FRANCISCO OLIVARES | EL UNIVERSAL
sábado 8 de diciembre de 2012 12:00 AM
Antes de nosotros no había patria", acota el comandante para celebrar su arribo a Venezuela y dejar sentado que antes de él no había nada. Apreció el escritor Leonardo Padrón "lo hizo con la misma humildad de siempre". Cuando echamos una mirada hacia atrás observamos una suerte de "langosta" que devora todo a su paso y edifica la "patria nueva" sobre lo que va quedando de los construido 50 años atrás.
Pero veamos un poco esa patria nueva. Ayer anunciaban que desde 2011 se han entregado 300 mil viviendas. Lo que no dicen es que tardaron 12 años en reaccionar. Pero la cifra esconde las condiciones de cómo las han construido, con materiales de baja calidad y han llenado las ciudades de grandes superbloques, sin suficientes servicios que auguran hacinamiento. Lamentablemente los efectos de la improvisación las pagarán los mismos beneficiarios y toda la ciudad.
También es la patria de los pranes, de quienes mandan en las cárceles. Centros penitenciarios presentados como ejemplo socialista que muestra su verdadero rostro cuando explota un violento motín.
En lo que va de diciembre, que apenas comienza, ya han ingresado 101 cadáveres a la morgue de Bello Monte. Muertes. Las urbanizaciones se enrejan, se llenan de cámaras de seguridad ante el temible secuestro y la ciudad se oculta por las noches.
En las imágenes que se recogen de la llegada del líder observamos caras felices. Vemos a Diosdado, el hombre más poderoso después de Chávez y a Maduro, el designado, en ambiente de celebración: "Vamos de victoria en victoria" dice el comandante, a lo que el presidente de la AN le augura que le entregarán de regalo navideño las 23 gobernaciones.
Así el tema de la inseguridad pasa de lado al poner al día al Presidente sobre los últimos acontecimientos. Las camionetas blindadas de los sonreídos paladines se abren paso entre la caótica ciudad, miles de policías están destinados a cuidarles las espaldas a quienes manejan la "nueva patria". Pero ahora escoltas, policías y militares son objetivos del hampa. Caen abatidos los guardianes de altas figuras tras el preciado botín, el arma.
La nueva patria ha proveído de muchos billetes verdes a funcionarios, militares y políticos en las distintas escalas de la pirámide. Maletines con efectivo han dado acceso a autos de lujo, viajes y propiedades a las que no les falta el compartimiento secreto para ocultar el sobrante.
Los estudios de importantes organizaciones mundiales nos colocan como el país más corrupto, el más inseguro y en el que peor funciona la justicia. Así, pues, le damos la razón al Presidente. Antes no había patria, al menos la que él ha construido.
Pero veamos un poco esa patria nueva. Ayer anunciaban que desde 2011 se han entregado 300 mil viviendas. Lo que no dicen es que tardaron 12 años en reaccionar. Pero la cifra esconde las condiciones de cómo las han construido, con materiales de baja calidad y han llenado las ciudades de grandes superbloques, sin suficientes servicios que auguran hacinamiento. Lamentablemente los efectos de la improvisación las pagarán los mismos beneficiarios y toda la ciudad.
También es la patria de los pranes, de quienes mandan en las cárceles. Centros penitenciarios presentados como ejemplo socialista que muestra su verdadero rostro cuando explota un violento motín.
En lo que va de diciembre, que apenas comienza, ya han ingresado 101 cadáveres a la morgue de Bello Monte. Muertes. Las urbanizaciones se enrejan, se llenan de cámaras de seguridad ante el temible secuestro y la ciudad se oculta por las noches.
En las imágenes que se recogen de la llegada del líder observamos caras felices. Vemos a Diosdado, el hombre más poderoso después de Chávez y a Maduro, el designado, en ambiente de celebración: "Vamos de victoria en victoria" dice el comandante, a lo que el presidente de la AN le augura que le entregarán de regalo navideño las 23 gobernaciones.
Así el tema de la inseguridad pasa de lado al poner al día al Presidente sobre los últimos acontecimientos. Las camionetas blindadas de los sonreídos paladines se abren paso entre la caótica ciudad, miles de policías están destinados a cuidarles las espaldas a quienes manejan la "nueva patria". Pero ahora escoltas, policías y militares son objetivos del hampa. Caen abatidos los guardianes de altas figuras tras el preciado botín, el arma.
La nueva patria ha proveído de muchos billetes verdes a funcionarios, militares y políticos en las distintas escalas de la pirámide. Maletines con efectivo han dado acceso a autos de lujo, viajes y propiedades a las que no les falta el compartimiento secreto para ocultar el sobrante.
Los estudios de importantes organizaciones mundiales nos colocan como el país más corrupto, el más inseguro y en el que peor funciona la justicia. Así, pues, le damos la razón al Presidente. Antes no había patria, al menos la que él ha construido.
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