TOMAS HORACIO HERNÁNDEZ| EL UNIVERSAL
domingo 25 de mayo de 2014 12:00 AM
Si quisiéramos hacer un libro que recopilara todas las frases memorables que han dicho funcionarios de este gobierno rojito en los últimos 15 años seguramente necesitaríamos varios ejemplares para poder incluirlas todas. Lo que afirmó el vicepresidente del área económica y magnate de Pdvsa, Rafael Ramírez, sobre las líneas aéreas pasará a la historia como uno de los chistes más pesados, absurdos e ignorantes del 2014.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), lleva varios meses alertando a las autoridades sobre la crítica situación que están atravesando en estos momentos, ya que el cálculo de la deuda con las aerolíneas internacionales que operan en Venezuela es de unos $3.900 millones. Ante esta realidad, la cual abordamos en este espacio la semana pasada, durante el último año 11 aerolíneas se han visto obligadas a reducir la frecuencia de sus vuelos entre un 15% y un 78%.
La decisión de las aerolíneas es lógica y razonable: ninguna empresa va a trabajar para perder dinero.
Al ver el impacto que tendría a nivel mundial un aislamiento auto inducido de Venezuela, Ramírez no tuvo la más brillante idea de decir lo siguiente: "Nadie se va de este país. Están desviando aviones para el Mundial de fútbol".
Afirmar semejante barbaridad es como decir que la razón por la cual vemos un solo producto por anaquel en los mercados es porque las nuevas estrategias de mercadeo van orientadas en ese sentido, o que las largas colas para comprar comida obedecen al exceso de liquidez de los venezolanos.
Por supuesto, esta afirmación le sirvió de abreboca al Presidente de la República para que él, como de costumbre, terminara de meter la pata. Nuestro ilustre Presidente, a propósito de la decisión de las aerolíneas, dijo lo siguiente: "El que se vaya de Venezuela en medio de esta guerra económica, no vuelve más. Algunos anuncios de las líneas áreas son manipulados... Vamos a actualizar, mejorar la calidad de nuestras líneas aéreas para cubrir con ellas las rutas que nos conectan con el mundo".
Lo que el señor Presidente no sabe, o mejor dicho, decide ignorar estratégicamente, es que la flota área nacional está constituida por 120 aviones, de los cuales sólo 62 de ellos están activos y al menos 40 están parados por falta de repuestos. Es decir, nuestra flota no tiene la capacidad ni técnica ni económica de poder cubrir las rutas de las aerolíneas extranjeras en el corto, mediano o largo plazo, ni en esta vida ni en la otra.
Querer engañarse de esa manera, es lo mismo que creer que actualmente la demanda nacional de cemento, acero, azúcar, carne, café, entre otras, es cubierta en su totalidad por las eficientes empresas socialistas.
Usando su razonamiento señor Ramírez, si los pocos vuelos que quedan en el país se debe al Mundial de futbol en Brasil, ¿la falta de comida en los mercados, a que se debe? ¿A que los alimentos se fueron a bailar el waka waka en Río de Janeiro también?
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), lleva varios meses alertando a las autoridades sobre la crítica situación que están atravesando en estos momentos, ya que el cálculo de la deuda con las aerolíneas internacionales que operan en Venezuela es de unos $3.900 millones. Ante esta realidad, la cual abordamos en este espacio la semana pasada, durante el último año 11 aerolíneas se han visto obligadas a reducir la frecuencia de sus vuelos entre un 15% y un 78%.
La decisión de las aerolíneas es lógica y razonable: ninguna empresa va a trabajar para perder dinero.
Al ver el impacto que tendría a nivel mundial un aislamiento auto inducido de Venezuela, Ramírez no tuvo la más brillante idea de decir lo siguiente: "Nadie se va de este país. Están desviando aviones para el Mundial de fútbol".
Afirmar semejante barbaridad es como decir que la razón por la cual vemos un solo producto por anaquel en los mercados es porque las nuevas estrategias de mercadeo van orientadas en ese sentido, o que las largas colas para comprar comida obedecen al exceso de liquidez de los venezolanos.
Por supuesto, esta afirmación le sirvió de abreboca al Presidente de la República para que él, como de costumbre, terminara de meter la pata. Nuestro ilustre Presidente, a propósito de la decisión de las aerolíneas, dijo lo siguiente: "El que se vaya de Venezuela en medio de esta guerra económica, no vuelve más. Algunos anuncios de las líneas áreas son manipulados... Vamos a actualizar, mejorar la calidad de nuestras líneas aéreas para cubrir con ellas las rutas que nos conectan con el mundo".
Lo que el señor Presidente no sabe, o mejor dicho, decide ignorar estratégicamente, es que la flota área nacional está constituida por 120 aviones, de los cuales sólo 62 de ellos están activos y al menos 40 están parados por falta de repuestos. Es decir, nuestra flota no tiene la capacidad ni técnica ni económica de poder cubrir las rutas de las aerolíneas extranjeras en el corto, mediano o largo plazo, ni en esta vida ni en la otra.
Querer engañarse de esa manera, es lo mismo que creer que actualmente la demanda nacional de cemento, acero, azúcar, carne, café, entre otras, es cubierta en su totalidad por las eficientes empresas socialistas.
Usando su razonamiento señor Ramírez, si los pocos vuelos que quedan en el país se debe al Mundial de futbol en Brasil, ¿la falta de comida en los mercados, a que se debe? ¿A que los alimentos se fueron a bailar el waka waka en Río de Janeiro también?
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