ningún caso los 67 que obtuvimos; y que en las primarias del 12-F participarían poco más de un millón de personas en el mejor de los casos. Es decir, esas encuestas se han equivocado en comicios recientes y sus "pelones" han sido feos.
Adicionalmente, gracias a Dios en Venezuela hay una amplia gama de encuestadoras, y existen firmas más creíbles que tienen mediciones mucho más confiables y cercanas a la realidad. Por ejemplo, en el último sondeo de Consultores 21, la diferencia es apenas de 1,5% a favor del Presidente, y en la de Varianzas es de 5%, estándose en ambos casos dentro del error muestral, por lo que lo correcto es decir que en este momento estamos sin duda en una situación de empate técnico entre Chávez y Capriles, siendo los indecisos quienes determinarán el resultado.
Por último, hay un elemento clave en todo esto, que es la llamada "tendencia", y en este caso la misma indica en forma general que en los últimos años es la alternativa democrática quien gana terreno electoral y el oficialismo quien lo pierde, y en lo específico de esta contienda, la tendencia indica que las curvas de Capriles y Chávez se están cruzando en este momento, siendo Capriles quien sube y Chávez quien baja.
Conclusión: si ponemos atención a lo que se siente y ve en la calle por un lado, y distinguimos las encuestas serias de las que no lo son por el otro, queda clarísimo que el candidato que no sólo no despega sino que retrocede es Chávez, y que Capriles le está robando la novia que tanto se jactó de tener enamorada: la gente de a pie, el pueblo venezolano. Así de fácil y crudo es.
Para este propósito el régimen cuenta con sus propias encuestadoras, como la tal GIS XXI, dirigida nada más y nada menos que por el inefable Jesse Chacón, exministro del Interior y excandidato a Alcalde por el PSUV; y otras que no le son propias pero que ha alquilado a conveniencia para esta campaña, tales como el IVAD, Hinterlaces y otras, a cuyos dueños -aparte del alquiler- hasta les pagan viajes al exterior para que vayan a echar su cuento hecho a la medida sobre las encuestas en Venezuela.
En esta estrategia tan perversa como delincuencial, el descaro llega a tal punto que, según las supuestas mediciones de estas empresas realizadas en el mes de mayo, la ventaja de Chávez sobre Capriles sería de 36 puntos para GIS XXI, 22 puntos para Hinterlaces, y 21 puntos para el IVAD. De hecho, la locura alcanza tal nivel en este inusitado esfuerzo, que cuando uno convierte en cifras absolutas las proyecciones de GIS XXI, por ejemplo, se encuentra con el risible absurdo de que Capriles sacaría el 07 de octubre menos votos que lo obtenido en las primarias. Tan descabellado supuesto no merece siquiera mayor comentario.
En otras palabras, el Gobierno intenta convencer a la gente con notoria desesperación de que el candidato que está enfermo, ausente y casi inmóvil, que gobierna por Twitter y ha pasado más tiempo en Cuba que en Venezuela desde febrero para acá, estaría arrasando en las elecciones, mientras que el joven y enérgico gobernador Capriles, ganador de unas primarias en las que hubo masiva concurrencia, y que está todos los días de casa en casa, visitando barrios, subiendo cerros, tocando al pueblo, oyendo a la gente, ensuciándose los zapatos y sudando la camisa, estaría abatido y dando lástima. Sin duda, una tesis audaz, pero al mismo tiempo frágil y fácilmente desarmable.
Pero amigo lector, no se conforme con que este servidor le diga que esta matriz de opinión es fabricada y por lo tanto falsa. Piense ahora en lo siguiente: esas mismas encuestas predijeron, por ejemplo, que Aristóbulo Istúriz sería el Alcalde Metropolitano y no Ledezma en 2008, que obtendríamos como máximo 42 diputados en 2010 y en ningún caso los 67 que obtuvimos; y que en las primarias del 12-F participarían poco más de un millón de personas en el mejor de los casos. Es decir, esas encuestas se han equivocado en comicios recientes y sus "pelones" han sido feos.
Adicionalmente, gracias a Dios en Venezuela hay una amplia gama de encuestadoras, y existen firmas más creíbles que tienen mediciones mucho más confiables y cercanas a la realidad. Por ejemplo, en el último sondeo de Consultores 21, la diferencia es apenas de 1,5% a favor del Presidente, y en la de Varianzas es de 5%, estándose en ambos casos dentro del error muestral, por lo que lo correcto es decir que en este momento estamos sin duda en una situación de empate técnico entre Chávez y Capriles, siendo los indecisos quienes determinarán el resultado.
Por último, hay un elemento clave en todo esto, que es la llamada "tendencia", y en este caso la misma indica en forma general que en los últimos años es la alternativa democrática quien gana terreno electoral y el oficialismo quien lo pierde, y en lo específico de esta contienda, la tendencia indica que las curvas de Capriles y Chávez se están cruzando en este momento, siendo Capriles quien sube y Chávez quien baja.
Conclusión: si ponemos atención a lo que se siente y ve en la calle por un lado, y distinguimos las encuestas serias de las que no lo son por el otro, queda clarísimo que el candidato que no sólo no despega sino que retrocede es Chávez, y que Capriles le está robando la novia que tanto se jactó de tener enamorada: la gente de a pie, el pueblo venezolano. Así de fácil y crudo es.
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