En pocas palabras. Javier J. Jaspe, Washington D.C.
El último debate de Mitt Romney y Barack Obama, en Boca Ratón, Florida, sobre varios aspectos de política internacional, incluyó un par de referencias por parte del primero sobre América Latina, las cuales distan mucho de abordar en su debida extension e implicaciones, temas fundamentales para las relaciones de Estados Unidos con la región latinoamericana. Tampoco, la verdad sea dicha, tales refererencias parecen tener entidad suficiente para motivar el voto latino en provecho del candidato republicano.
La primera de estas referencias tuvo que ver con una crítica formulada por Romney a la política exterior de Obama, dado el interés manifestado por éste durante su campaña y al comienzo de su mandato, en dialogar con visibles enemigos de Estados Unidos, tales como: Hugo Chávez, Fidel Castro, Kim Jong-II y Ahmadinejad. Esto, al decir de Romney, constituiría un honor inmerecido que recibirían estos personajes de parte del presidente de Estados Unidos. Al menos, en lo que respecta a la mención de los dos nombres vinculados a América Latina, como son los de Chávez y Castro, no hubo respuesta alguna de parte de Obama, concentrándose el debate principalmente en las relaciones con Irán.
La segunda referencia, también debida a Romney, se produjo en el contexto de sus críticas a la política comercial de Obama. En este aspecto, el primero acusó al segundo de no aprovechar en toda su amplitud las ventajas que presenta America Latina para la expansion del comercio de Estados Unidos, frente a otros mercados como el chino, en terminos de oportunidades brindadas por factores como mayor cercanía y lenguaje. Romney sostuvo que la economía latinoamericana sería tan grande como la de China, a pesar de lo cual el interés de Estados Unidos se estaría concentrado en la segunda. Cabe recordar, igualmente, que Romney indicó en su anterior debate con Obama, que de ser elegido presidente expandiría sustancialmente el comercio con América Latina e impulsaría más tratados comerciales con países de la región.
En principio, uno no puede dejar de simpatizar con esta mención de Romney a la región latinoamericana, pero el hecho de que Obama no aceptara discutir en torno a esta materia confirma que América Latina no se encontraba entre los temas de la agenda acordada por los candidatos con el moderador, Bob Schieffer, para el último debate. Es más, esta omisión ya había sido objeto de críticas con anterioridad a la celebración del debate (http://www.noticierodigital.com/2012/10/latinoamerica-es-la-gran-ausente-en-debate-de-obama-y-romney), por lo que no sería descabellado considerar como una hipótesis probable, que Romney quiso hacer un poco de “boxeo de sombra” en un estado que, como Florida, tiene un alto componente poblacional latino-hispano, en el interés de incrementar en su provecho el voto latino que en las últimas encuestas viene favoreciendo a Obama.
Consideramos realmente lamentable la subestimación que se hizo de America Latina en el debate comentado, ya que según se ha sostenido con propriedad desde el mundo academico,
hay una clara vinculación entre aspectos de política internacional (por ejemplo, en el área de intercambio comercial) y otros de naturaleza doméstica (por ejemplo, inmigración, lucha contra el tráfico de drogas), que son de alto interés para las relaciones de Estados Unidos con la región latinoamericana. Sólo para citar el caso de México, país de origen de la mayoría de la población latino-hispana en Estados Unidos (http://www.pewhispanic.org/2012/06/27/the-10-largest-hispanic-origin-groups-characteristics-rankings-top-counties/), su papel para el comercio internacional con este último país se habría convertido en casi tan importante como el que tiene actualmente China.
México es actualmente el tercer socio comercial más importante de Estados Unidos, habiendo importado bienes de este último país durante el año 2011, por un monto mayor que el importado por China y Japón considerados conjuntamente. La aludida vinculación entre factores externos y domésticos se pondría en evidencia en el hecho de que una disminución de la violencia causada por los carteles de la droga en México podría traer como consecuencia un crecimiento adicional de un punto porcentual en su producto interno bruto (Jaime Daremblum. The War Closer to Home: http://www.hudson.org/index.cfm?fuseaction=publication_details&id=9325), con lo cual, su capacidad potencial para el intercambio comercial con Estados Unidos se vería incrementada proporcionalmente.
En pocas palabras, la lacónica mención que hizo Romney de un par de aspectos puntuales, inspirados por su interés de llamar la atención del voto latino que hoy lo desfavorece, parece haber resultado infructuosa a este efecto. Por otra parte, al haberlos omitido en la discusión durante su último debate en Boca Ratón, Florida, Mitt Romney y Barack Obama subestimaron la oportunidad de expresar sus opiniones al electorado, sobre temas que son de importancia fundamental para las relaciones de Estados Unidos con América Latina. Abrigamos el deseo de que esta omisión pueda ser subsanada en los días de campaña que faltan para las elecciones el 6 de noviembre próximo. Veremos…
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