VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
martes 7 de febrero de 2012 12:38 PM
El precio del petróleo bate récord, la deuda crece, aumentan los impuestos a las empresas, pero el Gobierno necesita más recursos para financiar sus proyectos, por lo tanto, ha puesto en marcha una estrategia para incrementar el control sobre los bolívares depositados en la banca.
Desde hace cinco años la banca dirige obligatoriamente la mitad de sus créditos al agro, manufactura, turismo, microempresas y construcción pero el Gobierno no tenía el poder para indicar cuál empresa o persona recibirá el crédito.
En el sector agrícola ya lo tiene. La banca será obligada a comprar unos bonos y el dinero será depositado en el Fondo Zamora que de ahora en adelante se encargará de distribuir los préstamos.
No es difícil imaginar que en el mediano plazo el mismo procedimiento se aplicará para el crédito a otros sectores con lo que el control del financiamiento estará en manos del Gobierno, o mejor dicho, en el dedo único que todo lo decide.
Así, los bancos se convertirían en unas simples alcancías y perderían la potestad de determinar, después de evaluar el riesgo, dónde invierten el dinero de los depositantes.
Los criterios que aplica el Gobierno para otorgar créditos no son del todo eficientes. Las estadísticas de la Superintendencia indican que en promedio, toda la banca tiene problemas para recuperar 1,43% de los recursos prestados al agro, pero en el Banco Agrícola de Venezuela, controlado por el Gobierno, la proporción es de 11,61%.
Todo indica que en medio de la campaña electoral el Gobierno abrirá las compuertas del crédito sin mayor evaluación del riesgo y si no recupera el dinero prestado serán los ciudadanos, con sus impuestos, quienes asumirán las pérdidas.
Desde hace cinco años la banca dirige obligatoriamente la mitad de sus créditos al agro, manufactura, turismo, microempresas y construcción pero el Gobierno no tenía el poder para indicar cuál empresa o persona recibirá el crédito.
En el sector agrícola ya lo tiene. La banca será obligada a comprar unos bonos y el dinero será depositado en el Fondo Zamora que de ahora en adelante se encargará de distribuir los préstamos.
No es difícil imaginar que en el mediano plazo el mismo procedimiento se aplicará para el crédito a otros sectores con lo que el control del financiamiento estará en manos del Gobierno, o mejor dicho, en el dedo único que todo lo decide.
Así, los bancos se convertirían en unas simples alcancías y perderían la potestad de determinar, después de evaluar el riesgo, dónde invierten el dinero de los depositantes.
Los criterios que aplica el Gobierno para otorgar créditos no son del todo eficientes. Las estadísticas de la Superintendencia indican que en promedio, toda la banca tiene problemas para recuperar 1,43% de los recursos prestados al agro, pero en el Banco Agrícola de Venezuela, controlado por el Gobierno, la proporción es de 11,61%.
Todo indica que en medio de la campaña electoral el Gobierno abrirá las compuertas del crédito sin mayor evaluación del riesgo y si no recupera el dinero prestado serán los ciudadanos, con sus impuestos, quienes asumirán las pérdidas.
No comments:
Post a Comment