CARLOS RAMÓN GUERRA GARCÍA| EL UNIVERSAL
sábado 10 de mayo de 2014 12:00 AM
Hoy les escribo como estudiante universitario, que habita una casa de estudios donde he ido aprendiendo a formar un criterio propio, a defender mis puntos de vista, a opinar y a no quedarme callado ante las injusticias y atropellos de cualquier índole, he adquirido el más arraigado sentimiento de amor por Venezuela.
Como estudiante de leyes puedo ir observando como el estado democrático, social, de derecho y de justicia ha sido vulnerado día tras día de forma más evidente y descarada, hoy más que nunca estoy convencido de que no es cualquier cosa ser estudiante, no es simplemente asistir a un aula de clases y sentarse durante largas a escuchar un profesor, ser estudiante va más allá de esas paredes que son testigos de los nuevos conocimientos adquiridos, formarse a nivel universitario es querer formarse para la nación, para salir a la calle en un futuro y poner al servicio de un pueblo nuestras profesiones y nuestros conocimientos, fundando las bases en la construcción de un mejor país, sea cual sea la forma de actuar de cualquier estudiante siempre tendrá como objetivo ser un profesional y ejercer su carrera para el pueblo venezolano.
Ahora bien, ya que se despertó un pueblo y alzó su voz en contra de la corrupción y los abusos, salimos a la calle los estudiantes los que de una u otra manera somos los más afectados, porque nuestro futuro depende del presente, por ello se dio la oportunidad y el momento indicado de defender nuestros criterios, de expresar nuestras ideas, esas ideas que aprendemos en la universidad y que al manifestarlas en las calles el gobierno las tomó como armas peligrosas y combatiendo ideas con balas comenzó una batalla asesina, por un lado se encuentran las calles llenas de unos uniformados que algún día juraron defender al pueblo y por el otro lado unos detentadores del poder dando ruedas de presa y cadenas nacionales para lavarse las manos y aplicar la teoría de "fueron los otros", en vista de que les es imposible cansar a jóvenes cuyas edades están comprendidas entre los 20 años y los 35 años de edad tomaron las medidas de apresar a los estudiantes como vulgares delincuentes, mientras tanto en las calles siguen libres las razones de todas las manifestaciones.
Somos los estudiantes los que construimos el futuro de toda la nación, quienes luchamos y soñamos por una patria mejor, muchos han pasado por las aulas de clases y han vivido esa etapa de ser estudiantes llenos de sueños e ilusiones, no solo individuales sino colectivos. Por eso gracias a la fuerza que tienen los estudiantes y las ganas de luchar hemos ido llegando al pensamiento de muchas personas quienes se han unido a esta lucha que aún no se ha apagado.
Pero desgraciadamente surgió otra medida radical para atacarnos y pretender debilitarnos y es que nos están quemando nuestras universidades, nuestras casas de estudio, están quemando el futuro del país, el futuro de muchas generaciones venideras, los estudiantes que se encuentran en las calles manifestando no manifiestan en contra de la universidad sino de las malas políticas gerenciales del gobierno de turno, por ende es imposible, ilógico e incoherente pensar que nosotros mismos queremos quemar nuestros recintos universitarios, sepan que en cada universidad que es atacada o quemada está el futuro de Venezuela, están los próximos ingenieros, abogados, contadores, médicos, periodistas y todo aquel ciudadano que algún día te atenderá para resolverte algún imprevisto, por eso hermano, amigo, ya no sé ni cómo llamarte, ¿cuál es tu motivo para atentar contra nuestras universidades? ¿Eres estudiante? ¿Quién eres? ¿Qué pretendes? ¿Quién te mandó?
Hoy los estudiantes no somos de una sola casa de estudios en específico, somos estudiantes de la universidad venezolana porque en este país nos queremos formar como profesionales, y en este país queremos ejercer nuestras carreras, queremos restituirle a Venezuela la educación que nos ha brindado, trabajando y luchando por cada venezolano, colocando al servicio nuestros conocimientos planteando nuestras ideas sin que seamos atacados con gas lacrimógeno ni mucho menos que sean vulnerados nuestros propios derechos, los que nos corresponden por el hecho de ser ciudadanos venezolanos, porque los derechos se crearon para respetarlos y exigirlos y las obligaciones para cumplirlas.
Soy un estudiante de Venezuela que ya no quiere más muertes en las aceras, que ya no tengamos que hacer pancartas con mensajes cortos para poder expresarnos, que no tengamos que correr de la Guardia Nacional por miedo a que nos maten, que ya nuestras universidades no sean atacadas y que se respete la pluralidad de pensamientos.
