Thursday, August 25, 2016

Se acaba el tiempo de las amenazas

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Humberto Briceño León

I. Colapso. La incoherencia y la contradicción se imponen ante la incapacidad del régimen de definir una política económica. El problema está en que para tratar de mantenerse electoralmente el gobierno quiere seguir nadando en dos aguas. El régimen trata de jugar a un socialismo primitivo que no rompa totalmente con las bondades del modelo capitalista. Elías Jaua lo justifica como un modelo mixto. La realidad es que en Venezuela opera un capitalismo de estado más clientelar y perverso que antes de la llegada de Chávez al poder en 1999. Mientras el gobierno hace el debate teórico de qué hacer con la economía y sigue cambiando ministros el país colapsa. Y con él un proyecto que una vez se llamó socialismo del siglo XXI.
II. Cancillería.Hay alarma en la Casa Amarilla. El gobierno detectó que un 19% de empleados que aparecen en la nómina de la cancillería habrían firmado por el Revocatorio. Lo que es más grave es que la mayoría se habría negado a retirar su firma en el proceso de revalidación. Se trata de funcionarios de mediana jerarquía y una gran cantidad de empleados. Delcy Rodríguez habría ordenado hacer listas de funcionarios en base a diferentes niveles de confiabilidad. Están tratando de clasificar a los que son patria o muerte a todo trance, a los chavistas críticos y los opositores. El gobierno también está en minoría en la Cancillería.
III. Entrelineas. No hay duda que el General Padrino López es uno de los operadores militares clave del régimen. Pero en el gran esquema de la estrategia del Psuv para mantenerse en el poder Padrino López es solidario en sus propios términos, a su manera. Con extrema habilidad el General se va diferenciando milimétricamente del Psuv hasta en la forma de satanizar a la oposición. A propósito de la marcha del 1ro de septiembre Padrino López se sumó al coro oficialista para alertar sobre la naturaleza violenta de la movilización. Pero seguidamente, admitió la legalidad y la legitimidad de la “Toma de Caracas” al decir “el pueblo tiene el derecho y la garantía constitucional de protestar…” Al General de la transición hay que leerlo entre líneas.
IV. Costuras. La confrontación política está llegando a un punto crítico para validar si las amenazas del gobierno son reales o parte de una estrategia de amedrentamiento. El control absoluto que el régimen tiene del TSJ y el CNE hace pensar, con toda razón, que en cualquier momento podrían suspender el Revocatorio. Esta posibilidad ha sido blandida como amenaza para desalentar al resto de la sociedad y de las fuerzas democráticas. El gobierno ha tratado, infructuosamente, de desmovilizar a la oposición para que esta renuncie por su propia cuenta a la solicitud de Referéndum. Pero esto no ocurre. Pasan los días y las amenazas lucen más como son, amagues que no se concretan. Las costuras que mantienen al régimen ya no sólo son visibles, están a punto de reventar.
V. Derrotado. El régimen ha sido derrotado por la sociedad en todos los frentes. En los barrios y sectores populares que antes fueron los bastiones del chavismo hoy sólo hay desengaño y resentimiento. Los trabajadores no sólo quieren revocar al presidente obrero sino que rechazan ampliamente aumentos salariales demagógicos para los cuales ni el gobierno tiene el dinero. Pero a estas derrotas se suma la derrota ideológica. La más vergonzosa de todas. La mal llamada revolución bolivariana se pone de cuclillas ante las transnacionales para entregar incondicionalmente la riqueza del arco minero. Las proclamas de antiimperialismo y soberanía son desechadas con la esperanza de recibir a cambio los dólares que le permitan al régimen gobernar unos días más. Rendición total de las ideas socialistas como preámbulo de la derrota política y militar.

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