FRANCISCO RIVERO VALERA | EL UNIVERSAL
viernes 1 de junio de 2012 03:19 PM
Si el ser humano nació para ser libre, la condición natural del ser humano es vivir en libertad.
Y si la libertad es ausencia de miedo, el venezolano está perdiendo su libertad. Por una sola razón: tiene miedo. Miedo a perder la vida. A salir libremente a la calle. Miedo a disfrutar de sus éxitos. Miedo a perder su propiedad. Y miedo a disentir y a luchar por ser libres. Camino fácil para llegar a la congelación total, a corto plazo. Como en los países sometidos por una dictadura.
El miedo del venezolano de hoy es el mismo que experimentaron los venezolanos en los regímenes dictatoriales y represivos de Juan Vicente Gómez y Pérez Jiménez. La diferencia está en que, ahora, este patético gobierno está utilizando el miedo como estrategia política comunista para lograr la sumisión y el control absoluto del país. Con un solo autor intelectual y material: el Presidente.
El Presidente ha inducido el miedo entre los venezolanos de 6 maneras:
-Con su discurso amenazante y chabacano.
-La violación reiterativa de la Constitución Nacional, incluyendo el control autocrático de los poderes del Estado.
-La expropiación de la propiedad privada.
-La tolerancia hacia la inseguridad, al hacer mutis ante la delincuencia.
-Asociación estratégica con organizaciones delictivas, tipo narcotráfico y terrorismo.
-Y protección de la impunidad, según denuncias públicas de exmagistrados del Máximo Tribunal de Justicia, ¿o de injusticia?, del país.
Sin embargo, el Presidente también sabe que el miedo es una estrategia que se agota con el tiempo ante el deseo latente y natural del individuo de ser libre. Y que la gente, en cualquier momento de su vida, se rebela contra la represión para volver a luchar por su libertad. Como el reverdecer de los árboles después de la poda. Y ya ha percibido 2 síntomas de agotamiento de su satánica estrategia: ahora todos los venezolanos tienen la esperanza del cambio en las elecciones del 7 de octubre, y hay un crecimiento rápido de la oposición, unida a su candidato Capriles Radonski.
Y, algo catastrófico para el gobierno, también ha percibido que su estrategia se ha transformado en un boomerang, cambiando de dirección: ahora el miedo es del Presidente y sus camaradas. Miedo a no sobrevivir a su enfermedad. Miedo a perder las elecciones. Miedo al final de su proceso robolucionario. Y miedo a la traición.
Ante ese miedo, que parece ser terror, acelerado por su pobre desempeño político durante 14 años, el gobierno ha planificado la ejecución de otra estrategia para continuar con ese clima de inseguridad, inquietud y sospecha entre los venezolanos. Y ha echado mano a su último recurso: la incertidumbre. Y, la incertidumbre, a través del único recurso: la manipulación política de la enfermedad del Presidente.
El problema es que la incertidumbre causa angustia, alto estrés y enfermedades Psicosomáticas en el colectivo, e impulsa los deseos de buscar la solución rápida del problema. Y el pueblo venezolano ya encontró la solución, según su expresión popular, al decir: es mejor caer que estar colgando, en referencia a las elecciones; o en los hoaxes de Internet, anticipando la muerte del Presidente.
Porque, como no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista, el final de la incertidumbre también está cerca: en las elecciones del 7 de octubre.
Será el momento histórico de vivir el triunfo de la libertad sobre el miedo.
Y de tener el país libre que todos soñamos.
Que así sea.
Y si la libertad es ausencia de miedo, el venezolano está perdiendo su libertad. Por una sola razón: tiene miedo. Miedo a perder la vida. A salir libremente a la calle. Miedo a disfrutar de sus éxitos. Miedo a perder su propiedad. Y miedo a disentir y a luchar por ser libres. Camino fácil para llegar a la congelación total, a corto plazo. Como en los países sometidos por una dictadura.
El miedo del venezolano de hoy es el mismo que experimentaron los venezolanos en los regímenes dictatoriales y represivos de Juan Vicente Gómez y Pérez Jiménez. La diferencia está en que, ahora, este patético gobierno está utilizando el miedo como estrategia política comunista para lograr la sumisión y el control absoluto del país. Con un solo autor intelectual y material: el Presidente.
El Presidente ha inducido el miedo entre los venezolanos de 6 maneras:
-Con su discurso amenazante y chabacano.
-La violación reiterativa de la Constitución Nacional, incluyendo el control autocrático de los poderes del Estado.
-La expropiación de la propiedad privada.
-La tolerancia hacia la inseguridad, al hacer mutis ante la delincuencia.
-Asociación estratégica con organizaciones delictivas, tipo narcotráfico y terrorismo.
-Y protección de la impunidad, según denuncias públicas de exmagistrados del Máximo Tribunal de Justicia, ¿o de injusticia?, del país.
Sin embargo, el Presidente también sabe que el miedo es una estrategia que se agota con el tiempo ante el deseo latente y natural del individuo de ser libre. Y que la gente, en cualquier momento de su vida, se rebela contra la represión para volver a luchar por su libertad. Como el reverdecer de los árboles después de la poda. Y ya ha percibido 2 síntomas de agotamiento de su satánica estrategia: ahora todos los venezolanos tienen la esperanza del cambio en las elecciones del 7 de octubre, y hay un crecimiento rápido de la oposición, unida a su candidato Capriles Radonski.
Y, algo catastrófico para el gobierno, también ha percibido que su estrategia se ha transformado en un boomerang, cambiando de dirección: ahora el miedo es del Presidente y sus camaradas. Miedo a no sobrevivir a su enfermedad. Miedo a perder las elecciones. Miedo al final de su proceso robolucionario. Y miedo a la traición.
Ante ese miedo, que parece ser terror, acelerado por su pobre desempeño político durante 14 años, el gobierno ha planificado la ejecución de otra estrategia para continuar con ese clima de inseguridad, inquietud y sospecha entre los venezolanos. Y ha echado mano a su último recurso: la incertidumbre. Y, la incertidumbre, a través del único recurso: la manipulación política de la enfermedad del Presidente.
El problema es que la incertidumbre causa angustia, alto estrés y enfermedades Psicosomáticas en el colectivo, e impulsa los deseos de buscar la solución rápida del problema. Y el pueblo venezolano ya encontró la solución, según su expresión popular, al decir: es mejor caer que estar colgando, en referencia a las elecciones; o en los hoaxes de Internet, anticipando la muerte del Presidente.
Porque, como no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista, el final de la incertidumbre también está cerca: en las elecciones del 7 de octubre.
Será el momento histórico de vivir el triunfo de la libertad sobre el miedo.
Y de tener el país libre que todos soñamos.
Que así sea.
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