Saldremos todos en honda comunión: los comprometidos, los ni-ni, los indiferentes...
RAFAEL MUCI-MENDOZA | EL UNIVERSAL
domingo 30 de septiembre de 2012 12:00 AM
En este país sin ley echaremos los dados confiando en la verdadera Venezuela; catorce años de desvaríos, destrucción y atropellos es simplemente mucho tiempo. Somos un pueblo de gran talante democrático, no somos guerreros ni hunos, somos ciudadanos que queremos que nuestro país tenga un puesto de altura en el concierto de los pueblos civilizados del mundo. La bota militarista que representa lo más retrógrado y corrupto, ha pisoteado instituciones y ciudadanos, y el dictador se solaza depredando y ofendiendo, regalando irresponsablemente nuestras riquezas.
El próximo domingo 7 de octubre será la fiesta electoral más concurrida de cuantas se hayan visto en nuestra patria; saldremos todos en honda comunión: los comprometidos, los ni-ni y los indiferentes que ya no lo pueden ser más... Se juega nuestro destino: o sumergirnos aún más en el lodazal de la degradación e involución socialista, o mirar de cara a un futuro promisorio donde nos atrevamos a ser un país decente, de oportunidades, de avanzada como una vez fuimos...
Han hecho de nosotros un pueblo dependiente y pedigüeño, acostumbrado al abuso de poder, al engaño y al mal vivir; los comerciantes no ven que tras los halagos actuales y el dinero en la calle, vendrán quiebras y hambre para ellos, sus familias y quienes vengan detrás de ellos. Somos carne de malandros y malnacidos fomentados por la canalla roja... La mano negra de la inopia nos prostituyó el país.
Por nuestra patria, por nuestros conciudadanos, por nuestros hijos y nietos, por nuestros hospitales y enfermos, por el enaltecimiento de la medicina nacional; y así, entre sueños rotos diremos con Ernesto Luis Rodríguez: "voy jugando a Rosalinda", ¡y el dado en la noche linda nos devolverá nuestros corotos!
El próximo domingo 7 de octubre será la fiesta electoral más concurrida de cuantas se hayan visto en nuestra patria; saldremos todos en honda comunión: los comprometidos, los ni-ni y los indiferentes que ya no lo pueden ser más... Se juega nuestro destino: o sumergirnos aún más en el lodazal de la degradación e involución socialista, o mirar de cara a un futuro promisorio donde nos atrevamos a ser un país decente, de oportunidades, de avanzada como una vez fuimos...
Han hecho de nosotros un pueblo dependiente y pedigüeño, acostumbrado al abuso de poder, al engaño y al mal vivir; los comerciantes no ven que tras los halagos actuales y el dinero en la calle, vendrán quiebras y hambre para ellos, sus familias y quienes vengan detrás de ellos. Somos carne de malandros y malnacidos fomentados por la canalla roja... La mano negra de la inopia nos prostituyó el país.
Por nuestra patria, por nuestros conciudadanos, por nuestros hijos y nietos, por nuestros hospitales y enfermos, por el enaltecimiento de la medicina nacional; y así, entre sueños rotos diremos con Ernesto Luis Rodríguez: "voy jugando a Rosalinda", ¡y el dado en la noche linda nos devolverá nuestros corotos!
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