MARTA COLOMINA| EL UNIVERSAL
domingo 25 de mayo de 2014 12:00 AM
Con los precios del petróleo más altos de la historia de Venezuela, el chavismo que prometíó la soberanía alimentaria, sacar nuestra economía de la dependencia petrolera, erradicar la pobreza, combatir la inseguridad, acabar con la corrupción; ha tenido a su servicio una hegemonía comunicacional nunca vista en manos de gobierno nacional alguno, controla todos los poderes públicos, la FAN y cuerpos de seguridad, vergonzantemente politizados, y no obstante tan privilegiadas condiciones, el proyecto chavista está llegando a su fin, no tanto por la muerte de su fundador como por la bancarrota a la que Chávez y su "heredero" condujeron el país.
La gran astucia política de Chávez (reforzada por la nutrida petrochequera) vino acompañada de una enorme ignorancia en asuntos de Estado y, sobre todo, de cómo administrar los cuantiosos recursos provenientes del petróleo. Su obsesión por el poder y disfrute del halago de los mandatarios del mundo, hizo que dilapidase la inmensa fortuna petrolera y fiscal ($ billón y medio) y se endeudase para comprar todo cuanto cachivache encontraba en sus muchos viajes (el armamento que aún se debe a Rusia y China es utilizado por Maduro para reprimir a los jóvenes estudiantes), la deuda (calculada hoy en más de $350 mil millones) se ha acrecentado a causa de las importaciones para intentar cubrir, sin éxito, la enorme escasez generada por la destrucción oficial de nuestra agricultura e industria. Según Fedecámaras "en los últimos 10 años han desaparecido 226.000 establecimientos que daban empleo y 490 mil industrias. Hoy están prácticamente desarticuladas todas las cadenas productivas del país, algo que llevará mucho tiempo arreglar". Mientras los venezolanos pasamos penurias nunca vistas, los Castro han venido recibiendo durante estos 15 años unos $12 mil millones anuales y 120 mil barriles diarios de crudo que hoy, en plena crisis, Maduro sigue enviando. Venezuela ha sido el Papá Noel de Bolivia, Nicaragua, Argentina y de otros en el continente.
Cuando Chávez, desde su ignorancia y voracidad fiscal, estableció arbitrariamente un nivel "óptimo" del monto de las reservas y ordenó el traspaso del "$ millardito" al Ejecutivo, se inició una enorme sangría de las reservas internacionales que eran transferidas a fondos paralelos y dilapidadas sin control alguno por el Gobierno. De hecho, menos de la mitad de las divisas provenientes de los ingresos petroleros entraban al BCV. El enorme monto restante solo Chávez y Ramírez, y ahora Maduro, saben su destino. Pdvsa se convirtió en la "caja grande" para la ejecución de los desafueros internos y externos del régimen, hasta llegar a la insolvencia de ahora. Pdvsa pagó la refacción de la refinería Cienfuegos en Cuba, mientras las refinerías venezolanas están en ruinas; pagó escuelas y hospitales en el continente, mientras los venezolanos estaban y están derruídos; y pagó campañas electorales internas y externas (como la de Cristina K.). El reputado economista Pedro Palma señala que de 2002 a 2012 Pdvsa ha gastado en actividades distintas a las de su competencia $174 mil millones. Pdvsa compra a EEUU y Brasil la gasolina que consumimos en Venezuela. Con precios de regalo exporta gran volumen de crudo a Petrocaribe (con deuda acumulada superior a los $18 mil millones). Los envíos a China, cercanos a los 500 mil bpd, se destinan al pago de la enorme deuda con ese país y, por si fuera poco, Maduro acaba de prometer que "abastecerá de energía a los palestinos". Señala Palma que la deuda de Pdvsa con el BCV en el último año aumentó un 178% y llegó a la escandalosa suma equivalente a $75.700 millones. Crece también la deuda externa: en los últimos meses ha pactado créditos por $ 3 mil millones con transnacionales y emitió bonos por $5 mil millones. De 1999 a hoy, Pdvsa ha perdido una producción cercana a los 700 mil bpd y de 42 mil trabajadores de entonces, su nómina actual llega a 110 mil.
Maduro amenazó a las líneas aéreas que anunciaron su salida del país a causa de los $4 mil millones que les adeuda el Gobierno, que "Venezuela se respeta". A Maduro hay que decirle que quien irrespeta al país es su gobierno dilapidador y maula, que ha paralizado a Venezuela porque no paga a sus muchos acreedores. Los dólares no alcanzan porque los han robado y siguen dilapidando en plena crisis: el gasto del gobierno central aumentó 65% en relación al año pasado. Seguiremos con el tema, no sin antes decir que las empresas de maletín están de fiesta: el Gobierno estudia que liquidaciones de divisas no se hagan a través del BCV, sino desde Pdvsa. Es decir, zamuro cuidando carne.
