CIPRIANO HEREDIA S. | EL UNIVERSAL
viernes 28 de septiembre de 2012 12:00 AM
Tras una campaña gubernamental caracterizada por el ventajismo y abuso oficialista de punta a punta, aderezadas con una vulgar arremetida de encuestas hechas a la medida y un descarado despliegue de guerra sucia como corolario, finalmente llegamos al cierre de una jornada en la que, a pesar de todas las dificultades, por primera vez en la era Chávez la alternativa democrática tiene la primera opción de triunfo y se dispone a darle una lección de vida a un gobierno cuyo principal objetivo no es servirle al país, sino retener el poder a como dé lugar, para lo cual no tiene escrúpulos ni miramientos.
En cuanto al ventajismo, el país ha presenciado una campaña absolutamente desigual en publicidad mediática y manejo de recursos, que solo ha podido ser compensada con un enorme esfuerzo colectivo de organización y estrategia por parte de quienes formamos parte de los diferentes comandos, y la increíble vitalidad de nuestro candidato, quien visitó en estos meses más de 300 pueblos en jornadas que llegaron a incluir hasta 3 y 4 localidades diarias, con el añadido de hacer largos recorridos caminando o trotando al lado de la gente.
Por su parte, el tema de las encuestas lo hemos tocado ya en este espacio, y solo reiteraremos que el descaro de GIS XXI, Hinterlaces y el IVAD raya en lo ridículo, por cuanto sus proyecciones están desconectadas de cualquier posibilidad, mientras que Datanálisis viene sacando el paracaídas para no fracturarse las piernas en el aterrizaje del 7-O. Para ello, hábilmente mantiene a su cliente contento con unos cuantos puntos de ventaja, pero por otro lado sostiene que, aún a estas alturas, el porcentaje de indecisos es de 16% -mayor que esa ventaja-, con lo cual tienen desde ya montada la explicación que darán cuando gane el que según ellos pierde: "caramba, esos indecisos se decidieron a última hora por Capriles. Nosotros advertimos que eso podía pasar...".
Pero más allá de destacar el descaro de las encuestadoras mencionadas, podemos afirmar con propiedad y certeza que la mayoría de los sondeos confiables C21, Eugenio Escuela, Pronóstico, Varianzas, Hercom y Predigmática-, coinciden en que entre finales de agosto y principios de septiembre las líneas de Chávez y Capriles se cruzaron, en sentido ascendente para Capriles y descendente o estancado para Chávez, y de esa tendencia podemos proyectar seriamente una victoria que oscilará al final entre 6 y 10 puntos de ventaja, lo cual, en un universo de 15 millones de votantes efectivos, se traduce en una diferencia de entre 900 mil y un millón y medio de votos a favor de Capriles.
Y por último, vale la pena decir algo sobre la guerra sucia, la cual no es nueva, pero en las semanas finales adquirió formas diferentes con el forjamiento de un documento a todas luces falso (lo cual reafirmamos con propiedad porque formamos parte de la Comisión de Políticas Públicas de la MUD que redactó la versión genuina), con el que se ha pretendido engañar a los venezolanos respecto al verdadero programa de gobierno de Capriles, y con la vergonzosa compra de dirigentes sin moral y partidos sin militancia.
No obstante lo descrito, en cada pueblo que visita el candidato hay más gente que en el anterior y se siente mayor entusiasmo. Cada una de estas jugadas puede haber confundido a algún incauto pero, en general, han causado mayor indignación en un pueblo que ya está bastante cansado de tanto abuso, odio y arbitrariedad y está decidido a provocar un cambio con su voto. Voto que por cierto es a veces silente y hasta encubierto, ya que muchos han tenido que simular estar con el continuismo comunista para no perder su trabajo o algún beneficio ante un régimen represivo, pero votarán fieles a su conciencia en unos días.
