Monday, February 1, 2016

Cabello y su moringa/capsaicina dependencia

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Eduardo Semtei

El suscrito tenía un buen lapso fuera de las páginas de El Nacional. No estaba muerto. Ustedes saben dónde estaba. Estaba de fanfarria. Huelgan los comentarios. En apenas 30 días, lo que tardó mi ausencia, del 5 de diciembre al 5 de enero, todo cambió. Todo se derrumbó dentro de mí, dentro de mí. Hasta mi aliento me sabe a hiel, me sabe a hiel (Eso lo canta Aristóbulo agarrado de un poste frente a la Vicepresidencia. Mareado no por la curda, sino por la derrota). Mira mi cuerpo cómo se quiebra (sin votos ni apoyo). Mira mis lágrimas que no cesan por ti. (Sigue cantando grogui el afrodescendiente). Qué guayabo más punzante. Es como una maldición que al chavismo le llegó de la tierra infinita.
Para sorpresa de las masas, Diosdado, el Ángel Caído (tremendo tortazo, se despatilló de tal manera que le da pena hablar en la Asamblea, no vaya a ser que le apliquen el alicate que él usaba con tanta alevosía y agresividad) resultó pues, el hombre, el susodicho, el de marras, un consumidor inveterado, un adicto esclavo de la moringa, remedio casero para los aspavientos previos a la agonía parlamentaria y a la muerte súbita del poder e invitó, mira qué tupé tiene el tipo, a los parlamentarios opositores a hacerse también esclavos de la “aplicación” de la moringa que, supongo, él practica con frecuencia.
Aquí vamos a aclarar las razones por las cuales Diosdado, Sanguino, Eeckhout, Carreño y otros gerentes del antivalor, la antipatria y el dominio de lo antijurídico están usando en forma farmacodependiente tal arbusto. Cada uno de ellos lleva más de 1.000 cápsulas bien edulcoradas en sus maletines y las consumen cada 2 horas, noche y día. ¿Por cuál vía? ¡Vaya usted a saber! Pero oyendo la recomendación del Mandinga ex presidente, es fácil imaginar.
Moringa es una planta  ampliamente usada por la práctica delayurveda, la medicina tradicional de la India. Aunque ustedes no lo crean, el gobierno chavista le compró a Cuba 10.000 kilos de semillas de moringa a unos precios que parece más bien que hubiéramos comprado trufa blanca, azafrán o cardamomo. Fue una recomendación de Fidel al Eterno. Esa práctica médica es tan antigua como la medicina china. Las hojas se aplican como cataplasma para las heridas (los oficialistas tienen el corazón roto y quieren sanárselo, dejaron el pelero, salieron trasquilados) y se la frotan en las sienes para dolores de cabeza (tener a la oposición mandando en la AN debe dar una cefalea insoportable, una especie de migraña arrolladora, como si fuera una elección). La corteza es considerada comoantiescorbútica (se le están cayendo  los dientes, ya no muerden, solo mascan el agua). El jugo de la raíz se aplica externamente como rubefaciente para aliviar la irritación (lo colorado que tiene la piel no es por enfermedad sino por arrechera). El aceite se aplica externamente para enfermedades de la piel (sobre todo aquellas pieles sensibles al roce opositor y a la verdad). La goma rojiza que exuda se utiliza a veces para aliviar la diarrea (allí no opino, no vaya ser que… tremenda ca…). Las raíces se usan como tónico (se lo beben como ron para olvidar las penas) para el cuerpo (que lo tienen mallugado) y los pulmones (casi no pueden respirar por la herida) y como emenagogo(aumenta la menstruación ¿y para qué quieren eso? ¡Por Dios!)expectorante (tienen el pecho trancado y lleno mucosidades rojas)diurético suave (la gente del gobierno se orina de miedo pensando lo que pueda pasarles cuando caigan) y como tranquilizante para aliviar la epilepsia (ciertamente le dan temblores, convulsiones y calambres cuando los invitan a interpelaciones en la Asamblea) y para aliviar lahisteria (bueno eso es perfectamente normal en ellos, fíjense bien en Pedro Carreño).
La decocción de la raíz se utiliza en el PSUV para la hidropesía(quieren bajar las barrigas acuosas que acumularon de tanto chupar el presupuesto). Las hojas en infusión se toman para mejorar la digestión (jamás podrán digerir ni metabolizar la derrota aunque tomen toneladas de moringa). Coñísimo. Ustedes se imaginan cómo estarían los rojos rojitos si no existiera Pepeganga, digo la moringa. Tomándole la palabra al Ángel Caído, Henry Ramos Allup, estrenando su cargo de presidente de la Asamblea Nacional, compró un gruesa de potes del producto y lo repartió democráticamente entre los diputados. No hubo discriminación ni ventajismo alguno. Esa fue una gran noticia. Lo que no sabía Henry Ramos Allup es que la moringa roja rojita de Cabello y la pandilla del  PSUV lleva oculto borbotones de capsaicina. Ya veremos el porqué.
La capsaicina se encuentra en todos los ajíes picantes. En unos con mayor intensidad que en otros. La medición de lo picante representa una especie de práctica gustativa, como lo haría un buen catador de vinos, determinando  indicadores de pungencia. Este último concepto se refiere a la sensación de ardor agudo producida por vegetales hortícolas. La pungencia tiene una escala llamada de Scoville. Sigamos.
La capsaicina genera una sensación de “calor” con efectos medicinales. Ayuda a la pérdida de peso (para Calixto Ortega, Darío Vivas y por supuesto su última adquisición, Hermann Escarrá). Tiene propiedades antiinflamatorias (perfecto para los moretones e hinchazones que le salieron de la parranda de palos que llevaron en las elecciones parlamentarias, es contigo Ernesto Villegas, Jaqueline Farías, Roque Valero, Elvis Amoroso, Pollino Álvarez, William Ojeda y la lista sigue larga). Tiene una actividad antioxidante (tarde piaste pajarito, ya el socialismo del siglo XXI está oxidado, nació contaminado, lleno de moho y orín, sin remedio alguno), con capacidad de inhibir células cancerosas (cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo, conjurado y trasmutado). La capsaicina tiene también efectos positivos en el sistema cardiovascular (están de infarto cada vez que piensan en las venideras elecciones de gobernadores, alcaldes y presidenciales). Hasta aquí pues toda la explicación científica de las razones para usar y abusar de la moringa con aditamentos de capsaicina. En todo ello concuerdo con su utilidad médica, pero pregunto inocentemente: ¿por qué la usan en forma de supositorio? Opine usted amigo lector. Dele duro por Twitter.

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