JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO) | EL UNIVERSAL
viernes 12 de octubre de 2012 12:00 AM
Trataré, por la investidura del cargo en el cual pretendes perpetuarte, ser ponderado y respetuoso. Incluso objetivo. Tan es así que te llamaré, en todo momento, por tu propio nombre, sin epítetos. Aunque, te confieso, hay que hacer maromas y de "tripas corazón" como decimos coloquialmente para tratar de analizar "cabeza fría", en qué consiste tu muy extraño embrujador fenómeno.
Volviste a ganar Hugo. Triunfo que en varias oportunidades previas a estas elecciones, me aventuré a adelantarles a algunos amigos y conocidos que tenían la convicción de que el domingo 7 de octubre perderías. ¡No te imaginas sus explosivas reacciones! ¡Qué no me dijeron! Hasta pájaro de malagüero; ese es el efecto perverso, entre otros, que provocas en algunos sectores. Escuché de todo. Pero, ¿sabes algo? sobre todo los escuché, como lo hice contigo cuando te entrevisté tantas veces; porque sus opiniones tan venezolanas como las tuyas o las mías , sus razones para no votar por ti, eran (son) válidas y legítimas. Sus argumentos tenían (tienen) sólidos asideros en la incompetencia, la inseguridad, el derroche, la mediocridad, el resentimiento, los insultos, la corrupción, la descomposición social, el deterioro, las expropiaciones, la destrucción, el revanchismo, la pérdida de valores que han reinado en estos 14 años. Y vamos a estar claros, si no pudiste con eso en el tiempo que llevas gobernando, si promoviste, permitiste y aupaste esta situación en todos estos años, ¿crees que le vas a poner coto en los 6 o menos que hoy te adicionas? ¡Qué va Hugo! Tu afán de quedarte en el poder apesta. A mí me hiede a malas intenciones.
Seguramente, me vas a decir que ganaste porque te volcaste y concentraste en los más necesitados. Me vas a perdonar; pero creo que la forma como lo haces dista mucho del modelo autosustentable que deberías proponer. Hoy, más que nunca, tendrías que predicar y aplicar el sabio pasaje bíblico: "No les des el pez, enséñalos a pescar". Porque, a punta de dádivas, lo que estás formando es una sociedad de pedigüeños, eso sí: mansitos, calladitos, arrodilladitos, siempre dispuestos y prestos a hacer tu voluntad. Pero, que yo sepa, de esta forma no se construye país. Así no progresa una sociedad. ¡Y hay que ver cómo has tenido recursos, administrados sin control ni auditorías, para lograr este desastre y mucho más!
Evidentemente, si estuviéramos debatiendo, me esgrimirías las Misiones como estandarte de tu proyecto social. Me asegurarías que la educación, las viviendas dignas, la salud preventiva, por citar sólo algunas, ahora es cuando llegan al pueblo y no como en los 40 años anteriores. Pero, ¡por Dios! con la cantidad de dinero que ha pasado por tus manos, en nuestro país todo, absolutamente todo, debería lucir como potencia mundial. Y todos deberíamos estar mejor, sin distingos, sin sesgos, sin necesidad de aplaudirte y asentir a rajatabla cada una de las sandeces que se te ocurren en tus maratónicas cadenas. Hechos, Hugo, ¡queremos ver hechos! y no sólo en los sectores que te aplauden. Ellos solos no son Venezuela.
Pero, a pesar de este desastre que impera en el país, y que está viviendo su época dorada en tus gobiernos, 8.044.106 venezolanos decidieron mantenerte en el coroto. Y créeme: ¡no lo entiendo! Porque analizando tus gestiones encuentro muy pocas cosas positivas. Es más chico, cuando veo lo que ha pasado en estos 14 años, lo que siento es pena ajena. El desastre es histórico: 150 mil homicidios acumulados desde 1999 a la fecha, secuestros in crescendo (aumentaron en 2.654% desde que llegaste al poder), Aponte Aponte, narcogenerales, Makled, Pudreval, presos políticos, cierre de medios, vínculos con la FARC y gobiernos calificados como terroristas, el FIEM, las acusaciones de corrupción contra tu familia, fallas eléctricas, vialidades destruidas, las empresas siderúrgicas y petroleras arrasadas, la inflación más alta de la región, control de cambio, la maleta de Antonini, regalos mil millonarios y en dólares a Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador...¡Y pare usted de contar! Con todo y esto ¡te volvieron a elegir!! ¿Será que contigo está ocurriendo algo parecido al Síndrome de Estocolmo?, o ¿"Miénteme más que me hace tu maldad feliz"?
En vista de lo cual, y como ya no nos queda otra opción que tenerte gobernándonos otro período más permíteme un paréntesis: definitivamente tú no crees en la alternancia, principio elemental en toda democracia, ¿no? Hablas de diálogo, y llevas 14 años de monólogo quiero retarte a que intentes gobernar para todos los venezolanos: para los que te adulan y para los que no; para los que dependen de ti y para los que anhelamos un futuro a fuerza de trabajo honesto. Porque aunque te cueste creerlo, el número de venezolanos que nos oponemos a tu propuesta también creció; pero, ¡muchísimo más!
Y aunque el mapa amaneció el lunes 8 de octubre teñido de rojo-rojito, textual y literalmente hablando, (porque, de muchas maneras mi país se ha teñido de rojo: no sólo es tu empeño en pintar todo de bermellón; los malandros que no controlas, no sé si adrede, también se han encargado de hacer su aporte derramando la sangre de miles de venezolanos diariamente) recuerda que ahora, ¡otra vez! eres el presidente de todos. No gobiernes para un sector, gobierna para Venezuela completa. Inténtalo. Concilia. Escucha a la gente que te adversa porque también tiene una visión válida y quizá hasta mejor que la tuya para sacar a Venezuela hacia adelante. Materializa de una buena vez un proyecto país en el que podamos vivir mucho mejor y en paz.
