Wednesday, September 12, 2012

El plan Capriles: crisis y recuperación

En: http://www.lapatilla.com/site/2012/09/12/jose-guerra-el-plan-capriles-crisis-y-recuperacion/

José Guerra

Al concluir 2012 Hugo Chávez va a dejar una economía con una crisis que debe ser encarada con decisión. Los principales indicadores económicos reflejan la acumulación de serios desequilibrios que se han venido potenciando y agravando conforme avanza el año. En tres áreas se reflejan principalmente los desajustes que la administración de Chávez está conformando en Venezuela. En primer lugar, las cuentas fiscales de Venezuela están desarticuladas por una gestión irresponsable que ha provocado un déficit cercano a 17% del PIB, equivalente a US$ 65.000 millones, todo lo cual se ha traducido, por una parte, en una acumulación de obligaciones que crecen a ritmo acelerado hasta alcanzar la deuda titularizada la cantidad de US$ 180.000 millones, equivalente a 50% del PIB. Si se incluyen otros compromisos el monto adeudado por Venezuela alcanzaría a US$ 215.000 millones. Esta situación ha significado un sacrificio enorme para los venezolanos en términos de recursos que se le han quitado a la salud, educación y la seguridad pública. En segundo lugar, ha establecido el gobierno de Chávez un esquema de control de precios que en apariencia ha contribuido a bajar la inflación. Los controles generalizados de precios son tan cautivantes como peligrosos. Son una especie de caramelo envenenado. Usualmente los controles de precios generan escasez como actualmente sucede en Venezuela donde el BCV reporta que en promedio hay un desabastecimiento cercano al 20%. Adicionalmente, como el control de precios lo manejan unos burócratas alejados de las condiciones reales de producción, al aumentar los costos, ello se traduce en caídas de la producción. No es por casualidad que según cifras del BCV en el segundo trimestre de 2012, la manufactura de alimentos declinó 9,0%. En tercer lugar, como resultado de la gestión cambiaria y monetaria se está incubando un severo problema con el tipo de cambio.

El gobierno de Chávez barrió con cualquier referencia al buen juicio en lo referido a la política monetaria. En primer, acabó con las potestades monetarias del BCV para gestionar el dinero en circulación y en segundo lugar, ha transformado al ente emisor en una especie de imprenta para financiar el déficit fiscal. Apelando a un concepto cuestionado como “nivel adecuado de reservas internacionales” que nadie sabe cómo se calcula, el gobierno ha esquilmado al BCV, sustrayéndole los activos que respaldan la emisión de dinero. Ello ha puesto presión sobre la cotización del dólar en la medida en que crece la cantidad de dinero que circula pero disminuyen los dólares que los respaldan. Por tanto, aunque el tipo de cambio oficial es Bs. 4,30 por US$, la relación entre los bolívares de la economía y los dólares en manos del BCV sugiere que el tipo de cambio se acerca a Bs. 20 por US$. Esto se ha traducido en una acentuación del racionamiento de divisas por parte de CADIVI y el BCV.

El plan de gobierno de Capriles se encamina a enfrentar estos desequilibrios con una estrategia de crecimiento económico y equidad social sin tener que someter a Venezuela a los rigores de un plan de ajuste ortodoxo. Es criterio bien sustentado de Henrique Capriles que con los actuales niveles de precios del petróleo en el entorno de los US$ 100 por barril, puede la economía de Venezuela funcionar adecuadamente si el esfuerzo del sector público se combina con el del sector privado. Con el plan petrolero esbozado por Capriles, consistente en elevar la producción hasta 6.000.000 de barriles diarios en seis años, puede registrar Venezuela entradas de capitales que ayuden al financiamiento, evitando una contracción del gasto. Por su parte, con el plan de empleos se procura la generación de 3.000.000 de nuevos empleos en seis años con una economía que crece en el rango de 6,0% a 7,0% anual. Igualmente, mediante la aplicación de un programa de infraestructura que busca  mejorar la red vial, los hospitales, escuelas, puertos y aeropuertos se le dará impulso a la actividad económica.

La estrategia para unificar el tipo de cambio es la correcta. No puede seguir Venezuela con tres precios para el dólar totalmente divorciados: la tasa oficial, la tasa SITME y la tasa paralela. Esto requerirá una acción cuidadosa para restaurar la confianza para que no sigan saliendo los capitales, disminuir la inflación para que los venezolanos se sientan estimulados a ahorrar en su moneda y frenar las expropiaciones. Todo ello complementado con las entradas de capital producto de la nueva política petrolera le dará estabilidad al bolívar

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