Wednesday, February 15, 2012

Mitos y verdades de una elección

En: http://www.eluniversal.com/opinion/120215/mitos-y-verdades-en-una-eleccion

ANTONIO COVA MADURO |  EL UNIVERSAL
miércoles 15 de febrero de 2012  12:00 AM
Una vez más las odiadas encuestas dieron en el clavo: la distancia entre el primero y el segundo era enorme, y ellas, por lo menos, no albergaban duda alguna de quién era el primero. Pero, en fin, las encuestas no hacen otra cosa que poner en numeritos lo que uno va sintiendo en la calle, sobre todo cuando se aleja de las calles de su vecindario, de esas que uno conoce de toda la vida y por donde encuentra siempre la misma gente, a la misma hora, haciendo las mismas cosas, incluso hablando las mismas tonterías que corren de boca en boca. Por esas calles se desmentía a notorios comandos de la vieja política.

En efecto, resistiendo a todo lo que las bocas dicen, alguna gente, gente notoria por demás, insistía en que las maquinarias, las probadas maquinarias del pasado, harían el milagro que la calle no parecía refrendar: darle el triunfo electoral a un candidato al que las encuestas no le asignaban el primer puesto en las preferencias de los electores.

Visto de cerca, parecía muy difícil que un candidato que se presentaba en la escena sólo después de obtener un visto bueno sacado con pinzas al exiliado de Lima, y que lo hacía tardíamente, pudiera recortar toda la distancia que le llevaba el que no traía esos problemas en su maleta. Los datos que ya conocemos nos revelan que, en efecto, no pudo hacerlo.

Venezuela ya tiene el único candidato que enfrentará en octubre al despropósito de Hugo Chávez: el actual gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, y éste trae en su bolsa, no sólo el millón ochocientos que consiguió, sino un plus, nada menos que otro millón doscientos, acompañados por la fenomenal disposición que sus dueños tienen de ponerlos a valer.

Más que eso, el candidato Capriles, al más que doblar el caudal de su más cercano contendor, muestra que tiene una gran capacidad de poner a rendir esos votos. El magnífico respaldo que recibió del perdedor la misma noche del 12 lo muestra ampliamente, al mismo tiempo que engrandece a Pablo Pérez.

Pablo Pérez, al agradecer al Zulia los votos que le aportó, y ofrecerle todo el respaldo de esa región al triunfador -que en la práctica significaría endosarle sus votos y conseguirle los que pueda- ha develado algo muy importante: el fulano respaldo adeco no le dio prácticamente nada, sino que todos los ochocientos mil y tantos conseguidos son de su exclusiva propiedad, no son un préstamo con intereses.

Éste ha sido, quién lo dudaría, uno de los grandes logros de las elecciones del 12F: no existe la fulana maquinaria adeca, y si existiera necesita reparación urgente -¿o más bien necesitaría otro mecánico?- para que pueda entrar en escena, y garantizar la sobrevivencia de ese Partido de aquí a octubre. De no hacerlo, su destino impepinable es el mismo que ya ha hecho estragos en lo que queda de Copei.

Este mito -porque eso es lo que era- de la potente "maquinaria" adeca ha muerto. Y eso es una buena noticia, y lo es porque ahora sabemos que nadie tiene el enchufe de esa maquinaria, y no lo tiene porque la máquina tiene serios desperfectos.

Es también una buena noticia porque a Venezuela no parecería convenirle tener ningún gran Partido que actúe como un amo colonial de vidas y haciendas. Y esto es un buen -y esperamos que útil- mensaje a la gente de Primero Justicia. Los que ganaron lo han hecho por el trabajo hecho; pero este pueblo, como lo hizo con algunos alcaldes, cobra, y cobra fuerte cuando no está satisfecho con el trabajo realizado.

Pero también el mensaje quiere hacer ver que ni le gustan las trapisondas, ni los negociados (que no las negociaciones) hechos a sus espaldas y a cuenta de su probada paciencia. Los Partidos, entonces, tienen garantizada su existencia si representan a sus pueblos, si no, al cesto de la basura, y a otra cosa mariposa.

Nadie podría negar que nos gustaría un renacer de Acción Democrática, porque eso representa un inmenso beneficio para las fatigosas tareas que nos esperan, pero no nos complace que una maquinaria para conseguir y distribuir favores entre pocos se afiance y expanda sus miasmas. El electorado ha hecho bien en mandar el mensaje.

Ya tenemos candidato. Ahora viene el tiempo de sembrar, de cultivar con esmero, de separar el trigo de la paja dañina, para recoger la cosecha de octubre. Sin los "ni-nis" y la periferia chavista no hay manera de salvar al país de las garras del chavismo. A por ellos entonces, que a eso hay que dedicar los recursos y la gente que hagan falta. Octubre no es ya, pero rápido se nos viene encima.

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