OSWALDO PÁEZ-PUMAR| EL UNIVERSAL
domingo 25 de mayo de 2014 12:00 AM
Quien haya leído las declaraciones del usurpador el pasado domingo sin duda se habrá quedado "pasmado" no de frío como la prisión que ofreció a los opositores, sino de asombro por la capacidad que sus palabras encierran para delatarse a sí mismo y a sus cómplices en el régimen. Lo dicho por el usurpador ante los niveles de violencia desatados en los últimos meses en los cuales la generada por los cuerpos represivos de la GNB y la PNB supera la del hampa común, en sus dos componentes, la común propiamente dicha y la conformada por los llamados "colectivos" con patente de corso para delinquir en defensa del régimen, que a su vez colaboran con los primeros, comporta todas las características de una confesión de quien sabiendo lo que ocurre se apresura a decir "yo no fui" y luego estira el brazo y el dedo para agregar "fue él". Una regresión a la condición de "acuseta" de los tiempos de la primaria que Nicolás no logró superar.
El usurpador describió lo que el Gobierno viene haciendo durante estos tres lustros así: "... se han dedicado a pagar bandas y las pagan con drogas para llenar de violencia y mandar a matar". Una precisa descripción de la obra de gobierno, si así puede llamarse la ferocidad desatada, en la cual las "bandas" de los llamados "colectivos" cumplen un papel coadyuvante con el régimen en destrucción, violencia, odio y por supuesto, muerte.
"Las bandas criminales llenan de violencia al país para llenar de caos", que amerita una digresión, porque aún no puedo comprender lo que quiso decir el usurpador con "llenar de caos". Siempre me pareció que el caos es envolvente. Si fuera un contenido que llena algo estaría controlado en el recipiente que lo contiene. Al margen de la digresión importa señalar que "las bandas criminales" incurrieron, al tomar prisioneros a los estudiantes que dormían en varios campamentos de la capital, en los delitos de "privación ilegítima de la libertad y lesiones personales", mencionando solo los evidentes, los cuales fueron perpetrados con todos los agravantes: premeditación, ventaja, alevosía, nocturnidad y ensañamiento, como si trataran sus perpetradores de hacer reinar el caos para "vaciar al país de todo resto de Estado de Derecho".
El usurpador describió lo que el Gobierno viene haciendo durante estos tres lustros así: "... se han dedicado a pagar bandas y las pagan con drogas para llenar de violencia y mandar a matar". Una precisa descripción de la obra de gobierno, si así puede llamarse la ferocidad desatada, en la cual las "bandas" de los llamados "colectivos" cumplen un papel coadyuvante con el régimen en destrucción, violencia, odio y por supuesto, muerte.
"Las bandas criminales llenan de violencia al país para llenar de caos", que amerita una digresión, porque aún no puedo comprender lo que quiso decir el usurpador con "llenar de caos". Siempre me pareció que el caos es envolvente. Si fuera un contenido que llena algo estaría controlado en el recipiente que lo contiene. Al margen de la digresión importa señalar que "las bandas criminales" incurrieron, al tomar prisioneros a los estudiantes que dormían en varios campamentos de la capital, en los delitos de "privación ilegítima de la libertad y lesiones personales", mencionando solo los evidentes, los cuales fueron perpetrados con todos los agravantes: premeditación, ventaja, alevosía, nocturnidad y ensañamiento, como si trataran sus perpetradores de hacer reinar el caos para "vaciar al país de todo resto de Estado de Derecho".
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