Conclusión, nos anima un optimismo racional fundado en lo que vemos en los números y sentimos en la calle. Tendremos más votos y, sin duda, la mejor y más grande legión de testigos que hemos tenido en elección alguna. Sin embargo, tengamos siempre presente el talante antidemocrático de nuestro rival, por lo que, ya con los votos en la urnas y las actas en las manos, estemos dispuestos a defender la victoria.
Subsec. Gral. de ABP
En cuanto al ventajismo, el país ha presenciado una campaña absolutamente desigual en publicidad mediática y manejo de recursos, que solo ha podido ser compensada con un enorme esfuerzo colectivo de organización y estrategia por parte de quienes formamos parte de los diferentes comandos, y la increíble vitalidad de nuestro candidato, quien visitó en estos meses más de 300 pueblos en jornadas que llegaron a incluir hasta 3 y 4 localidades diarias, con el añadido de hacer largos recorridos caminando o trotando al lado de la gente.
Por su parte, el tema de las encuestas lo hemos tocado ya en este espacio, y solo reiteraremos que el descaro de GIS XXI, Hinterlaces y el IVAD raya en lo ridículo, por cuanto sus proyecciones están desconectadas de cualquier posibilidad, mientras que Datanálisis viene sacando el paracaídas para no fracturarse las piernas en el aterrizaje del 7-O. Para ello, hábilmente mantiene a su cliente contento con unos cuantos puntos de ventaja, pero por otro lado sostiene que, aún a estas alturas, el porcentaje de indecisos es de 16% -mayor que esa ventaja-, con lo cual tienen desde ya montada la explicación que darán cuando gane el que según ellos pierde: "caramba, esos indecisos se decidieron a última hora por Capriles. Nosotros advertimos que eso podía pasar...".
Pero más allá de destacar el descaro de las encuestadoras mencionadas, podemos afirmar con propiedad y certeza que la mayoría de los sondeos confiables C21, Eugenio Escuela, Pronóstico, Varianzas, Hercom y Predigmática-, coinciden en que entre finales de agosto y principios de septiembre las líneas de Chávez y Capriles se cruzaron, en sentido ascendente para Capriles y descendente o estancado para Chávez, y de esa tendencia podemos proyectar seriamente una victoria que oscilará al final entre 6 y 10 puntos de ventaja, lo cual, en un universo de 15 millones de votantes efectivos, se traduce en una diferencia de entre 900 mil y un millón y medio de votos a favor de Capriles.
Y por último, vale la pena decir algo sobre la guerra sucia, la cual no es nueva, pero en las semanas finales adquirió formas diferentes con el forjamiento de un documento a todas luces falso (lo cual reafirmamos con propiedad porque formamos parte de la Comisión de Políticas Públicas de la MUD que redactó la versión genuina), con el que se ha pretendido engañar a los venezolanos respecto al verdadero programa de gobierno de Capriles, y con la vergonzosa compra de dirigentes sin moral y partidos sin militancia.
No obstante lo descrito, en cada pueblo que visita el candidato hay más gente que en el anterior y se siente mayor entusiasmo. Cada una de estas jugadas puede haber confundido a algún incauto pero, en general, han causado mayor indignación en un pueblo que ya está bastante cansado de tanto abuso, odio y arbitrariedad y está decidido a provocar un cambio con su voto. Voto que por cierto es a veces silente y hasta encubierto, ya que muchos han tenido que simular estar con el continuismo comunista para no perder su trabajo o algún beneficio ante un régimen represivo, pero votarán fieles a su conciencia en unos días.
Conclusión, nos anima un optimismo racional fundado en lo que vemos en los números y sentimos en la calle. Tendremos más votos y, sin duda, la mejor y más grande legión de testigos que hemos tenido en elección alguna. Sin embargo, tengamos siempre presente el talante antidemocrático de nuestro rival, por lo que, ya con los votos en la urnas y las actas en las manos, estemos dispuestos a defender la victoria.
Subsec. Gral. de ABP
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