En: http://www.lapatilla.com/site/2010/12/08/gustavo-coronel-cuando-llueve-el-avila-se-desmorona/
Gustavo Coronel: Cuando llueve El Ávila se desmorona…
diciembre 8, 2010 7:42 am
El Sr. Chávez dice tener “un proyecto listo” y agrega que “la oligarquia va a atacar esto”. Hay que repetirle que la única oligarquía que existe en Venezuela en este momento es la que se agrupa alrededor de su triste y fofa figura. Quienes protestamos lo hacemos por tener un mínimo de sentido común.
Lasarmasdelcoronel.blogspot.com
Chávez no es solo un ignorante sino que se obstina en tomar decisiones viscerales, sin hablar con quienes conocen de los asuntos sobre los cuales decide. Chávez no tiene la menor tiene idea de lo que está proponiendo, al decir que las viviendas que proyecta construir en el Avila “no afectarán el Parque Nacional”.
Confunde una cosa con la otra. Se trata de que el Avila está formado por rocas que, en su inmensa mayoría, no son aptas para la construcción de viviendas, mucho menos en colinas. No se trata del concepto puramente ambiental de Parque Nacional, aunque este también estaría comprometido por la estupidez de Chávez, sino del peligro que representa cualquier tipo de construcción en laderas donde las rocas subyacentes son las que forman el Avila.
Estas son, en su gran proporción, rocas metamorfizadas de edad cretácica o pre-mesozóicas (esquistos de San Julián), varias de las cuales fueron originalmente definidas por cierto, por los geólogos Guillermo Zuloaga (padre del actual perseguido político y presidente de Globovisión) y Santiago Aguerrevere, (Formación Las Brisas y Formación Las Mercedes, 1938), quienes fueron dos ilustres representantes de la sociedad venezolana que Chávez desea destruír.
Las rocas son, en gran medida, esquistos grafitosos-calcáreos, con algunas intercalaciones de mármol. Estos esquistos mesozóicos y más antiguos están hechos de cuarzo, calcita y clorita y son, geologicamente hablando muy “incompetentes”, es decir, se pliegan sin oponer resistencia. Son, además, muy friables, es decir, se desmoronan con facilidad debido a la erosión y muestran, generalmente, poca resistencia a la humedad.
Tienden a deslizarse bajo el efecto de las lluvias. Esta es una característica fundamental que las inhabilita como roca apta para servir de asiento a las construcciones. Ello ya ha causado millonarias pérdidas materiales y hasta de vidas en las laderas que circundan el valle de Caracas, no importa si los habitantes sean ricos o pobres.
Desde hace 50 años, cuando fuí presidente de la Sociedad Venezolana de Geólogos, vengo denunciando la desidia y la corrupción de los gobiernos, al permitir edificaciones en Caracas sobre este tipo de substrato.
Y asombrosamente es en ese ambiente geológico poco propicio, en laderas que por su inclinación favorecen los deslizamientos, en un parque nacional de gran fragilidad ecológica, que este bárbaro proyecta construir viviendas para hacer algo así como una nueva Nueva Tacagua (la cual se está derrumbando en estos precisos momentos).
El troglodita dice tener “un proyecto listo”. La sociedad venezolana debe impedir, a toda costa, que este neandertal, este monumental salto atrás, cometa un nuevo y horroroso crímen.
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Chávez no es solo un ignorante sino que se obstina en tomar decisiones viscerales, sin hablar con quienes conocen de los asuntos sobre los cuales decide. Chávez no tiene la menor tiene idea de lo que está proponiendo, al decir que las viviendas que proyecta construir en el Avila “no afectarán el Parque Nacional”.
Confunde una cosa con la otra. Se trata de que el Avila está formado por rocas que, en su inmensa mayoría, no son aptas para la construcción de viviendas, mucho menos en colinas. No se trata del concepto puramente ambiental de Parque Nacional, aunque este también estaría comprometido por la estupidez de Chávez, sino del peligro que representa cualquier tipo de construcción en laderas donde las rocas subyacentes son las que forman el Avila.
Estas son, en su gran proporción, rocas metamorfizadas de edad cretácica o pre-mesozóicas (esquistos de San Julián), varias de las cuales fueron originalmente definidas por cierto, por los geólogos Guillermo Zuloaga (padre del actual perseguido político y presidente de Globovisión) y Santiago Aguerrevere, (Formación Las Brisas y Formación Las Mercedes, 1938), quienes fueron dos ilustres representantes de la sociedad venezolana que Chávez desea destruír.
Las rocas son, en gran medida, esquistos grafitosos-calcáreos, con algunas intercalaciones de mármol. Estos esquistos mesozóicos y más antiguos están hechos de cuarzo, calcita y clorita y son, geologicamente hablando muy “incompetentes”, es decir, se pliegan sin oponer resistencia. Son, además, muy friables, es decir, se desmoronan con facilidad debido a la erosión y muestran, generalmente, poca resistencia a la humedad.
Tienden a deslizarse bajo el efecto de las lluvias. Esta es una característica fundamental que las inhabilita como roca apta para servir de asiento a las construcciones. Ello ya ha causado millonarias pérdidas materiales y hasta de vidas en las laderas que circundan el valle de Caracas, no importa si los habitantes sean ricos o pobres.
Desde hace 50 años, cuando fuí presidente de la Sociedad Venezolana de Geólogos, vengo denunciando la desidia y la corrupción de los gobiernos, al permitir edificaciones en Caracas sobre este tipo de substrato.
Y asombrosamente es en ese ambiente geológico poco propicio, en laderas que por su inclinación favorecen los deslizamientos, en un parque nacional de gran fragilidad ecológica, que este bárbaro proyecta construir viviendas para hacer algo así como una nueva Nueva Tacagua (la cual se está derrumbando en estos precisos momentos).
El troglodita dice tener “un proyecto listo”. La sociedad venezolana debe impedir, a toda costa, que este neandertal, este monumental salto atrás, cometa un nuevo y horroroso crímen.
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