VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
martes 25 de septiembre de 2012 12:00 AM
De acuerdo con la última resolución del Banco Central los venezolanos pueden acudir a la entidad financiera de su preferencia y abrir una cuenta en dólares, pero curiosamente, esto ocurre en medio de un férreo control de cambio y una creciente escasez de divisas.
La realidad es que las familias continúan sin opciones para protegerse de la inflación.
La única posibilidad de obtener dólares para depositar en la cuenta es que en algún momento Pdvsa o el Ministerio de Finanzas concreten alguna emisión de bonos en divisas, de lo contrario, solo queda acudir al Sitme para solicitar hasta 5 mil dólares al año en caso de viaje al exterior.
Hay más. En el Sitme el comprador utiliza a su entidad financiera como intermediario para adquirir bonos en el BCV que luego son vendidos en el exterior para obtener dólares. El problema, es que hay pocos bonos y muchos compradores, por lo tanto, lo común es esperar entre tres y seis meses para recibir una porción de los dólares.
Quien vende su apartamento, un carro o cobra las utilidades a fin de año no tiene opción para proteger la capacidad de compra del dinero. La banca remunera al ahorro con tasas de interés que no cubren la inflación, la Bolsa está muerta y en medio de la escasez de divisas el dólar innombrable vuela.
Mientras tanto el reloj de la devaluación avanza. La brecha entre ingresos y gastos del Gobierno ha adquirido dimensiones relevantes y todo indica que en el mediano plazo habrá que devaluar para obtener más bolívares por los petrodólares y así, cubrir parte de los compromisos.
Atrapados sin salida.
La realidad es que las familias continúan sin opciones para protegerse de la inflación.
La única posibilidad de obtener dólares para depositar en la cuenta es que en algún momento Pdvsa o el Ministerio de Finanzas concreten alguna emisión de bonos en divisas, de lo contrario, solo queda acudir al Sitme para solicitar hasta 5 mil dólares al año en caso de viaje al exterior.
Hay más. En el Sitme el comprador utiliza a su entidad financiera como intermediario para adquirir bonos en el BCV que luego son vendidos en el exterior para obtener dólares. El problema, es que hay pocos bonos y muchos compradores, por lo tanto, lo común es esperar entre tres y seis meses para recibir una porción de los dólares.
Quien vende su apartamento, un carro o cobra las utilidades a fin de año no tiene opción para proteger la capacidad de compra del dinero. La banca remunera al ahorro con tasas de interés que no cubren la inflación, la Bolsa está muerta y en medio de la escasez de divisas el dólar innombrable vuela.
Mientras tanto el reloj de la devaluación avanza. La brecha entre ingresos y gastos del Gobierno ha adquirido dimensiones relevantes y todo indica que en el mediano plazo habrá que devaluar para obtener más bolívares por los petrodólares y así, cubrir parte de los compromisos.
Atrapados sin salida.
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