La expansión de Farmapatria y la propaganda socialista no funcionaron frente a un gobierno que impide el acceso a las divisas y le adeuda al sector salud más de cuatro mil millones de solares. La regulación de precios de 2003 fue el inicio de las colas.
Por
Elizabeth Fuentes.-
Para julio de 2013, el presidente de Farmapatria, Freddy Arenas, informaba que el Presidente de la República, Nicolás Maduro, había aprobado la expansión en el Ministerio de Alimentación que permitiría incorporar 40 nuevas sedes a Farmapatria y cerrar ese año con un total de 120 farmacias operativas en todo el país.
Muy optimista, Arenas revelaba que ya estaban ubicados los espacios en los que se instalarían las farmacias y que todas las Farmapatrias estarían incorporadas a un sistema integral de control de medicamentos.
“Se trata de un sistema electrónico que permite llevar control y monitoreo de todo el ciclo farmacéutico, desde la importación de principios activos hasta la distribución en droguerías y farmacias. Atendemos y monitoreamos desde que la empresa importa principios activos, productos terminados y semi terminados, luego la acción de laboratorios y fabricantes y también la cadena de distribución”.
Señalaba también que en Farmapatria estaban trabajando para “desenmascarar toda la información al respecto, cuando se pretenda hablar de desabastecimiento”.
Más o menos lo mismo que dijo ayer el presidente Maduro en relación a Farmatodo, incluyendo el argumento de que sus sedes servirán para ampliar la Misión Alimentación.
Lo que no dijo entonces Arenas, ni dice ahora Maduro cuando acusa a Farmatodo de enemigo del pueblo, es que los productos con mayores fallas de distribución eran los que tenían los precios regulados por el gobierno desde el año 2003, debido a que los laboratorios dejaron de producirlos porque no iban a trabajar a pérdida.
“Este desfase de precios ha obligado a las grandes redes farmacéuticas a limitar sus comprar al exterior, pues la mayoría de los productos faltantes están regulados. Como acetaminofén”, dijo a los medios el presidente de la Asociación de Farmacias del Este, Rafael Fumero. “El segundo problema es la deuda de cuatro mil millones de dólares que mantiene el Centro de Comercio Exterior (Cencoex) con el sector salud y las restricciones en el acceso a las divisas para la compra de materia prima y productos terminados” indicó.
Por estas razones, el suministro de los productos bajó entre 30 y 40 por ciento, incluyendo en las Farmapatrias. Para colmo, la demanda de divisas para importación de insumos médicos para el año 2014, rondaba el millardo de dólares, pero el Centro Nacional de Comercio Exterior solo liquidó 25%, aseguró Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana, cuando la crisis comenzó a generar las kilométricas colas que hoy han pasado a ser cotidianas.
“Basta una revisión a la data del Instituto Nacional de Estadística para precisar que las divisas que se destinaban para la importación del código arancelario de jeringas, agujas, catéteres, cánulas e instrumentos similares disminuyeron desde el 2011″, agregó.
En comparación con 2012, la caída del año pasado fue de 70%. Mientras hace dos años se importaron 133.045.763,23 de dólares en ese arancel, en 2014 el monto total fue de 39.701.910,08 de dólares.
Para ese año, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se importaron 648 millones de dólares en medicinas, pero ya para el primer trimestre de 2014 se importaron 522.2 millones de dólares. Es decir, 19.04 por ciento menos que el año anterior, cuando comenzó la curva de la crisis en el sector y para proteger el negocio de la caída en las ventas de medicinas, las farmacias optaron por vender otros productos, como pañales, acetona, desodorantes, tintes para el pelo y champo.
Pero la propaganda barata del socialismo, oculta las cifras, los hechos y con dos o tres slogans, buscan mantener contentos a sus aliados, necesitados todos de un enemigo externo que justifique su fracaso.
Basta releer la literatura barata con la que pretendieron justificar la existencia de Farmapatria y compararla con su estado inerte hoy día, para entender dónde están parados los voceros de las expropiaciones:
“Farmapatria garantiza el abastecimiento de nuestra red de farmacias popular cubriendo la demanda de nuestros clientes a nivel nacional. Somos la red de farmacias populares más grande del país, ofreciendo medicamentos de calidad y servicios de calidad, a precios justos y accesibles para todos los venezolanos y venezolanas del territorio nacional.Construir una sociedad igualitaria y justa, profundizando las condiciones que aseguren para la familia venezolana, la mayor suma de seguridad social y suprema felicidad, a partir de valores y principios de respeto, igualdad, solidaridad y corresponsabilidad, enmarcada en la justicia social como esencia de la construcción del socialismo, consolidando y expandiendo la Red de Farmacias Populares en todo el territorio nacional.
