SAUL GODOY GÓMEZ | EL UNIVERSAL
martes 1 de mayo de 2012 02:23 PM
El presidente Chávez, por medio de unos poderes habilitantes inconstitucionales, extemporáneos y absolutamente fuera de sus atribuciones, le pidió a un grupo de "expertos" que se encerraran en un cuarto y le escribieran un proyecto que le hiciera ganar votos y que adelante la construcción del socialismo.
Ese proyecto será hoy, Primero de Mayo, la nueva Ley Orgánica del Trabajo, iniciativa legislativa hecha a espaldas del país y que a pesar de la gran oposición que ha generado, no solo en el seno de las fuerzas laborales organizadas, que verán sus puestos de trabajo y sus prestaciones en peligro, sino en los partidos políticos, empresarios, consumidores que ven en esta nefasta ley la estocada final en contra de las libertades y la economía de mercado, para empujar al país hacia el comunismo.
El Gobierno es el principal patrono del país, el más despiadado e injusto, hace prácticamente lo que le da la gana con sus empleados y obreros sin que haya manera de reclamar, el Gobierno les descuenta hasta el 11% de sus salarios para atender Política Habitacional, Fondo de Pensiones, Paro Forzoso y nadie sabe dónde están esos reales; las protestas de los trabajadores son duramente aplacadas con la fuerza pública, se ríe de las huelgas y paros, los deja desfallecer de hambre encadenados a las puertas de las fábricas, para el Gobierno-Patrono no hay mujer embarazada o enfermedad laboral que valga al momento de sus famosos despidos en masa, usa listas discriminatorias, la amenaza y la extorsión para quienes no obedezcan, utiliza escuadrones de la muerte para eliminar a los más duros reclamantes de sus derechos, es un gobierno que crea sus propios sindicatos comunistas para vender los puestos de trabajo y extorsionar a los dueños de las empresas con paros.
El Gobierno-Patrono es el más maula de todos los patronos, le debe más de 18 millardos de dólares en prestaciones a más de tres millones de empleados públicos desde hace 13 años, promete y promete que va a pagar, habla de bonos petroleros y de un fondo de pensiones en manos del mismo gobierno, un verdadero "corralito" para despojar a los trabajadores del dinero que les pertenece, pero prefiere financiarle a Cuba sus exploraciones petroleras, que honrar sus obligaciones con sus trabajadores, y todavía se proclama como un gobierno "obrerista".
Ese mismo gobierno lanza esta ley suicida que destruirá definitivamente el aparato productor del país, es como meter una gruesa barra de hierro entre los engranajes de la economía nacional para que todo se pare, rompiendo al mismo tiempo los mecanismos vitales del mercado; encarece de manera injustificada la mano de obra venezolana, reduce la productividad restándole horas al trabajo, obligando a la inmovilización de los trabajadores, de esta manera saca a toda nuestra economía de la posibilidad de competir en los mercados mundiales, condenándonos al retraso.
Lo peor, Chávez lo hace en el momento más crítico, frente a un cataclismo electoral que lo borrará de la política, con las arcas del Estado quebradas, sin capacidad de respuesta institucional, sin la infraestructura que asegure la estabilidad socioeconómica del país, lo ha hecho con la sola y única intención de producir caos social. Ya las empresas en Venezuela no se manejan en base a sus ganancias, ahora son apéndices de los programas sociales del Gobierno y sus políticas de empleo socialistas, condenando al fracaso cualquier intento de producción organizada.
De ahora en adelante ninguna empresario podrá operar con normalidad si tiene empleados, la injerencia de factores extraños al negocio, incluyendo la delincuencia organizada, entorpecerán la producción, ningún salario ni prestaciones estarán aseguradas, el Gobierno dice que sí, pero todos sabemos que no puede hacer nada, lo que vienen son más expropiaciones, nacionalizaciones, tomas de empresas por sus empleados, el cierre y abandono de actividades, lo que se vislumbra es un saqueo de los bienes y propiedades de los entes productivos del país, el desabastecimiento más pavoroso que hayamos visto, la inflación escalará hasta el cielo en pocos meses y el gobierno no podrá hacer nada para evitar el pandemónium.
Mírense en el espejo de la empresas básicas de Guayana, manejadas por mafias en medio de ruinas, o en las de cemento, cerradas para darles el negocio a los cubanos, o en las empresas eléctricas, en los ingenios azucareros, en los fundos zamoranos, en Agropatria, en lácteos Los Andes, en Pdvsa... todas empresas quebradas o fuertemente endeudadas, miren las empresas de los socios del Gobierno, las empresas chinas, de Bielorrusia, de Irán donde no solo explotan a los trabajadores sino que los esclavizan usando el terror.
Para Chávez la consigna es "después de mí, el diluvio", a él no le importa, está de salida. Pero para los otros altos funcionarios en el Gobierno, los que van a tener que responder por el desastre ¿Por qué lo hacen?... No sé, pero que todos los venezolanos sepan, esa ley es írrita, está hecha para hacerle daño a los venezolanos, nunca podrá ser aplicada, se trata de una ley que nos complica la libertad de emprendimiento y nos niega el derecho de ser dueños del fruto de nuestro trabajo.
