En: http://www.lapatilla.com/site/2014/08/20/damaso-jimenez-los-numeritos-del-trafico-de-gasolina/
Dámaso Jiménez
Maduro dice que no habrá aumento sino ajuste del precio de la
gasolina, como si se tratara de un nuevo enroque dentro de su mediocre
gabinete para amenazar con un “sacudón” que no mueve a nadie, o una
nueva estrategia para la tan cacareada guerra económica imaginaria que
sostiene solito, contra el único cliente capitalista serio que tenemos y
que compra en efectivo nuestro petróleo.
En realidad juega al desgaste de los venezolanos, como si el destino
de nuestros males como nación dependiera de una mágica decisión de su
entera potestad. El país ya no va con tiempo para más eufemismos:
sabemos que estamos mal y que la cosa va a ponerse peor.
En la calle ya nadie dice que somos un país rico y petrolero porque
hace tiempo que PDVSA dejó de ser de todos los venezolanos. Hace tiempo
que la pobreza extrema dejo de ser un aliado para un gobierno aferrado a
la mentira y se convirtió más que en un factor de conspiración con el
desengaño en sus entrañas, en una bomba de tiempo imprevisible.
Así que el principal doliente de un anunciado aumento de la gasolina
seguiría siendo la clase media entrampada que ha asumido de forma
íntegra todos los costos de la negligencia, el colapso y la crisis de
estos tiempos nefastos, ya que afectaría el nimio beneficio que obtiene
en el precio de la gasolina de un país petrolero, por la circunstancial
vorágine del mercado negro que nos crucifica sin piedad.
Por ejemplo, el sábado pasado el vicepresidente de la República,
Jorge Arreaza, visitó el Zulia con un contingente de autoridades
militares, burócratas regionales y militantes a sueldo, para demostrar
de forma casual justo ese día, como 202 mil litros de lubricantes, 96
toneladas de alimentos y 58 mil 300 litros de gasoil y gasolina le
habían sido arrebatados al contrabando hacia Colombia, como una forma de
limpiarle la cara a la responsabilidad que tienen nuestras Fuerzas
Armadas en todo este desangrante bachaqueo de la soberanía nacional.
Arreaza señaló que estas acciones de decomiso se habían logrado
gracias al cierre unilateral de la frontera y al control emprendido
desde la semana pasada para mantener una lucha firme para combatir el
contrabando, Lo que no explica Arreaza y quién sabe si así lo entienda
desde su lujoso despacho en Caracas o desde su fugaz periplo por la
aridez de la guajira, es que el contrabando es un negocio suprapoderoso
que involucra un peligroso coctel de mafiosos, traficantes, guerrilleros
de la FARC y el ELN, hampa común, familias enteras entregadas al
peligro inflamable y autoridades civiles y militares de ambos países que
cobran y se dan el vuelto.
Un trabajo de investigación transmitido al día siguiente por el
programa “Los Informantes” de Caracol TV, dio cuenta que el tráfico de
gasolina es desde hace tiempo un negocio no solo mucho más rentable que
el narcotráfico sino que carece de penas delictivas.
La cadena de contrabando comienza en Maracaibo con caravanas de hasta
150 carros y camiones cargados de pipas de combustible desde las
trochas de la Guajira, pasando por Maicao, hasta los patios dispuestos
por estas mafias que mueven miles de millones de dólares gracias a un
negocio con grandes márgenes de ganancia para toda la cadena de
militares de la GNB, peajes, policías, sobornos, moscas, cobra-vacunas,
FARC y ELN.
Los numeritos de la DIAN en Colombia revelan que por la frontera
pasan diariamente 100 mil barriles diarios de gasolina de contrabando,
15 % de lo que consume el parque automotor colombiano, lo cual a juicio
del ex embajador de Venezuela en Colombia, Gustavo Márquez, la pérdida
representa al Estado venezolano el 40% del subsidio de la gasolina. Con
razón tantas colas por la falta de combustible.
Cifras oficiales indican que las pérdidas para Colombia llegan a
329,87 millones de dólares, mientras que las pérdidas para Venezuela
ascienden a 5.400 millones de dólares solo en la extracción ilegal de
gasolina.
¿De dónde salen? ¿Qué autoridades se hacen la vista gorda? ¿A qué sector pertenece esa gasolina?
En la gestión de 16 años de la revolución, PDVSA ha decidido no
presentar ni informes ni cuentas a ningún venezolano de lo que ingresa o
en que se gasta con el dinero obtenido por nuestro principal rubro.
Simplemente desconocemos de cuánto es la producción. Pero en una
oportunidad Ramírez aseguró, posterior a la debacle del paro petrolero,
que la cifra oscilaba entre 2 millones 500 mil y 2 millones 800 mil
barriles de hidrocarburos diarios.
Hagamos un ejercicio, supongamos que se trata de 2 millones 500 mil
barriles que dilapidamos de la siguiente manera: 120 mil que le
regalamos a Cuba, otros 120 mil para los países del CARICOM, 500 mil
barriles que le vendemos a China a mitad de precio, es decir al 50 % de
su valor real, que los chinos no se llevan a su país sino que lo
negocian desde Aruba para duplicar el capital, cobrarse los intereses de
la deuda y abonar a capital en base al préstamo otorgado a Maduro, para
un subtotal de 740 mil barriles diarios, que sumados a los
aproximadamente 760 mil barriles para consumo interno, quedarían un
millón de barriles, de los que vendemos 800 mil que son pagados al
contado por Estados Unidos, y 200 mil barriles que el gobierno le
entrega al “chuleo” del Alba.
Es decir sobrevivimos con 800 mil barriles de petróleo. Los 100 mil
del bachaqueo no dejan de ser un buen negocio, sin contar los que salen
vía marítima. El colapso de la gasolina también es un buen negocio. ¿A
quién se le ocurre cambiar las cosas tal como están?
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