Para julio de 2013, el presidente de Farmapatria, Freddy Arenas, informaba que el Presidente de la República, Nicolás Maduro, había aprobado la expansión en el Ministerio de Alimentación que permitiría incorporar 40 nuevas sedes a Farmapatria y cerrar ese año con un total de 120 farmacias operativas en todo el país.
Muy optimista, Arenas revelaba que ya estaban ubicados los espacios en los que se instalarían las farmacias y que todas las Farmapatrias estarían incorporadas a un sistema integral de control de medicamentos.
“Se trata de un sistema electrónico que permite llevar control y monitoreo de todo el ciclo farmacéutico, desde la importación de principios activos hasta la distribución en droguerías y farmacias. Atendemos y monitoreamos desde que la empresa importa principios activos, productos terminados y semi terminados, luego la acción de laboratorios y fabricantes y también la cadena de distribución”.
Señalaba también que en Farmapatria estaban trabajando para “desenmascarar toda la información al respecto, cuando se pretenda hablar de desabastecimiento”.
Más o menos lo mismo que dijo ayer el presidente Maduro en relación a Farmatodo, incluyendo el argumento de que sus sedes servirán para ampliar la Misión Alimentación.
Lo que no dijo entonces Arenas, ni dice ahora Maduro cuando acusa a Farmatodo de enemigo del pueblo, es que los productos con mayores fallas de distribución eran los que tenían los precios regulados por el gobierno desde el año 2003, debido a que los laboratorios dejaron de producirlos porque no iban a trabajar a pérdida.
“Este desfase de precios ha obligado a las grandes redes farmacéuticas a limitar sus comprar al exterior, pues la mayoría de los productos faltantes están regulados. Como acetaminofén”, dijo a los medios el presidente de la Asociación de Farmacias del Este, Rafael Fumero. “El segundo problema es la deuda de cuatro mil millones de dólares que mantiene el Centro de Comercio Exterior (Cencoex) con el sector salud y las restricciones en el acceso a las divisas para la compra de materia prima y productos terminados” indicó.
Por estas razones, el suministro de los productos bajó entre 30 y 40 por ciento, incluyendo en las Farmapatrias. Para colmo, la demanda de divisas para importación de insumos médicos para el año 2014, rondaba el millardo de dólares, pero el Centro Nacional de Comercio Exterior solo liquidó 25%, aseguró Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana, cuando la crisis comenzó a generar las kilométricas colas que hoy han pasado a ser cotidianas.
“Basta una revisión a la data del Instituto Nacional de Estadística para precisar que las divisas que se destinaban para la importación del código arancelario de jeringas, agujas, catéteres, cánulas e instrumentos similares disminuyeron desde el 2011″, agregó.
En comparación con 2012, la caída del año pasado fue de 70%. Mientras hace dos años se importaron 133.045.763,23 de dólares en ese arancel, en 2014 el monto total fue de 39.701.910,08 de dólares.
Para ese año, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se importaron 648 millones de dólares en medicinas, pero ya para el primer trimestre de 2014 se importaron 522.2 millones de dólares. Es decir, 19.04 por ciento menos que el año anterior, cuando comenzó la curva de la crisis en el sector y para proteger el negocio de la caída en las ventas de medicinas, las farmacias optaron por vender otros productos, como pañales, acetona, desodorantes, tintes para el pelo y champo.
Pero la propaganda barata del socialismo, oculta las cifras, los hechos y con dos o tres slogans, buscan mantener contentos a sus aliados, necesitados todos de un enemigo externo que justifique su fracaso.
Basta releer la literatura barata con la que pretendieron justificar la existencia de Farmapatria y compararla con su estado inerte hoy día, para entender dónde están parados los voceros de las expropiaciones:
“Farmapatria garantiza el abastecimiento de nuestra red de farmacias popular cubriendo la demanda de nuestros clientes a nivel nacional. Somos la red de farmacias populares más grande del país, ofreciendo medicamentos de calidad y servicios de calidad, a precios justos y accesibles para todos los venezolanos y venezolanas del territorio nacional.Construir una sociedad igualitaria y justa, profundizando las condiciones que aseguren para la familia venezolana, la mayor suma de seguridad social y suprema felicidad, a partir de valores y principios de respeto, igualdad, solidaridad y corresponsabilidad, enmarcada en la justicia social como esencia de la construcción del socialismo, consolidando y expandiendo la Red de Farmacias Populares en todo el territorio nacional.
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