Ese proyecto será hoy, Primero de Mayo, la nueva Ley Orgánica del Trabajo, iniciativa legislativa hecha a espaldas del país y que a pesar de la gran oposición que ha generado, no solo en el seno de las fuerzas laborales organizadas, que verán sus puestos de trabajo y sus prestaciones en peligro, sino en los partidos políticos, empresarios, consumidores que ven en esta nefasta ley la estocada final en contra de las libertades y la economía de mercado, para empujar al país hacia el comunismo.
El Gobierno es el principal patrono del país, el más despiadado e injusto, hace prácticamente lo que le da la gana con sus empleados y obreros sin que haya manera de reclamar, el Gobierno les descuenta hasta el 11% de sus salarios para atender Política Habitacional, Fondo de Pensiones, Paro Forzoso y nadie sabe dónde están esos reales; las protestas de los trabajadores son duramente aplacadas con la fuerza pública, se ríe de las huelgas y paros, los deja desfallecer de hambre encadenados a las puertas de las fábricas, para el Gobierno-Patrono no hay mujer embarazada o enfermedad laboral que valga al momento de sus famosos despidos en masa, usa listas discriminatorias, la amenaza y la extorsión para quienes no obedezcan, utiliza escuadrones de la muerte para eliminar a los más duros reclamantes de sus derechos, es un gobierno que crea sus propios sindicatos comunistas para vender los puestos de trabajo y extorsionar a los dueños de las empresas con paros.
El Gobierno-Patrono es el más maula de todos los patronos, le debe más de 18 millardos de dólares en prestaciones a más de tres millones de empleados públicos desde hace 13 años, promete y promete que va a pagar, habla de bonos petroleros y de un fondo de pensiones en manos del mismo gobierno, un verdadero "corralito" para despojar a los trabajadores del dinero que les pertenece, pero prefiere financiarle a Cuba sus exploraciones petroleras, que honrar sus obligaciones con sus trabajadores, y todavía se proclama como un gobierno "obrerista".
Ese mismo gobierno lanza esta ley suicida que destruirá definitivamente el aparato productor del país, es como meter una gruesa barra de hierro entre los engranajes de la economía nacional para que todo se pare, rompiendo al mismo tiempo los mecanismos vitales del mercado; encarece de manera injustificada la mano de obra venezolana, reduce la productividad restándole horas al trabajo, obligando a la inmovilización de los trabajadores, de esta manera saca a toda nuestra economía de la posibilidad de competir en los mercados mundiales, condenándonos al retraso.
Lo peor, Chávez lo hace en el momento más crítico, frente a un cataclismo electoral que lo borrará de la política, con las arcas del Estado quebradas, sin capacidad de respuesta institucional, sin la infraestructura que asegure la estabilidad socioeconómica del país, lo ha hecho con la sola y única intención de producir caos social. Ya las empresas en Venezuela no se manejan en base a sus ganancias, ahora son apéndices de los programas sociales del Gobierno y sus políticas de empleo socialistas, condenando al fracaso cualquier intento de producción organizada.
De ahora en adelante ninguna empresario podrá operar con normalidad si tiene empleados, la injerencia de factores extraños al negocio, incluyendo la delincuencia organizada, entorpecerán la producción, ningún salario ni prestaciones estarán aseguradas, el Gobierno dice que sí, pero todos sabemos que no puede hacer nada, lo que vienen son más expropiaciones, nacionalizaciones, tomas de empresas por sus empleados, el cierre y abandono de actividades, lo que se vislumbra es un saqueo de los bienes y propiedades de los entes productivos del país, el desabastecimiento más pavoroso que hayamos visto, la inflación escalará hasta el cielo en pocos meses y el gobierno no podrá hacer nada para evitar el pandemónium.
Mírense en el espejo de la empresas básicas de Guayana, manejadas por mafias en medio de ruinas, o en las de cemento, cerradas para darles el negocio a los cubanos, o en las empresas eléctricas, en los ingenios azucareros, en los fundos zamoranos, en Agropatria, en lácteos Los Andes, en Pdvsa... todas empresas quebradas o fuertemente endeudadas, miren las empresas de los socios del Gobierno, las empresas chinas, de Bielorrusia, de Irán donde no solo explotan a los trabajadores sino que los esclavizan usando el terror.
Para Chávez la consigna es "después de mí, el diluvio", a él no le importa, está de salida. Pero para los otros altos funcionarios en el Gobierno, los que van a tener que responder por el desastre ¿Por qué lo hacen?... No sé, pero que todos los venezolanos sepan, esa ley es írrita, está hecha para hacerle daño a los venezolanos, nunca podrá ser aplicada, se trata de una ley que nos complica la libertad de emprendimiento y nos niega el derecho de ser dueños del fruto de nuestro trabajo.
No comments:
Post a Comment