OSWALDO PÁEZ-PUMAR | EL UNIVERSAL
lunes 18 de junio de 2012 04:19 PM
Privado de libertad estuvo José Amalio Graterol desde el lunes 4 hasta el martes 12 cuando fue liberado bajo fianza. La imputación de obstrucción a la administración de justicia formulada por la juez ante la cual ejercía su ministerio en defensa de un reo a quien se pretendía juzgar en ausencia, condujo a su arresto bajo el argumento de flagrancia en la obstrucción. La audiencia para oírlo no se materializó sino hasta el viernes 8, por no haber llegado las actas al tribunal que debía conocer, a pesar de estar ubicado físicamente en el mismo lugar donde ocurrieron los hechos y, no podía faltar, por una falla eléctrica. Graterol vestido con toga fue sometido a la vejación de ser esposado para ser conducido a prisión, privilegio que comparte con su defendida la juez Afiuni y que permite diferenciarlo de los pranes a quienes se les cambia de penal, pero no se los esposa.
Se anuncia que la reforma al COPP contempla el juicio en ausencia lo que evidencia, primero, la razón que asistía a Graterol para oponerse a que su defendido fuese juzgado en ausencia; y segundo, que la obstrucción a la administración de justicia era y es el expediente utilizado para castigar algo distinto: su valiente defensa en un programa de televisión el domingo 3 no al reo a quien se pretendía juzgar en ausencia, sino a la juez Afiuni, prisionera personal del comandante.
Hubo voces de advertencia a Graterol el lunes 4 cuando llegó al tribunal sobre lo que se pretendía, pero su obligación profesional le imponía correr ese riesgo cualesquiera que fueran las consecuencias. Lo corrió y la consecuencia fue más de una semana de arbitraria prisión con la que se persigue infundir miedo. Habrá quien se deje influenciar, pero Graterol seguirá en la valiente tarea de defender el estado de derecho bajo un régimen cuya meta es acabar con él y sus asistidos, especialmente a aquellos cuyas causas representan los casos paradigmáticos de la administración de justicia puesta al servicio de las instrucciones políticas del Poder Ejecutivo.
Si Aponte Aponte no hubiera denunciado la perversión que existe en la administración de justicia, de la cual él mismo fue parte, los sucesos ocurridos entre el 3 y el 12 de junio: el programa de televisión, la advertencia sobre el arresto, la orden de arresto, las esposas, los varios traslados esposado para una vista que sólo ocurrió el viernes 8 y la comedia de una libertad bajo fianza, que no es sino la reafirmación de que el abogado está sub-judice, muestran a todo el que quiera ver la obstrucción a la justicia por los encargados de administrarla.
Se anuncia que la reforma al COPP contempla el juicio en ausencia lo que evidencia, primero, la razón que asistía a Graterol para oponerse a que su defendido fuese juzgado en ausencia; y segundo, que la obstrucción a la administración de justicia era y es el expediente utilizado para castigar algo distinto: su valiente defensa en un programa de televisión el domingo 3 no al reo a quien se pretendía juzgar en ausencia, sino a la juez Afiuni, prisionera personal del comandante.
Hubo voces de advertencia a Graterol el lunes 4 cuando llegó al tribunal sobre lo que se pretendía, pero su obligación profesional le imponía correr ese riesgo cualesquiera que fueran las consecuencias. Lo corrió y la consecuencia fue más de una semana de arbitraria prisión con la que se persigue infundir miedo. Habrá quien se deje influenciar, pero Graterol seguirá en la valiente tarea de defender el estado de derecho bajo un régimen cuya meta es acabar con él y sus asistidos, especialmente a aquellos cuyas causas representan los casos paradigmáticos de la administración de justicia puesta al servicio de las instrucciones políticas del Poder Ejecutivo.
Si Aponte Aponte no hubiera denunciado la perversión que existe en la administración de justicia, de la cual él mismo fue parte, los sucesos ocurridos entre el 3 y el 12 de junio: el programa de televisión, la advertencia sobre el arresto, la orden de arresto, las esposas, los varios traslados esposado para una vista que sólo ocurrió el viernes 8 y la comedia de una libertad bajo fianza, que no es sino la reafirmación de que el abogado está sub-judice, muestran a todo el que quiera ver la obstrucción a la justicia por los encargados de administrarla.
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