Volviste a ganar Hugo. Triunfo que en varias oportunidades previas a estas elecciones, me aventuré a adelantarles a algunos amigos y conocidos que tenían la convicción de que el domingo 7 de octubre perderías. ¡No te imaginas sus explosivas reacciones! ¡Qué no me dijeron! Hasta pájaro de malagüero; ese es el efecto perverso, entre otros, que provocas en algunos sectores. Escuché de todo. Pero, ¿sabes algo? sobre todo los escuché, como lo hice contigo cuando te entrevisté tantas veces; porque sus opiniones tan venezolanas como las tuyas o las mías , sus razones para no votar por ti, eran (son) válidas y legítimas. Sus argumentos tenían (tienen) sólidos asideros en la incompetencia, la inseguridad, el derroche, la mediocridad, el resentimiento, los insultos, la corrupción, la descomposición social, el deterioro, las expropiaciones, la destrucción, el revanchismo, la pérdida de valores que han reinado en estos 14 años. Y vamos a estar claros, si no pudiste con eso en el tiempo que llevas gobernando, si promoviste, permitiste y aupaste esta situación en todos estos años, ¿crees que le vas a poner coto en los 6 o menos que hoy te adicionas? ¡Qué va Hugo! Tu afán de quedarte en el poder apesta. A mí me hiede a malas intenciones.
Seguramente, me vas a decir que ganaste porque te volcaste y concentraste en los más necesitados. Me vas a perdonar; pero creo que la forma como lo haces dista mucho del modelo autosustentable que deberías proponer. Hoy, más que nunca, tendrías que predicar y aplicar el sabio pasaje bíblico: "No les des el pez, enséñalos a pescar". Porque, a punta de dádivas, lo que estás formando es una sociedad de pedigüeños, eso sí: mansitos, calladitos, arrodilladitos, siempre dispuestos y prestos a hacer tu voluntad. Pero, que yo sepa, de esta forma no se construye país. Así no progresa una sociedad. ¡Y hay que ver cómo has tenido recursos, administrados sin control ni auditorías, para lograr este desastre y mucho más!
Evidentemente, si estuviéramos debatiendo, me esgrimirías las Misiones como estandarte de tu proyecto social. Me asegurarías que la educación, las viviendas dignas, la salud preventiva, por citar sólo algunas, ahora es cuando llegan al pueblo y no como en los 40 años anteriores. Pero, ¡por Dios! con la cantidad de dinero que ha pasado por tus manos, en nuestro país todo, absolutamente todo, debería lucir como potencia mundial. Y todos deberíamos estar mejor, sin distingos, sin sesgos, sin necesidad de aplaudirte y asentir a rajatabla cada una de las sandeces que se te ocurren en tus maratónicas cadenas. Hechos, Hugo, ¡queremos ver hechos! y no sólo en los sectores que te aplauden. Ellos solos no son Venezuela.
Pero, a pesar de este desastre que impera en el país, y que está viviendo su época dorada en tus gobiernos, 8.044.106 venezolanos decidieron mantenerte en el coroto. Y créeme: ¡no lo entiendo! Porque analizando tus gestiones encuentro muy pocas cosas positivas. Es más chico, cuando veo lo que ha pasado en estos 14 años, lo que siento es pena ajena. El desastre es histórico: 150 mil homicidios acumulados desde 1999 a la fecha, secuestros in crescendo (aumentaron en 2.654% desde que llegaste al poder), Aponte Aponte, narcogenerales, Makled, Pudreval, presos políticos, cierre de medios, vínculos con la FARC y gobiernos calificados como terroristas, el FIEM, las acusaciones de corrupción contra tu familia, fallas eléctricas, vialidades destruidas, las empresas siderúrgicas y petroleras arrasadas, la inflación más alta de la región, control de cambio, la maleta de Antonini, regalos mil millonarios y en dólares a Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador...¡Y pare usted de contar! Con todo y esto ¡te volvieron a elegir!! ¿Será que contigo está ocurriendo algo parecido al Síndrome de Estocolmo?, o ¿"Miénteme más que me hace tu maldad feliz"?
En vista de lo cual, y como ya no nos queda otra opción que tenerte gobernándonos otro período más permíteme un paréntesis: definitivamente tú no crees en la alternancia, principio elemental en toda democracia, ¿no? Hablas de diálogo, y llevas 14 años de monólogo quiero retarte a que intentes gobernar para todos los venezolanos: para los que te adulan y para los que no; para los que dependen de ti y para los que anhelamos un futuro a fuerza de trabajo honesto. Porque aunque te cueste creerlo, el número de venezolanos que nos oponemos a tu propuesta también creció; pero, ¡muchísimo más!
Y aunque el mapa amaneció el lunes 8 de octubre teñido de rojo-rojito, textual y literalmente hablando, (porque, de muchas maneras mi país se ha teñido de rojo: no sólo es tu empeño en pintar todo de bermellón; los malandros que no controlas, no sé si adrede, también se han encargado de hacer su aporte derramando la sangre de miles de venezolanos diariamente) recuerda que ahora, ¡otra vez! eres el presidente de todos. No gobiernes para un sector, gobierna para Venezuela completa. Inténtalo. Concilia. Escucha a la gente que te adversa porque también tiene una visión válida y quizá hasta mejor que la tuya para sacar a Venezuela hacia adelante. Materializa de una buena vez un proyecto país en el que podamos vivir mucho mejor y en paz.
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