PD: hoy todos a votar en San Diego por la esposa de Scarano y en San Cristóbal por la de Ceballos.
La gran astucia política de Chávez (reforzada por la nutrida petrochequera) vino acompañada de una enorme ignorancia en asuntos de Estado y, sobre todo, de cómo administrar los cuantiosos recursos provenientes del petróleo. Su obsesión por el poder y disfrute del halago de los mandatarios del mundo, hizo que dilapidase la inmensa fortuna petrolera y fiscal ($ billón y medio) y se endeudase para comprar todo cuanto cachivache encontraba en sus muchos viajes (el armamento que aún se debe a Rusia y China es utilizado por Maduro para reprimir a los jóvenes estudiantes), la deuda (calculada hoy en más de $350 mil millones) se ha acrecentado a causa de las importaciones para intentar cubrir, sin éxito, la enorme escasez generada por la destrucción oficial de nuestra agricultura e industria. Según Fedecámaras "en los últimos 10 años han desaparecido 226.000 establecimientos que daban empleo y 490 mil industrias. Hoy están prácticamente desarticuladas todas las cadenas productivas del país, algo que llevará mucho tiempo arreglar". Mientras los venezolanos pasamos penurias nunca vistas, los Castro han venido recibiendo durante estos 15 años unos $12 mil millones anuales y 120 mil barriles diarios de crudo que hoy, en plena crisis, Maduro sigue enviando. Venezuela ha sido el Papá Noel de Bolivia, Nicaragua, Argentina y de otros en el continente.
Cuando Chávez, desde su ignorancia y voracidad fiscal, estableció arbitrariamente un nivel "óptimo" del monto de las reservas y ordenó el traspaso del "$ millardito" al Ejecutivo, se inició una enorme sangría de las reservas internacionales que eran transferidas a fondos paralelos y dilapidadas sin control alguno por el Gobierno. De hecho, menos de la mitad de las divisas provenientes de los ingresos petroleros entraban al BCV. El enorme monto restante solo Chávez y Ramírez, y ahora Maduro, saben su destino. Pdvsa se convirtió en la "caja grande" para la ejecución de los desafueros internos y externos del régimen, hasta llegar a la insolvencia de ahora. Pdvsa pagó la refacción de la refinería Cienfuegos en Cuba, mientras las refinerías venezolanas están en ruinas; pagó escuelas y hospitales en el continente, mientras los venezolanos estaban y están derruídos; y pagó campañas electorales internas y externas (como la de Cristina K.). El reputado economista Pedro Palma señala que de 2002 a 2012 Pdvsa ha gastado en actividades distintas a las de su competencia $174 mil millones. Pdvsa compra a EEUU y Brasil la gasolina que consumimos en Venezuela. Con precios de regalo exporta gran volumen de crudo a Petrocaribe (con deuda acumulada superior a los $18 mil millones). Los envíos a China, cercanos a los 500 mil bpd, se destinan al pago de la enorme deuda con ese país y, por si fuera poco, Maduro acaba de prometer que "abastecerá de energía a los palestinos". Señala Palma que la deuda de Pdvsa con el BCV en el último año aumentó un 178% y llegó a la escandalosa suma equivalente a $75.700 millones. Crece también la deuda externa: en los últimos meses ha pactado créditos por $ 3 mil millones con transnacionales y emitió bonos por $5 mil millones. De 1999 a hoy, Pdvsa ha perdido una producción cercana a los 700 mil bpd y de 42 mil trabajadores de entonces, su nómina actual llega a 110 mil.
Maduro amenazó a las líneas aéreas que anunciaron su salida del país a causa de los $4 mil millones que les adeuda el Gobierno, que "Venezuela se respeta". A Maduro hay que decirle que quien irrespeta al país es su gobierno dilapidador y maula, que ha paralizado a Venezuela porque no paga a sus muchos acreedores. Los dólares no alcanzan porque los han robado y siguen dilapidando en plena crisis: el gasto del gobierno central aumentó 65% en relación al año pasado. Seguiremos con el tema, no sin antes decir que las empresas de maletín están de fiesta: el Gobierno estudia que liquidaciones de divisas no se hagan a través del BCV, sino desde Pdvsa. Es decir, zamuro cuidando carne.
PD: hoy todos a votar en San Diego por la esposa de Scarano y en San Cristóbal por la de Ceballos.
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