Indignación y asco
Esto nos llevará a acciones masivas y contundentes en defensa de la Constitución
JUAN ANTONIO MULLER | EL UNIVERSAL
jueves 30 de diciembre de 2010 12:00 AM
Estos sentimientos son los que embargan a muchos venezolanos en esta Navidad que, en vez de alegrarse con la llegada del niño Dios, contemplan asombrados el endiosamiento de gobernantes mortales.
Indignación ante el golpe de Estado perpetrado por el Ejecutivo Nacional junto al resto de los poderes e instituciones públicas. Asco al ver la degradación a la que pueden llegar los seres humanos movidos por el oportunismo y el sometimiento a una voluntad personal.
Indignación por el atropello que se comete contra la ciudadanía y sus instituciones: partidos políticos, diputados, gobernadores y alcaldes electos, miembros de juntas parroquiales, universidades, medios de comunicación social, Internet y organizaciones civiles y religiosas. Asco al comprobar cómo profesionales salidos de las aulas universitarias buscan afanosamente defender sus actuaciones impúdicas.
Indignación ante la manipulación de la justicia por jueces que asemejan milicia en vez de ser garantes de los derechos individuales. El enjuiciamiento y condena de los diputados electos dan prueba fehaciente de esa afirmación. Asco por los atropellos judiciales condonados por magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.
Indignación por el nuevo reglamento de debates aprobado por una asamblea nacional írrita al servicio del dictador. Asco por las amenazas de diputados de reprimir los rechazos aplicando las fuerzas del orden público contra ciudadanos indefensos.
Indignación por las leyes que dan a las comunas, sin rango constitucional, poderes absolutos por encima de alcaldes y gobernadores electos y de autoridades universitarias escogidas libremente por sus comunidades.
La indignación y el asco llevarán irremediablemente, sin la menor duda, a acciones masivas y contundentes en defensa de la Constitución por parte de las grandes mayorías.
Indignación ante el golpe de Estado perpetrado por el Ejecutivo Nacional junto al resto de los poderes e instituciones públicas. Asco al ver la degradación a la que pueden llegar los seres humanos movidos por el oportunismo y el sometimiento a una voluntad personal.
Indignación por el atropello que se comete contra la ciudadanía y sus instituciones: partidos políticos, diputados, gobernadores y alcaldes electos, miembros de juntas parroquiales, universidades, medios de comunicación social, Internet y organizaciones civiles y religiosas. Asco al comprobar cómo profesionales salidos de las aulas universitarias buscan afanosamente defender sus actuaciones impúdicas.
Indignación ante la manipulación de la justicia por jueces que asemejan milicia en vez de ser garantes de los derechos individuales. El enjuiciamiento y condena de los diputados electos dan prueba fehaciente de esa afirmación. Asco por los atropellos judiciales condonados por magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.
Indignación por el nuevo reglamento de debates aprobado por una asamblea nacional írrita al servicio del dictador. Asco por las amenazas de diputados de reprimir los rechazos aplicando las fuerzas del orden público contra ciudadanos indefensos.
Indignación por las leyes que dan a las comunas, sin rango constitucional, poderes absolutos por encima de alcaldes y gobernadores electos y de autoridades universitarias escogidas libremente por sus comunidades.
La indignación y el asco llevarán irremediablemente, sin la menor duda, a acciones masivas y contundentes en defensa de la Constitución por parte de las grandes mayorías.
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