Iñaki Ganzarain
27 Agosto, 2014
En julio 2012, dirigí un artículo al Sr.
Henrique Capriles, entonces candidato de la MUD, y como él mismo se
decía, el candidato de la “educación”.
El centro de ese artículo era muy sencillo: solicitar a los
estudiantes de 5to año de bachillerato que diseñaran un experimento que
demostrara la mentira que hay detrás de la afirmación de que la
captahuella es la garantía tecnológica que hace realidad el principio
electoral de “una persona – un voto”. De hecho, se proponía un elemental
y económico experimento que demostraría que las “cazahuellas” no
funcionan (Ver El Experimento Henrique, el Experimento).
Ese artículo “irritó” a algunos de los técnicos de la MUD, y recibí correos de personas vinculadas al comando, invitándome a dejar de tratar ese tema.
La base de ese artículo sigue vigente, por la sencilla razón de que la tecnología todavía no ha avanzado lo suficiente como para tener un sistema que sea capaz de administrar unas elecciones en tiempo real, chequeando las huellas de los electores contra el universo de los 19 millones del Registro Electoral venezolano.
Es importante dejar claro que para controlar que no votes (o compres) varias veces el mismo día, basta trabajar con el número de la cédula de identidad del comprador. De hecho, es muy fácil actualizar, en tiempo real, una base de datos de todas las cédulas que han votado (o comprado) La cédula es una cadena de 8 dígitos (del 0 al 9), cuya transmisión iría acompañada de la fecha (8 dígitos) y de los códigos de la mesa electoral (o de los productos que el Régimen decidiera controlar). Estamos hablando de unos 400 dígitos en total por cédula. Esto hoy en día no representa ningún problema. Y el tema de los multicedulados es un tema de muy poco valor, estadísticamente hablando.
Automáticamente, si te presentaras en otro centro electoral (o comercio en el período bajo control), el sistema arrojaría la información de que ya votaste (compraste), y a partir de allí, podrían amonestarte, y pasarte a una base de datos de “abusadores”.
El famoso invento del “psiquiatra-sátrapa” es un cuento chino, porque de ninguna manera garantiza el principio “una persona – un voto (una compra)”, porque la captahuella no trabaja con la base de datos de las 19 millones de huellas. Además, tenemos el problema que ha representado el levantamiento de la base de huellas dactilares, proceso que ha dejado a por lo menos un millón y medio de personas sin identificación dactilar (los “sin huellas” – ver esto y esto y los anexos).
Ahora bien, a los efectos del nuevo cuento de la lucha contra el abuso de compradores o contrabandistas sin escrúpulos, la pregunta sería: ¿Qué tan fácil es trasladar el esquema “Mesas Electorales-Huellas” al sistema de supermercados y farmacias de tu zona de residencia?
La clave del uso de las cazahuellas en el caso del sistema electoral, es que el CNE creó las bases técnicas para violar el secreto del voto, proveer al Régimen de información en tiempo real de la evolución de la elección, y lo más importante, promover la percepción popular de que el Régimen lo sabe todo.
Me explico, si el CNE quiere saber por quien votó cada quien en una mesa, es muy fácil. Solo basta que la máquina electoral de esa mesa no “desordene” la secuencia huella-voto que queda grabada en su memoria. Para saber como va evolucionando la elección transmiten las cédulas y las comparan con las listas Tascón – Maisanta, y para generar la percepción de control, simplemente basta con hacer la propaganda adecuada, acompañada ésta por un mensaje a sus patrulleros electorales, directo, y sin rodeos: el “gran hermano” existe, y está viéndote con los ojos del comandante eterno.
La manera de conectar el esquema electoral con el comercial sería que las tiendas de una zona geográfica de control, estén relacionadas con el centro electoral donde estás registrado como elector. Recordemos que el Régimen tiene tu dirección de residencia porque está en el Registro Electoral, por cierto, dato que no permite conocer a los partidos políticos y las organizaciones no gubernamentales de contraloría electoral, porque se evidenciaría el gran problema que tiene el Registro Electoral.
Entonces, en la medida que el Régimen vaya consolidando el proceso de sometimiento de los ciudadanos, llegará el momento en que puedan asignarte una lista de supermercados y farmacias de la zona de tu centro electoral, y solo allí podrás comprar los “productos bajo vigilancia”. Cada uno de estos supermercados y farmacias tendrán los mismos datos de huellas que los que tiene el centro electoral donde votas. Y tu familia directa, bajo una campaña de censo familiar, será relacionada con esos mismos puntos de venta.
¿Suena fantasioso lo anterior? Si no fuera porque han pasado estos 16 años de “Revolución Bonita”, la respuesta sería que si, que es una típica fantasía que surge del ocio de los que escriben por escribir.
¿Suena difícil montar un racionamiento a lo cubano, pero siglo 21? Técnicamente no. Para muestra, el sistema electoral.
Entonces, ¿por qué no desenmascarar de una vez el fraude técnico que representan las cazahuellas?
Anexos:
1.- Sobre el deber ser de la captahuella
La Captahuella es un dispositivo que debería tener dos pantallitas, cero teclas de números ni letras, para lograr lo siguiente: usted pone su dedo en una pantallita, y sin que nadie haya tecleado su cédula previamente, el aparato debería colocar en la otra pantallita su nombre y apellido, con foto incluida, en menos de una milésima de segundo, y luego de haber comparado su huella con la base de las 19 millones de huellas del Registro Electoral. Terminada la identificación, marcaría su huella como elector (o comprador) que votó (o compró su cupo del día-semana). Así, si usted va a otra mesa de votación (o supermercado), así sea en otro país, la captahuella inmediatamente informará en la pantallita que ya ejerció su derecho al voto (o compra), y será sometido al procedimiento de rigor.
Si usted hace memoria, recordará que antes de poner el dedo, el funcionario tecleaba su cédula, y en el aparato aparecía su huella, y entonces es que usted colocaba el dedo en la pantallita, y el aparatico lo único que hacía era comparar su huella con esa que apareció luego de colocar su número de cédula. Y la razón es sencilla, en la memoria solo hay las huellas de los electores de esa mesa.
2.- Sobre los “sin huellas”
La Ong VOTO LIMPIO realizó una auditoría de la base de datos de las huellas, encontrando serios problemas en dicho registro. Para conocer en detalle este trabajo pueden revisar: http://www.lapatilla.com/site/2013/05/06/voto-limpio-hay-elementos-suficientes-para-concluir-que-se-realizo-fraude-informe-completo/
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