No nos quemen nuestro futuro, no nos quemen nuestras universidades.
Como estudiante de leyes puedo ir observando como el estado democrático, social, de derecho y de justicia ha sido vulnerado día tras día de forma más evidente y descarada, hoy más que nunca estoy convencido de que no es cualquier cosa ser estudiante, no es simplemente asistir a un aula de clases y sentarse durante largas a escuchar un profesor, ser estudiante va más allá de esas paredes que son testigos de los nuevos conocimientos adquiridos, formarse a nivel universitario es querer formarse para la nación, para salir a la calle en un futuro y poner al servicio de un pueblo nuestras profesiones y nuestros conocimientos, fundando las bases en la construcción de un mejor país, sea cual sea la forma de actuar de cualquier estudiante siempre tendrá como objetivo ser un profesional y ejercer su carrera para el pueblo venezolano.
Ahora bien, ya que se despertó un pueblo y alzó su voz en contra de la corrupción y los abusos, salimos a la calle los estudiantes los que de una u otra manera somos los más afectados, porque nuestro futuro depende del presente, por ello se dio la oportunidad y el momento indicado de defender nuestros criterios, de expresar nuestras ideas, esas ideas que aprendemos en la universidad y que al manifestarlas en las calles el gobierno las tomó como armas peligrosas y combatiendo ideas con balas comenzó una batalla asesina, por un lado se encuentran las calles llenas de unos uniformados que algún día juraron defender al pueblo y por el otro lado unos detentadores del poder dando ruedas de presa y cadenas nacionales para lavarse las manos y aplicar la teoría de "fueron los otros", en vista de que les es imposible cansar a jóvenes cuyas edades están comprendidas entre los 20 años y los 35 años de edad tomaron las medidas de apresar a los estudiantes como vulgares delincuentes, mientras tanto en las calles siguen libres las razones de todas las manifestaciones.
Somos los estudiantes los que construimos el futuro de toda la nación, quienes luchamos y soñamos por una patria mejor, muchos han pasado por las aulas de clases y han vivido esa etapa de ser estudiantes llenos de sueños e ilusiones, no solo individuales sino colectivos. Por eso gracias a la fuerza que tienen los estudiantes y las ganas de luchar hemos ido llegando al pensamiento de muchas personas quienes se han unido a esta lucha que aún no se ha apagado.
Pero desgraciadamente surgió otra medida radical para atacarnos y pretender debilitarnos y es que nos están quemando nuestras universidades, nuestras casas de estudio, están quemando el futuro del país, el futuro de muchas generaciones venideras, los estudiantes que se encuentran en las calles manifestando no manifiestan en contra de la universidad sino de las malas políticas gerenciales del gobierno de turno, por ende es imposible, ilógico e incoherente pensar que nosotros mismos queremos quemar nuestros recintos universitarios, sepan que en cada universidad que es atacada o quemada está el futuro de Venezuela, están los próximos ingenieros, abogados, contadores, médicos, periodistas y todo aquel ciudadano que algún día te atenderá para resolverte algún imprevisto, por eso hermano, amigo, ya no sé ni cómo llamarte, ¿cuál es tu motivo para atentar contra nuestras universidades? ¿Eres estudiante? ¿Quién eres? ¿Qué pretendes? ¿Quién te mandó?
Hoy los estudiantes no somos de una sola casa de estudios en específico, somos estudiantes de la universidad venezolana porque en este país nos queremos formar como profesionales, y en este país queremos ejercer nuestras carreras, queremos restituirle a Venezuela la educación que nos ha brindado, trabajando y luchando por cada venezolano, colocando al servicio nuestros conocimientos planteando nuestras ideas sin que seamos atacados con gas lacrimógeno ni mucho menos que sean vulnerados nuestros propios derechos, los que nos corresponden por el hecho de ser ciudadanos venezolanos, porque los derechos se crearon para respetarlos y exigirlos y las obligaciones para cumplirlas.
Soy un estudiante de Venezuela que ya no quiere más muertes en las aceras, que ya no tengamos que hacer pancartas con mensajes cortos para poder expresarnos, que no tengamos que correr de la Guardia Nacional por miedo a que nos maten, que ya nuestras universidades no sean atacadas y que se respete la pluralidad de pensamientos.
No nos quemen nuestro futuro, no nos quemen nuestras universidades.
No comments:
Post a Comment