Tuesday, August 30, 2016

El revocatorio de calle llamado Primavera Árabe

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Jesús Petit da Costa



El revocatorio de calle llamado Primavera Árabe (2011) fue la versión actualizada y mejorada del que hicimos aquí en enero de 1958, con diferencias tácticas y técnicas explicables por los 53 años transcurridos desde entonces, aún cuando ambas coinciden en la premisa que sirvió de base a la estrategia: sin militares no es posible derrocar a un tirano.En consecuencia, la acción de los civiles, para alcanzar el éxito, debe provocar que los militares intervengan y fuercen la salida del tirano, cualquiera sea el medio; de lo contrario, está condenada al fracaso.
1. La clave esta vez: uso masivo de las redes sociales
El éxito de la “primavera árabe” se debió a la participación de la juventud que, utilizando las nuevas tecnologías, fue capaz de sortear los bloqueos del gobierno a los medios de comunicación. Si eso fue en 2011, ahora en 2016 esta ventaja es infinitamente superior. Las redes sociales facilitan todavía más la rebelión contra las tiranías. No explotar esta ventaja sólo se explica por cobardía.
2. Iniciativa de la sociedad civil: liderazgo colectivo y clandestino
Las protestas no fueron convocadas ni dirigidas por los partidos. Las convocó la sociedad civil, fundamentalmente la juventud, usando las redes sociales. Al convocarlas la sociedad civil tiene otra ventaja: dificulta la identificación de los convocantes y, por consiguiente, la eficacia de la represión.
3. Arranque
Hay un día de manifestación que marca el inicio de la rebelión. No importa que la asistencia no sea masiva ese día. Simplemente se trata de activarla. Veamos: “El día martes 25 de enero de 2011–conocido como Día de la Ira– tuvieron lugar protestas en varias ciudades: El Cairo (apenas 15.000 personas), Alejandría, Suez e Ismailia (equivalentes a Caracas, Maracaibo, Valencia y Maracay). En El Cairo, la policía lanzó gases lacrimógenos y utilizó cañones de agua contra los manifestantes, quienes a su vez lanzaron piedras a la policía, que finalmente, los obligó a retirarse”. Así también lo hicimos aquí en el 58: arrancamos el 21. El desenlace se produjo el 23.
4. Tomar una plaza estratégicamente situada y mantenerse en ella para que sirva de emblema a los fines de la proyección nacional y mundial
Este fue el segundo paso en Egipto. Al efecto, tomaron la plaza de la Liberación o plaza Tahrir, la mayor plaza pública del centro urbano de El Cairo. Allí se mantuvieron concentrados. Corresponsales de la BBC informaron que el 30 de enero, el séptimo día de las protestas, los manifestantes en la plaza habían aumentado por lo menos a 50.000 personas y el 31 de enero corresponsales de Al Jazeera calcularon los manifestantes en 250.000. Al día siguiente, el 1 de febrero, Al Jazeera comunicó que más de un millón de manifestantes se habían reunido en la plaza y las calles adyacentes.
Esto se puede hacer ahora, y no en el 58, porque las televisoras internacionales y las redes sociales transmiten en vivo el desarrollo de los acontecimientos, lo que impide o por lo menos dificulta el genocidio. Todas las agresiones de funcionarios y criminales armados quedan registrados, provocando reacción de condena mundial inmediata. Además videos y fotos transmitidos por las redes servirán de prueba a los tribunales penales internacionales para condenar al tirano a cadena perpetua.
5. Continuar las protestas los días siguientes con un lema
Los mismos organizadores del «Día de la Ira» y el «Viernes de la Ira» convocaron una protesta que denominaron el «Viernes de la Salida». Exigieron que el dictador dimitiera inmediatamente y fijaron el 4 de febrero como fecha límite. Al Jazeera estimó en más de un millón de personas en la Plaza Tahrir, y aproximadamente medio millón en Alejandría. Otras ciudades fueron tomadas por los manifestantes. En Alejandría, los manifestantes le advirtieron al gobierno que si usaban la violencia contra los manifestantes cairotas, ellos marcharían hacia El Cairo para unirse a las manifestaciones. El dictador renunció y dejó encargado al vicepresidente. Los rebeldes no lo aceptaron y llamaron a la manifestación “Día de la Despedida” y consiguieron el objetivo: el fin de la tiranía. Es importante asimilar la terminología porque lleva implícita el objetivo de cada movilización de masas.
Sin duda, el revocatorio de calle egipcio de 2011 innovó la técnica de la rebelión popular con la aplicación de la tecnología moderna de la comunicación, la cual en 5 años ha avanzado muchísimo más.

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