Thursday, November 1, 2012

Cobarde atropello

En: Recibido por email

Oswaldo Álvarez Paz

Resisto la tentación de escribir sobre las “triquiñuelas”, ventajismo, chantaje masivo, desviación corrupta del poder civil y militar y muchas cosas adicionales que viene utilizando el régimen para que los resultados que anuncia el CNE se correspondan con los propósitos continuistas del Presidente. Es increíble como algunos plantean que al fraude más fraudulento de la historia contemporánea no se le pueda llamar así, porque no lo fue sino una cosa extraña que, teniendo todos los elementos más que suficientes, no lo llegan a aceptar, ni siquiera a definir, quienes tendrían la mayor responsabilidad para hacerlo. Entonces se dice que ganamos aunque perdimos, que Chávez ganó aunque “el proceso no fue limpio” y se afirma hasta que finalmente se derrotó al pasado y avanzamos en la lucha por el futuro. ¡Por Dios!
Evidentemente no logré resistir. Esta nota la dedico a testimoniar mi solidaridad y reconocimiento a los más de veinte mil trabajadores petroleros masacrados laboral y económicamente hace unos diez años por orden directa del Presidente determinando la ruina de la que fue nuestra PDVSA. Algunos de ellos, parece que la lista seguirá creciendo, son objeto de sanciones pecuniarias fuera de su alcance después de haber sido despojados de los beneficios de una contratación colectiva que funcionaba. Incertidumbre hacia el futuro y excluidos de toda posibilidad de trabajar dignamente en cualquier área del sector público y dificultades para hacerlo en el sector privado, por el temor de algunos empresarios de aparecer como enemigos del régimen, han obligado a muchos de ellos a exilarse. Son reconocidos en varios países y, en nuestro medio otros se han abierto paso en actividades distintas a aquellas para las cuales se formaron. Los quieren obligar a pagar, en conjunto, centenares de millones de dólares por los “daños” ocasionados por el paro nacional de hace una década. Inaceptable. Venezuela debe levantarse y protestar, exigir responsabilidades por el verdadero desastre de PDVSA y de cuanto esfuerzo productivo se venía realizando. Si la justicia no actúa frente a ellos, por lo menos, tendrían que recibir la sanción moral y social que los ponga en su sitio.
A la gente del petróleo, a los perseguidos y exilados, a los que mantienen la lucha en Venezuela, nuestra solidaridad y afecto. No puedo nombrarlos a todos, pero un abrazo fraterno para Juan Fernández, Horacio Medina y Eddy Ramírez. No están solos.

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