Ernesto García Mac-Gregor/ Diario La Verdad, Maracaibo, 16-10-12
El 60% de la población es pobre. Y es pobre porque no quiere salir de la pobreza. Y no quiere salir de la pobreza porque se requiere de un esfuerzo que implica ansias de superación. Los niños de los barrios tienen un bajo rendimiento escolar. En secundaria, la adolescencia alborotada hace que el ausentismo sea la regla. Da más fruto cuidar carros, un hurtillo por aquí y otro por allá. Nada serio. No son delincuentes, pero tampoco son capaces de mantenerse honesto. Además, robar no es malo. Ser rico sí lo es.
La niña cambia prematuramente su muñeca de trapo por una de carne y hueso. La ocupación permanente de su vientre la aleja de la educación pero da ganancias materiales con las misiones. Las dos primera décadas de su vida, esenciales para el aprendizaje y la formación de la vida en familia, se truncan con el maltrato cotidiano. A los 30 años está prematuramente envejecida, ignorante, full de hijos que también dan frutos materiales pero que paradójicamente aumentan la pobreza. Son generaciones perdidas.
Los barrios llenos de niños que no estudian, de adultos vagos disfrazados de trabajadores de ocasión, ayudantes de principiante, la mayoría sin oficio fijo, todos fomentando la paternidad irresponsable. Jamás pagan impuesto, por el contrario son una carga para el Estado. Pero para eso están las misiones, las invasiones, las confiscaciones, los damnificados.
"Para sostener la revolución, le decía Giordani a Guacaipuro Lameda en 2002, a los pobres hay que mantenerlos pobres por mucho tiempo, porque es el piso político de la revolución. Si acabamos con la pobreza, pasan a clase media y serán el enemigo a combatir. Por eso los necesitamos pobres mientras se hace la transformación ideológica del país al socialismo, y para poder hacer eso hay que estar en el poder, porque desde afuera esa transformación es imposible". Cuando Lameda le preguntó en cuánto tiempo estimaba que ocurriría tal transformación, Giordani, le respondió tranquilamente: "Treinta años". Que oiga quien tiene oídos…
No comments:
Post a Comment