OSWALDO PÁEZ-PUMAR | EL UNIVERSAL
miércoles 24 de octubre de 2012 12:00 AM
La propia cuantía de la multa que se pretende imponer a los altos gerentes despedidos de Pdvsa es lo suficientemente elocuente como para demostrar que la determinación de los daños y su responsabilidad es una farsa. Sin embargo, el hecho de estar conscientes del sainete no nos va a inhibir de exponer lo que sucede en el fondo.
El teniente coronel jamás llegará a saciar su deseo de venganza. El odio que alberga en el alma lo acompañará hasta la muerte porque sabe que por causa de esos sucesos perdió el poder; y que no fue ni osadía, ni el resultado de una insurrección popular lo que le permitió recuperarlo, sino el conjunto de errores que se produjeron a raíz de su renuncia porque los actores de las manifestaciones y de la huelga no tenían por objetivo sacarlo del poder con el cual se encontraron de repente, porque de nuevo, como lo había hecho diez años antes, flaqueó.
Cuando está a solas, él, el que se va a enfrentar al "imperio" sabe que se ha rajado y que se raja y se odia a sí mismo. Ese odio que no puede permanecer dentro porque lo mataría, lo lleva a amar al otro yo que se figura ser, uno que es valiente y generoso, pero que por ser fantasía le resulta insuficiente para la labor de drenar; y es ahí donde arremete con todo contra esos actores.
Por eso no solamente fueron despedidos del trabajo, sino desalojados de sus casas sin fórmula de juicio, bajo el imperio de las vías de hecho, con violencia y nocturnidad atropellando a sus esposas y a sus hijos, muchos de ellos apenas niños; y por eso también están condenados a 30 años los policías que velaron por la seguridad ciudadana, cuyas sentencias, como lo reveló el exmagistrado Aponte Aponte responden a instrucciones directas del teniente coronel.
Los gerentes despedidos y multados son los que llevaron a Pdvsa a ubicarse entre las empresas más rentables y eficientes del mundo. Si esa huelga causó daños a Pdvsa que ameritan la imposición de las astronómicas multas que pretende imponer ese mequetrefe que la preside ¿cuál es la que se le debe imponer a él cuya eficiencia en la dirección se traduce en una merma de la capacidad productiva de un millón de barriles diarios que al precio de cien dólares por barril representan para la empresa y para el país US $ 36.500.000.000,00? En letras, treinta y seis mil quinientos millones de dólares, solo en este año de 2012.
Recuerde que fue su amo quien dijo que era él quien los había forzado a ir a la huelga y que por lo tanto le corresponde el mérito de la autoría y por vía de consecuencia es el causante de los daños y quien tiene la obligación de repararlos.
El teniente coronel jamás llegará a saciar su deseo de venganza. El odio que alberga en el alma lo acompañará hasta la muerte porque sabe que por causa de esos sucesos perdió el poder; y que no fue ni osadía, ni el resultado de una insurrección popular lo que le permitió recuperarlo, sino el conjunto de errores que se produjeron a raíz de su renuncia porque los actores de las manifestaciones y de la huelga no tenían por objetivo sacarlo del poder con el cual se encontraron de repente, porque de nuevo, como lo había hecho diez años antes, flaqueó.
Cuando está a solas, él, el que se va a enfrentar al "imperio" sabe que se ha rajado y que se raja y se odia a sí mismo. Ese odio que no puede permanecer dentro porque lo mataría, lo lleva a amar al otro yo que se figura ser, uno que es valiente y generoso, pero que por ser fantasía le resulta insuficiente para la labor de drenar; y es ahí donde arremete con todo contra esos actores.
Por eso no solamente fueron despedidos del trabajo, sino desalojados de sus casas sin fórmula de juicio, bajo el imperio de las vías de hecho, con violencia y nocturnidad atropellando a sus esposas y a sus hijos, muchos de ellos apenas niños; y por eso también están condenados a 30 años los policías que velaron por la seguridad ciudadana, cuyas sentencias, como lo reveló el exmagistrado Aponte Aponte responden a instrucciones directas del teniente coronel.
Los gerentes despedidos y multados son los que llevaron a Pdvsa a ubicarse entre las empresas más rentables y eficientes del mundo. Si esa huelga causó daños a Pdvsa que ameritan la imposición de las astronómicas multas que pretende imponer ese mequetrefe que la preside ¿cuál es la que se le debe imponer a él cuya eficiencia en la dirección se traduce en una merma de la capacidad productiva de un millón de barriles diarios que al precio de cien dólares por barril representan para la empresa y para el país US $ 36.500.000.000,00? En letras, treinta y seis mil quinientos millones de dólares, solo en este año de 2012.
Recuerde que fue su amo quien dijo que era él quien los había forzado a ir a la huelga y que por lo tanto le corresponde el mérito de la autoría y por vía de consecuencia es el causante de los daños y quien tiene la obligación de repararlos.
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