Sunday, December 2, 2012

Algunos extrañan a Chávez más que nosotros

En: http://www.eluniversal.com/opinion/121202/algunos-extranan-a-chavez-mas-que-otros

LUIS VICENTE LEÓN |  EL UNIVERSAL
domingo 2 de diciembre de 2012  12:00 AM
Hemos dicho muchas veces que no hay información suficiente sobre la enfermedad de Chávez como para entender su magnitud y peligro real. La mayoría de la información que ha circulado sobre ella desde el año pasado son rumores no confirmables que, la verdad, poco nos sirven para realizar un análisis serio. Pero sí sabemos algunas cosas claves: tiene cáncer, fue operado y tratado con quimio y el protocolo indica que nadie puede decretarse libre de esa enfermedad hasta varios años después. Chávez estaba en campaña después de su último tratamiento y su discurso de reincorporación exigía mandar un mensaje esperanzador de cura total, que envió sin titubeo y esa es una declaración política, independiente de la evolución real de la enfermedad.

Pero no intento decir con esto que Chávez está en peligro. La verdad es que no tengo ni la más remota idea y estoy seguro que quienes explican a detalle lo que tiene... tampoco. Sus apariciones administradas, su ausencia en la campaña regional o sus idas y venidas a Cuba no son suficientes para concluir si el deterioro actual del presidente se debe a las secuelas de su convalecencia (que podrían mejorar a futuro) o si son parte de una enfermedad activa (que podría empeorar aún más).

Pero dejando de lado los aspectos médicos, de los cuales no sabemos nada, quisiera adentrarme en los aspectos políticos. Este nuevo episodio ¿cómo afecta la campaña? La experiencia nos enseña varias cosas: 1) Cuando Chávez anuncia enfermedad o recaída, su popularidad sube por solidaridad primaria, aunque ese incremento es efímero. 2) Mientras Chávez está enfermo, inunda la mente de los electores, quienes se interesan en la evolución de su salud, su capacidad de reaparecer, su potencial sustitución, entre otras cosas que poco espacio dejan para el análisis de las propuestas del resto de los candidatos en campaña. La enfermedad se vuelve el protagonista y el resto de los temas pasan a un segundo plano.

Queda además la duda de si Chávez puede regresar, en el clímax de las regionales, como el Ave Fénix, en estados claves en los que los candidatos chavistas necesitan, como diría María Bolívar, que le echen una ayudaíta.

Pero la enfermedad de Chávez también puede tener costos para sus candidatos. En primer lugar, la reincidencia de la enfermedad puede generar en los electores independientes una genuina preocupación sobre el futuro del presidente, que los lleve a buscar un equilibrio de poderes para evitar vacíos futuros. Votar por un gobernador opositor podría resultar un buen inicio en este sentido, lo que no es una buena noticia para aquellos candidatos oficialistas que se encuentran menos cómodos en este elección.

Adicionalmente, el chavismo para poder celebrar un triunfo real en estas elecciones, no le basta con obtener la mayoría de las gobernaciones, cosa que ocurrirá en cualquier escenario. Necesitan avanzar sobre su status quo. Tienen que ganar algunos de los símbolos de la oposición, pero los más importantes (Miranda y Zulia) son huesos duros de roer. Los candidatos oficialistas allí necesitan el empuje físico de su líder para amplificar sus posibilidades y no tenerlo es una baja significativa para ellos y un alivio para sus adversarios. Lo mismo ocurre con algunos estados chavistas cuyas gestiones de gobierno son muy mal evaluadas y podrían contaminar la elección de sus candidatos, aunque los mismos sean actores nuevos con los que el presidente ha querido lavarle la cara a las pésimas gestiones actuales.

Desde esta perspectiva, podríamos decir que los candidatos chavistas de Miranda, Zulia, Táchira, Aragua, Mérida y Anzoátegui van a extrañar a Chávez en campaña más que el resto de sus colegas.

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