En: http://www.lapatilla.com/site/2014/08/26/jose-guerra-el-gobierno-dando-tumbos/
José Guerra
El gobierno de Maduro anda perdido. No encuentra qué hacer para
enfrentar la crisis económica. Hace una semana le pidió la renuncia al
gabinete y se tarda en nombrar a los nuevos ministros por su indecisión.
Su estrella fulgurante, Rafael Ramírez, perdió brillo y ahora anda de
capa caída. Ninguna de sus políticas ha sido aceptada por la
nomenclatura del régimen y las que logró aplicar han fracasado
estrepitosamente, como el Sicad II, mercadeado por Ramírez en marzo de
2014 como la solución a la escalada del dólar paralelo y la inflación y
cinco meses después ese dólar está más caro que cuando comenzó el Sicad
II y la inflación galopando, tanto que hasta las cifras las dejaron de
publicar.
Este es un gobierno errático, aleatorio, que no sabe cómo administrar
los asuntos públicos. Que hace anuncios pero muy pocos se concretan y
mientras tanto la crisis sigue avanzando porque dejar de hacer no es
opción para resolver los problemas. Ungido inicialmente por Maduro con
poderes plenipotenciarios en materia económica, se lanzó Ramírez por el
camino de las reformas, muchas de las cuales son tan obvias que serían
punto de acuerdo entre los diferentes sectores políticos, dada la
gravedad de la situación, pero contradictoriamente ni siquiera el PSUV
comparte la orientación de las acciones esbozadas. Así, los programas
iniciales que balbució Rafael Ramírez causaron una reacción adversa en
un sector del gobierno contrario a cualquier tipo de reformas, las
cuales interpretan como una traición al legado de Chávez. Ramírez no
habló desde Venezuela sobre las medidas económicas a ser adoptadas por
el gobierno, prefirió ir a Londres a una reunión especialmente preparada
para él por el banco de inversión francés Lazard, quien funge como su
asesor, para hablar ante los inversionistas. El 14 de junio de 2014 se
conoció lo que Ramírez había transmitido a los banqueros congregados en
la capital inglesa.
Como peor es nada y sin tener claros los objetivos de la política
económica ni las metas a ser alcanzadas, delineó en Londres el
Vicepresidente para el Área Económica la unificación de los tipos de
cambio, lo que implicaría la eliminación de la trilogía de tasas
oficiales, sugirió el eventual desmontaje del control de cambio aunque
en realidad no fue preciso en ello, deslizó también que había que
moderar el financiamiento del BCV con impresión de dinero para cubrir el
déficit de operaciones de la empresa que él mismo dirige, PDVSA y
adicionalmente postuló que había que corregir los subsidios a la
gasolina y aumentar los precios de bienes que se encuentran congelados
por varios meses.
Estas medidas tímidas, todavía y en el tintero fueron respondidas por
el Vicepresidente Ejecutivo de la República, Jorge Arreaza quien
argumentó que no estaba planteado cambiar el modelo económico debido a
que el mismo ha sido exitoso y luego por Aristóbulo Istúriz, gobernador
del estado Anzoátegui y figura clave del partido de gobierno, quien en
los días previos a la celebración del III Congreso del PUSV los días 25,
26 y 27 de julio de 2014, soltó una frase muy clara: el control de
cambio no se puede eliminar porque es un instrumento político. Ello
ponía de manifiesto que los sectores más conservadores del gobierno y
del partido no aceptarían a beneficio de inventario lo que Ramírez
propondría.
De la unificación cambiaria, la cual fue anunciada para ejecutarse en
el corto plazo, pasó Ramírez velozmente a la convergencia cambiaria que
nadie sabe qué significa pero se podría inferir que combina lo malo del
control de cambio existente con una tasa fija con lo malo de los
sistemas de cambios múltiples. Del aumento de la gasolina, ya no se
habla debido a la suspicacia muy razonada de la población sobre el uso
de los fondos que tal aumento generaría y a la creciente oposición a esa
medida. Sobre la venta de Citgo, se hizo la propuesta y la misma fue
recogida y se entiende que por igual razón, asociada al rechazo popular.
Mientras el transcurrir del tiempo va descontando el lapso para adoptar
un esquema económico comprensivo para lidiar con la crisis y Maduro es
presa de sus dudas, la crisis se tiende a agravar. Así, como puede
apreciarse en el gráfico, las reservas internaciones están tocando
fondo, los precios siguen su escalada alcista y la escasez no da tregua.
Creyendo tomar el camino más fácil se fue el gobierno por el atajo de
cerrar la frontera con Colombia pretendiendo frenar el contrabando. A
ello siguió el nombramiento de un nuevo jefe de inspección de los
comercios, Andrés Eloy Méndez, quien siguió a Eduardo Samán, Dante
Rivas, al General Luis Motta Domínguez y Andreina Tarazón. El resultado
no va a ser distinto de lo que ha pasado en todo el mundo donde hay
controles de precios y de cambio: la escasez va a seguir y con ello el
contrabando. Entretanto, el reloj sigue su marcha indetenible y con él
el deterioro del país.
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