Thursday, October 25, 2012

Fraude es fraude

En: http://www.noticierodigital.com/2012/10/fraude-es-fraude/

25 Octubre, 2012

Román José Sandia

Una de las más perversas consecuencias de la polarización política que vivimos en Venezuela es el desprecio a la verdad. Toda discusión comienza negando lo evidente y poniendo en primer lugar la intención proselitista.
Las elecciones del pasado 7 de octubre no cumplieron con ninguna, léase bien, con ninguna de las características que mundialmente se exigen para ser consideradas auténticamente democráticas.
Para que una elección sea democrática tiene que ser posible que mediante ella se pueda cambiar el gobierno. Es decir, que por los votos se logre el relevo en el poder.
En Venezuela la reelección presidencial sin límites es ilegítima porque es contraria a los principios democráticos, viola la Constitución vigente y deja de lado la voluntad popular expresada el 2 de diciembre de 2007 que rechazó tal iniciativa. Con una convocatoria apresurada, y en medio del grosero ventajismo tradicional ejercido por Chávez, se votó el 15 de febrero de 2009 la enmienda que permitiría que un Presidente ejerza el cargo hasta que se muera. Es el sueño de todo caudillo autoritario: la Presidencia vitalicia.
No hay competencia porque la historia latinoamericana no presenta ni un solo caso en el que un Presidente que haya llegado al poder mediante elecciones lo haya perdido igualmente por los votos. Cada vez que un Presidente constitucional del área se presentó a la reelección, triunfó.
Por eso todas las Constituciones latinoamericanas establecen límites a la reelección presidencial. Algunos países como México y Honduras la prohíben absolutamente. En la mayoría se ha fijado que el Presidente puede repetir en el cargo, de inmediato, sólo una vez. Ahora, con la ola del neoautoritarismo, se ha evadido la norma mediante la elección de las primeras damas (Argentina) o la manipulación de los textos constitucionales estableciendo una supuesta intangibilidad de la voluntad popular (Venezuela, Bolivia, Nicaragua).
Como para que haya democracia debe haber alternancia en el poder, entonces si no hay cambio en quienes lo ejercen no hay democracia. Así lo establece la Constitución vigente en su artículo 6 al decir que el gobierno venezolano “es y será siempre” alternativo.
Fraude significa, según el Diccionario de la Real Academia, “acción contraria a la verdad y a la rectitud”. Y unas elecciones organizadas para que siempre gane el que ejerce el poder no son otra cosa que eso: un fraude.

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