En: http://www.lapatilla.com/site/2012/06/08/carlos-julio-penaloza-punto-de-no-retorno/
Carlos Julio Peñaloza
Los militares amancebados con el chavismo deben ir abandonando la nave antes del 7-O, porque el capitán no tiene futuro y la nave no tiene combustible ni para llegar a destino ni para regresar a su base.
Los grandes dictadores de la historia han buscado eternizarse en el poder desarrollando fábulas sobrenaturales que hicieran lucir inevitable su dominio. Hitler hablaba, con la mirada en éxtasis, del destino milenario del Tercer Reich. Nuestro presidente no es comparable al Füehrer, pero le imita sin darse cuenta. Por fortuna para el mundo el milenio de Hitler solo duro 13 años. Nadie sabe exactamente cuánto durará el régimen de Chavez, pero estamos en la fase final de su saga.
Recientemente Chavez afirmó que al ganar las elecciones del 7-O estaríamos llegando al punto de no retorno de su gastada y achacosa revolución. Este concepto implica la llegada a un lugar o situación en cual un desenlace final es inevitable. Antes de llegar al “punto de no retorno” es posible cambiar de rumbo y escapar de lo ineluctable; pero una vez llegados allí, es imposible. Para el desequilibrado que se cree Bolívar redivivo, el escenario ineludible se presentará si él triunfa el 7-O. El bobalicón aun cree que de materializarse su victoria, la revolución sería eterna. En Cambio, su derrota marcaría el fin del desquiciado proyecto comunista iberoamericano diseñado y comandado por Fidel Castro.
Para facilitar el cumplimiento de su profecía auto cumplida y promover la abstención de sus adversarios, Chávez usa una serie de argucias. Por un lado recurre a los tradicionales métodos de anunciar una victoria “abrumadora” y entrever en forma subliminal y sibilina la posibilidad de un colosal fraude. La estafa electoral seria supuestamente inevitable gracias al tenebroso sistema informático que controla las elecciones a través del cable submarino cubano y el satélite chino. Según los vendedores de esta idea, el control informático permitirá a Fidel utilizar los 3 ó 4 millones de votos virtuales que ha almacenado ilegalmente en el REP.
Para rematar la faena envía generales títeres para que amenacen a la población, alardeando que son chavistas y que están casados con la revolución. Para exorcizar la muerte que revoletea a su alrededor acude a ensalmos y babalaos combinados con morfina y otras drogas que lo fortalecen por tiempo suficiente para hablar en público y proclamar que “Ta’curao”.
Estas fanfarronadas destinadas a desanimar ingenuos pueden ser contrarestadas por la oposición mediante un esfuerzo para educar a los votantes. Esa debe ser la tarea fundamental de los próximos meses. Por ahora debemos estar claros de que quien llegó al “punto de no retorno” es el propio Chávez. Su deshilachada revolución no tiene suficiente combustible para regresar ni para continuar su vuelo. Solo le queda lo necesario para aterrizar de emergencia el 7-O y entregar la nave a una nueva tripulación, capaz de conducir a la patria a un destino feliz. Entretanto, una vez los candidatos se hayan registrado en el CNE, ningún militar sea cual sea su grado debe dar declaraciones de parcialidad política o cumplir órdenes violatorias de la Constitución so pena de ser sancionado penalmente al recibir el futuro gobierno de Capriles. Estos buenos deseos son empañados por un secreto “Plan B” que nos otra cosa que la consabida patada a la lámpara. El “Plan Republica” es una cubierta muy conveniente para el “Plan B”. Las elecciones vigiladas por narcosoles no son ninguna garantía. Ojala que Venezuela no pase por la triste experiencia de Siria y que no tengamos un ASSAD venezolano.
En este momento la patria necesita el concurso de unas fuerzas armadas profesionales conscientes de que juraron defender la Constitución Nacional y la democracia. Los uniformados amancebados con la revolución deben ir preparando sus trastos para abandonar la nave pacíficamente, antes de que zozobre. El capitán no tiene futuro, solo le quedan contados días. Sus seguidores por lo contrario tienen un interesante futuro político. Con Chávez fuera de la película, el PSUV se convertirá en un movimiento de izquierda democrática y será el principal partido de oposición. Chávez será un ícono venerado en el panteón chavista como un nuevo Perón o mas bien como una Evita repotenciada, no como un segundo Bolívar. El chocante mausoleo que le edificó Farruco Sesto no será la pirámide anhelada por El Héroe del Museo Militar. Para un perro faldero de Fidel bastará con una cruz solitaria en Sabaneta.
Una vez erradicado el fantasma de Boves, el espíritu de conciliación e inclusión volverá a esta tierra de gracia y los venezolanos volveremos a ser hermanos. Las políticas sociales y la lucha contra la pobreza y la inseguridad deberá redoblarse. Los odios deben erradicarse. El sueño de la “Patria Grande” se encaminará por la senda democrática.
El 7-O esperamos en Urica al Boves del siglo XXI. Ojalá que Chavez llegue vivo a ese día para que vea la alegría de los venezolanos al ver morir su caricaturesca revolución atravesada por las lanzas de los votos patriotas.
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