Entrevista por Juan Carlos Pérez Salazar. BBC
Mundo,
Al hablar sobre Donald
Trump, el reconocido escritor e historiador mexicano Enrique Krauze no ahorra
sus palabras: megalónamo, paranoico, racista, xenófobo.
Y lo compara nada menos
que con Benito Mussolini, fundador del Partido Fascista Nacional de Italia
y gran aliado de Adolfo Hitler durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero antes unas palabras
sobre Krauze: es considerado una de las grandes voces del pensamiento liberal
en América Latina, heredero intelectual de Octavio Paz –con quien trabajó muy
de cerca en la revista Vuelta–. Ha dedicado su vida a escrudiñar y reflexionar
sobre el poder. Entre sus numerosas obras se encuentran "Redentores: ideas
y poder en América Latina", "La presidencia imperial" y
"Siglo de caudillos".
Desde Ciudad de México,
donde reside y dirige la revista Letras Libres, Krauze habló con BBC Mundo
sobre el fenómeno de Donald Trump y lo que eso dice sobre Estados Unidos.
Cuando Trump presentó su candidatura,
muchos lo desestimaron diciendo que no conseguiría ser el designado. Usted no,
dijo que no había que tomárselo a chiste. Ahora muchos dicen que, aún cuando
sea el candidato oficial de los republicanos, jamás será presidente. ¿Se le
sigue desestimando?
Hay una frase de TS Eliot
en sus Cuartetos que dice que la humanidad tolera muy poca realidad. Y es
aplicable al caso que hablamos. Hay que tolerar la realidad de que Trump no
solamente va a ser el candidato republicano –con toda probabilidad–, sino que
puede ser el presidente de Estados Unidos.
Lo cual es un problema
para los estadounidenses, los mexicanos y para el mundo entero, porque lo que
parecía impensable puede ocurrir.
Un argumento de quienes
defienden a Trump es que todo esto es un show y que cuando llegue a la
presidencia se va a moderar y a rodear de expertos. ¿Le da alguna credibilidad?
No, no quisiera llevar
muy lejos el paralelo con Mussolini o Hitler –aunque a Mussolini sí se le
parece– pero ¿cuántas personas leyeron "Mi Lucha" de Hitler y
dijeron: "Eso es algo que dice en el libro, pero nunca hará una cosa
así"? Y lo hizo puntualmente.
Pensar que esto es un show
es un error. Por supuesto, si llega a la presidencia los checks and balances
los límites que supone el Congreso, el poder judicial, los medios, el
federalismo, operarán para limitarlo, pero él hará lo posible por cumplir todo
lo que ha dicho.
¿Le preocupa que
políticos republicanos considerados moderados como Chris Christie, el
gobernador de Nueva Jersey, estén ahora respaldando a Trump?
Por supuesto que sí. Todo
está conspirando para que llegue a la nominación. Y no se trata de un populista
más como los ha habido en la historia de los Estados Unidos. Se trata de un
hombre que tiene una patología sicológica muy particular. Los grados de
megalomanía, paranoia, narcisismo, y la desvergüenza en sus posturas racistas y
xenófobas son preocupantes
Pero más preocupante aún
es que tiene un eco en Estados Unidos. Lo que ha ocurrido es que nos hemos
contado una historia equivocada de ese país. Todos queremos creer que EE.UU. es
la cuna democrática moderna, la continuidad democrática de 250 años –sólo rota
por la Guerra Civil–, etcétera.
Pero EE.UU. es también el
centro y el sur, nativista, xenófobo, profundamente marcado por el racismo de
la tradición esclavista, antiinmigrante. Estamos encontrándonos con un monstruo
que no creíamos que existía.
Qué nos dice de un
partido Republicano –el partido de Abraham Lincoln, como recordaba hace poco The
Economist– el hecho de que alguien como Trump pueda ser su candidato…
No solo Lincoln, incluso
Reagan –podían criticársele sus políticas–, pero los presidentes republicanos y
demócratas se movieron siempre dentro de una franja donde la institucionalidad
prevalecía y con un liderazgo siempre acotado por… bueno ¡los valores republicanos
y demócratas!
Aquí estamos teniendo la
figura de un dictador en Estados Unidos. Es algo que si los padres fundadores
volvieran a vivir por un instante quedarían horrorizados.
¿Es el populista clásico?
No, es algo peor que eso:
un populista clásico con ribetes de dictador. Trump –un poco jugando– ha
reivindicado la figura de Mussolini, alguna frase ha citado y yo creo que se le
parece por su sentido histriónico, por el contacto directo con el pueblo, por
su capacidad de comunicación –no sólo televisión y radio, sino twitter– y sobre
todo por su discurso violento, visceral, emotivo con pleno de afirmaciones de
identidad blanca americana y por otro lado de teorías de la conspiración con
respecto al exterior.
Se parece mucho más a un
fascista que a un populista. Digamos que los fascistas son las versiones
extremas y más autoritarias de los populistas.
¿No hay una línea lógica
que desemboca en Trump? En la última década discursos extremos que eran
marginales en Estados Unidos se han vuelto mainstream, como los que usan
en sus programas de radio Glenn Bleck o Rush Limbaugh. Luego viene la aparición
del Tea Party y que alguien de ese movimiento fuera candidata a la
vicepresidencia, como Sarah Palin, que ahora apoya a Trump…
Si, tiene toda la razón.
Y le doy otra explicación para lo que ocurre: es un fenómeno de reacción a la
presidencia de Barack Obama.
En un país que tiene
zonas tan profundamente racistas como Estados Unidos, sencillamente la reacción
de las entrañas de esa zona del país a la presencia de un hombre de color en la
presidencia ha sido el Tea Party, Sarah Palin y ahora Donald Trump.
Y el péndulo político en
ese país se ha inclinado a los extremos desde la elección de Obama. Tanto que
dentro del partido Republicano se considera un moderado a Marco Rubio, que
surgió del Tea Party, dice que todas las respuestas están La Biblia, romperá el
pacto nuclear con Irán y frenará el acercamiento con Cuba el primer día de su
presidencia.
Por supuesto todo se ha
radicalizado y lo lamentable es que, aun cuando Trump llegue a la candidatura
pero pierda las elecciones por la presidencia, de todas maneras el país se
habrá polarizado más.
No veo la posibilidad de
que Hillary Clinton pueda trabajar con un Congreso más bipartisan.
Entonces estamos en tiempos difíciles. Hay que estar alertas y naturalmente
para México esta es una situación altamente peligrosa.
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